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Nicolás Ibáñez desecha Parque Pümpin y lo convierte en caso de estudio
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Cuentan que Nicolás Ibáñez estaba esperando este momento.
El lunes el empresario se enteró desde España -donde ha pasado las últimas semanas- que la Corte Suprema ratificó el fallo de la Corte de Apelaciones contra la ofensiva de la Municipalidad de Valparaíso (encabezada por el alcalde Jorge Sharp, independiente, ex Convergencia Social) para detener Parque Pümpin, dando de esta manera luz verde a la obra emplazada en Cerro O’Higgins, cuyos inicios se remontan al 2014.
De todas formas, y lejos de ser un escenario esperable, Ibáñez está decidido a no concretar esta iniciativa. Quienes lo conocen cuentan que el escenario actual le es favorable para desechar Pümpin, “porque se retira voluntariamente, no obligado por la justicia, la que finalmente no le dio la razón a Sharp”.
“Es muy de su estilo optar por esa salida: declinar el proyecto, pero con la razón de su lado, se va con la frente en alto”, agrega otra persona de su entorno. En todo caso, era inevitable que tomara este camino: tiene no solo al alcalde en contra, sino también al concejo y a la comunidad (opositores señalan que daña áreas verdes, entre otras críticas), lo que complicaría el avance de la obra, siempre.
Ahora, su plan ideal sería vender el proyecto, pues tiene más valor hacerlo con el “vamos” de la Suprema.
Y ya hay interesados: esta semana Nicolás Ibáñez hijo -quien trabaja en el área inmobiliaria de Drake- se juntó con Cristián Hartwig, ex hombre fuerte de Socovesa -quien es socio de Víctor Bezanilla- para negociar la venta del paño de 10 hectáreas. Quienes están al tanto, cuentan que en esto Hartwig tiene camino avanzado: ya se juntó con Sharp y habría accedido a bajar la cantidad de edificios y que entregaría 7,5 hectáreas de áreas verdes al municipio.
Es mejor quedar con algo, que perder todo lo invertido, añaden del círculo de Ibáñez: por el sitio pagó US$ 10 millones y en total, sumando abogados para el juicio -encabezado por Edgardo Palacios- y otros asuntos, ha gastado cerca de US $ 4 millones.
Pümpin, futuro caso de estudio
La trama se remonta al 2013, cuando Nicolás Ibáñez compró a la UAI -ligada a su familia- este paño (que había sido del ex estadio de Chile Tabacos y ex Jardín Suizo) con el fin de hacer algo en Valparaíso. En esa época recién partía inmobiliaria Indesa, en la que es socio de su hermano Felipe.
Presentó el proyecto -diseñado por los arquitectos Julio Poblete y Constanza Sateler, de Dupla, y por el paisajista Juan Grimm-, pero el directorio lo desechó. “La inmobiliaria era nueva, y se notaba que este sería un proyecto de gran tamaño y dificultad”, relata un director de la época. De hecho, aseguran que Felipe vislumbró que sería un problema. Pero Nicolás Ibáñez estaba convencido, así es que lo llevó a su brazo de negocios, Drake.
Y desde ahí lo capitaneó. Como no tenían experiencia en este tipo de iniciativas, encargaron a Indesa -encabezada entonces por Rafael Burmester- el desarrollo inmobiliario. Hasta que Ibáñez creó Inmobiliaria del Puerto, para independizarse de la firma que compartía con su hermano.
“Preferían no estar ligados, porque los problemas con los porteños salpicaban a Indesa, relatan cercanos a los empresarios. Quien quedó a cargo fue Marcos Sepúlveda. En todo caso, hace cuatro años, los abogados sugirieron poner en pausa los contratos con el equipo, pues los juicios “daban para largo”. Hoy, el brazo de Drake que ve la obra está encabezado por Alfredo Achondo.
Por estos días en su equipo preparan un libro sobre la trama de Pümpin: el plan es convertirlo en caso de estudio y entregarlo a universidades. Jorge Ardiles, académico experto en este tipo de investigaciones, dirige el trabajo, la periodista Lorena Medel es la redactora, y la tesis: el poder de alcaldes y su influencia en proyectos de este tipo.