Uno de los últimos, o tal vez el último, de los informes que dejó el connotado economista Alexander Galetovic, fallecido a fines de junio de 2022, se conoció estos días.

En el marco de la demanda interpuesta por las empresas Hidromaule y Eléctrica Puntilla en contra de la Comisión Nacional de Energía (CNE) ante el TDLC, en estos días se han presentado por las demandantes una serie de pruebas para acreditar la supuesta afectación a la libre competencia por parte del organismo regulador al incorporar en la Norma Técnica del GNL la llamada condición de “gas inflexible” que favorecería a las generadoras de GNL en desmedro de las renovables y afectando la eficiencia económica del mercado eléctrico, según han acusado.

El experto venía trabajando con las hidroeléctricas el tema desde 2019 y sostuvo desde que nació este conflicto que el “gas inflexible” es una distorsión en el mercado eléctrico.

En este contexto, elaboró un informe en junio de 2022 llamado “Gas forzado y ejercicio de poder de compra en el mercado eléctrico chileno”, junto a Cristián Muñoz, profesor del Departamento de Ingeniería Eléctrica PUC, en el cual abordó expresamente los perjuicios de este gas.

Este fue el segundo trabajo que hizo sobre esta materia, ya que en 2019 ya había realizado uno relacionado a la cláusula “take-or-pay” existente en los contratos de abastecimiento de GNL. Esta cláusula, que se ha invocado como justificación para el despacho forzado del GNL al sistema, resulta relevante en el marco de la controversia del “gas inflexible”. A juicio de Galetovic, es el “sustento” para justificar que el gas sea considerado “inflexible”. Sin embargo, plantea que a esta cláusula se le ha dado un tratamiento “espurio” producto de una interpretación falaz de la CNE sobre la misma.

Agrega en su informe, además, que “el gas inflexible altera el orden de mérito del despacho aumentando la oferta de capacidad de generación de bajo costo variable y disminuyendo el precio spot. Entre 2019 y 2021 cada episodio de gas inflexible disminuyó, en promedio, el precio spot en 8,0%, 5,0% y 2,1%”.

También apuntó que “el uso de gas forzado -o inflexible- para reducir las compras de energía y el precio spot ha sido sistemático durante los últimos años, aprovechando sucesivas normas técnicas que permitían declarar gas inflexible. Las normas y su aplicación han variado en cuánta discreción le daban a un generador para forzar la generación con gas, pero en todos los casos, aceptada la declaración, el efecto ha sido siempre el mismo, disminuir el precio spot y las compras de energía de los generadores que fuerzan la generación con gas natural”.

Una de las conclusiones a las que llegó es que “el gas inflexible altera el plan de expansión del sistema reduciendo la inversión en energías renovables, reduce los costos marginales, y aumenta el costo total de abastecimiento”.