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Lo que hay que saber del nuevo impuesto de 10% a la venta de acciones chilenas
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Desde este 1 de septiembre, la utilidad que se obtenga de la venta de acciones chilenas de alta presencia bursátil tributará 10%, terminando con ello la exención que se había creado en 2001 para darle profundidad a la bolsa santiaguina.
En febrero de este año partió esta modificación tributaria impulsada en el gobierno pasado para financiar la Pensión Garantizada Universal (PGU).
“Hasta el 31 de agosto de 2022, la utilidad obtenida en la venta de acciones, así como otros instrumentos con presencia bursátil, cumpliendo algunos requisitos adicionales, se encontraba liberada de todo impuesto, siendo calificada por la Ley de la Reta como un Ingreso No Renta. A contar del 1 de septiembre de 2022, dicha utilidad se verá afecta a un impuesto único de tasa 10%, esto implica que no paga ningún otro impuesto dicha utilidad”, explica la abogada tributarista, Soledad Recabarren.
Se define como una acción de alta presencia bursátil cuando en al menos el 25% de las transacciones en los últimos 180 días hábiles bursátiles, haya transado más de UF 1.000 al día. “Es decir, en al menos 45 días de los últimos 180 días hábiles bursátiles debe haber transado al menos UF 1.000 en cada día”, explica Guillermo Araya, gerente de Estudios de Renta4 Corredores de Bolsa.
“El problema es que esta nueva ley indica tres formas diferentes de determinar el costo de adquisición de una acción, por ende, eso altera la base tributable y se han generado muchas confusiones de parte de los inversionistas. Esto puede generar que el impuesto recaude menos de lo que se está pretendiendo, porque pueden haber errores en la cuantificación de la ganancia de capital”, agrega Rodrigo Valdés, economista y académico de la Escuela de Negocios y Economía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV).
Para definir el costo de adquisición de una acción y luego calcular cuánto se ganó en la venta del instrumento, existen dos escenarios, la de los accionistas que cuentan con domicilio o residencia en Chile y los que viven fuera del país.
Los primeros, añade Valdés, podrán optar a tres opciones: por el precio de cierre al 31 de diciembre del año de adquisición de las acciones; por el valor de adquisición de las acciones corregido por inflación; y, para aquellas acciones adquiridas antes de la vigencia de la modificación legal, es decir, hasta este miércoles 31 de agosto de 2022, por el precio de cierre oficial de la acción al 31 de diciembre de 2021.
Pero para los accionistas sin domicilio o residencia en Chile, solamente podrán acceder a la costos de adquisición tradicional: el precio del día que compró la acción corregido por inflación.
Con un ejemplo: si un chileno compró una acción de Falabella en $10 en julio de este año, y la vende en $15 en septiembre, se calcula que los $10 más la inflación, da un precio de adquisición de $12, por lo que el impuesto de 10% se pagará respecto a los $ 3 de ganancia. ($15 en que vendió menos los $12 en que compró ajustado por inflación).
Aunque también tiene la alternativa de calcular el costo según el cierre del 31 de diciembre del año 2021. Eso queda a discreción del contribuyente.
Para el caso de un inversionista extranjero, solo tiene la opción de pagar el costo de adquisición ajustado por inflación.
Según Guillermo Araya, los efectos que este nuevo impuesto podría tener en las transacciones sería de los nuevos inversionistas.
“No habiendo alternativas de inversión exentas de impuestos, los inversionistas habituales deberían mantenerse. Sin embargo, indiscutiblemente para los nuevos inversionistas, puede significar un menor incentivo a la entrada de capitales”, apunta.
“La bolsa ha estado subiendo, por lo que creo que si alguien ha vendido para evitar el pago del impuesto en septiembre, es marginal y no ha tenido efecto sobre los precios en el mercado”, dice Germán Guerrero, socio de MBI.
Sin embargo, las transacciones estos días en la bolsa han estado altas, pero en ciertas acciones. “Si alguien había alcanzado una buena rentabilidad con una determinada acción, es muy probable que venda y recompre el mismo activo”, apunta Araya.
Una de las formas de evitar pagar esta tasa es comprando acciones chilenas a través de inversionistas institucionales, como un fondo, por ejemplo, pero sin tener el control directo sobre la tenencia de la acción determinada.
“Para los inversionistas institucionales no constituirá renta el mayor valor obtenido por estos contribuyentes, sea que se encuentren domiciliados en Chile o en el extranjero”, apunta Soledad Recabarren.
Cabe recordar que la actual reforma tributaria presentada por el Gobierno sube este impuesto a la ganancia de venta de acciones desde el 10% que parte ahora en septiembre, al 22%.