Punto de partida
El otro Fernández León de la industria aseguradora
-
Cuéntale a tus contactos
-
Recomiéndalo en tu red profesional
-
Cuéntale a todos
-
Cuéntale a tus amigos
-
envíalo por email
Fue a mediados de 2006 cuando Diego Fernández León, después de estudiar Ingeniería Civil Industrial en la Universidad Diego Portales, postuló al departamento de Inteligencia de Negocios en Consorcio.
Era su primer trabajo y a pesar de su interés en la compañía, durante todo el proceso de selección nunca supo del poder de sus dos apellidos. “Yo me crié en Puente Alto, soy de clase media y logré estudiar en una buena universidad. No sabía quiénes eran los dueños de la empresa”, recuerda.
El proceso duró unos meses y finalmente fue contratado. Fue ahí cuando notó algo distinto.
“Me ofrecían cafés y me preguntaban cómo estaba mi familia. Yo no entendía, pero después mi jefe me contó la razón”, asegura.
Diego Fernández León, de 40 años, no tiene parentesco con Eduardo Fernández León (83), el histórico fundador y accionista de Consorcio. No solo comparten los apellidos y el interés por la industria aseguradora, sino que también llevan el mismo sobrenombre: a ambos los conocen como “Negro”.
El ingeniero civil trabajó durante más de nueve años en la compañía, donde alcanzó a ser subgerente de ventas. Incluso en 2012, cuando la firma organizó un aumento de capital, invitaron a los gerentes a participar. “Y yo lo hice. Se podría decir que hay otro Fernández León con un pequeño porcentaje de la empresa”, señala.
Pero ese vínculo quedó en el pasado. En 2015 renunció y en 2018 se embarcó en el mundo del emprendimiento. Y precisamente fundó una corredora de seguros. Esta es la historia.
El primero en abrir el negocio fue Álvaro López (43), amigo de la infancia de Diego. “Nuestros papás eran muy cercanos. Ambos crecimos en mi barrio de Puente Alto y estudiamos la misma carrera. Él se quiso independizar en 2015 y yo llegué en 2018”, cuenta el ejecutivo, quien es hoy CEO de Simplee.
“Empezamos como una corredora de seguros digital porque había muy pocas en ese tiempo. Al poco andar notamos que nadie se estaba haciendo cargo de las PYME porque la prima era muy baja y la complejidad muy alta. Entonces decidimos meternos. Empezamos con varios amigos y conocidos, vendíamos muy poco”.
Fernández indica que se trata de un mercado muy desequilibrado: “Nueve de cada diez grandes empresas están cubiertas frente a cualquier catástrofe. Pero el mundo PYME no llega ni al 10%. Si ocurre un terremoto las grandes no van a quebrar, pero las pequeñas sí”.
Actualmente Simplee es la corredora de seguros enfocada en PYME más grande de Chile. Tienen más de 7 mil clientes y 14 aseguradoras asociadas (entre ellas Mapfre, Sura, Chubb, HDI e incluso, Consorcio). Venden seguros contra incendios, sismos y robos; de garantía; responsabilidad civil y transporte y carga. Cada empresa, en promedio, compra seguros por entre US $800 y US $1.000 anuales.
“La PYME no se levanta un día con ganas de contratar un seguro. Lo que ocurre es que si una persona tiene una empresa de transportes y ganó una licitación con una firma de retail, le pedirán un seguro de responsabilidad civil. El dueño tendrá que contratar uno adecuado y ahí aparecemos nosotros”, dice Fernández León.
“En Chile hay un poco más de 1 millón de PYME y en Latinoamérica hay 30 millones. La mayoría no tienen seguros”. Eso dice Fernández León sobre el potencial de la industria. Por lo tanto, el próximo paso, agrega, es conquistar México, el país con mayor volumen de empresas emergentes.
A principios de 2022 abrieron una oficina en el país azteca. Para eso, levantaron a Valeria De Anda, exgerente de AON, una de las corredoras de seguros más grandes del mundo.
“Para llegar a México teníamos dos opciones: invertir lo ganado en este tiempo o sumar a un inversionista que conociera el mercado mexicano. Nos fuimos por la segunda. Hicimos varios pitch, logramos tres ofertas y decidimos irnos con Magma Partners”, dice el cofundador de Simplee.
Se trata de un fondo de venture capital comandado por el norteamericano Nathan Lustig. Han invertido en 120 empresas, entre ellas Houm, Global66 Fanatiz y Jooycar.
Ya están trabajando con Zurich y Sura México y el próximo paso, dice Fernández León, es desarrollar productos nuevos y generar pólizas modificadas para que conecten mejor con las empresas pequeñas y medianas.
Además, ya están organizando su arribo a Estados Unidos en 2023. “La startup más grande del mundo en nuestro rubro se llama NEXT Insurance, es norteamericana y tiene solo 220 mil PYME aseguradas de 33 millones posibles. Eso nos demuestra que no es un problema de Latinoamérica, sino global”, dice. “No sabemos a qué estado vamos a llegar. Para eso levantaremos una Serie A en octubre para preparar el aterrizaje, ya que todo es más caro allá”.
“Es imposible que una startup en un año valga US $10 millones”
Diego Fernández León, que también es presidente de la Asociación Insurtech de Chile, es crítico respecto al rápido ascenso de la industria del venture capital en el mundo.
“Va a haber un frenazo porque hay valorizaciones ridículas, que no dan sentido en ningún lado. Y eso le hace mal a la industria porque todos caemos en el mismo saco”, dice. Y agrega: “Es imposible que una startup en un año valga US $10 millones. Si llega a haber un frenazo, todos los inversionistas van a retroceder”.