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El juego de tronos que se disputa este domingo en Argentina
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Qué se juega
Lo de este domingo son las elecciones de medio término. Es justo la mitad del periodo de Alberto Fernández y la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner.
Aunque en concreto lo que se renueva son 127 escaños de los 257 que tiene la Cámara de Diputados y 24 de los 72 que hay en la Cámara de Senadores, analistas y los medios argentinos dejan en claro que lo que se mide es la fuerza del oficialismo, representado por la coalición Frente de Todos que reúne a los partidos Justicialista y Frente Renovador.
Y la fuerza de la oposición representada por Juntos por el Cambio, que incluye a los partidos Propuesta Republicana, Unión Cívica Radical, Coalición Cívica ARI y Peronismo Republicano. También hay candidatos por fuera.
“Esto es como una segunda elección, porque las primeras fueron en septiembre, las PASO. Ahí la imagen fue que Alberto Fernández perdió, porque sacó 32% y la oposición, 41%. Ahora las encuestas dicen que el Gobierno habría perdido uno o dos puntos más”, explica Fernando Marull, economista de la consultora FMyA.
Los factores que explicarían ese comportamiento electoral fueron, primero, que “la economía no ayudó y hubo temas que siguieron impactando como la foto en la residencia de Olivos de una celebración en plena pandemia, el bajo avance de la vacuna contra el Covid, y ahora la inseguridad y la delincuencia”, apunta.
De hecho, esta semana no había medio trasandino que no cubriera el asesinato de un comerciante en un barrio de Buenos Aires o las duras protestas de los vecinos por la inseguridad y la decisión del gobierno de enviar policías a controlar la situación. Hubo heridos y la delincuencia se coló fuerte en la agenda local.
Mientras que para Jorge Giacobbe, analista político y consultor de Giacobbe & Asociados, la discusión de fondo es lo que allá llaman ‘la grieta’.
“Y esa grieta es Cristina sí o Cristina no. No es peronismo o no peronismo. Tampoco Cristina o Macri. Los que están en el lugar de Cristina sí, van a buscar en cada provincia al candidato que ella apoye, no importa el nombre. Los que están en contra, van a buscar la boleta más potente en contra de Cristina, tampoco importa el candidato”, dice el experto electoral.
Se creía que el 48% de votación que sacó en 2019 el Frente de Todos, la coalición de Gobierno, eran los votos de Cristina, sumados a lo que traía Sergio Massa, el presidente de la Cámara de Diputados y Alberto Fernández. “Pero el día anterior a las PASO, los tres estaban unidos y con las elecciones nos dimos cuenta de que ya no tenían 48% de los votos, sino que 30%. Y eso demuestra que el voto duro lo tiene Cristina, y los otros dos, nada”.
Los sondeos indican que la derrota del gobierno que se vio en las PASO tiende a agrandarse. “En la Provincia de Buenos Aires, donde hubo una diferencia de cuatro puntos, nuestra última encuesta dice que se puede estirar hasta 8 puntos. En la Ciudad de Buenos Aires hay un Juntos por el Cambio, la coalición opositora que apoyó a Macri, alcanzando los 50 puntos, el kirchnerismo reteniendo un 25%, que es el voto histórico, y el liberalismo creciendo”.
Futuro de Cristina
A lo que hay que estar atento a nivel político es a qué pasará el lunes en la mañana: “si sale muy mal el gobierno, si se va a romper la alianza, con qué apoyos se queda el Presidente. Si la vicepresidenta le va a vaciar todo el gabinete, incluso Cristina podría salir del gobierno, diciendo que los resultados fueron porque ‘faltó cristinismo’ en el gobierno, entonces me voy y arréglenselas solos porque yo me presento el 2023. Y con eso se limpia de culpas”, resume Marull.
Si el oficialismo tiene menos de 30% “ya se podría empezar a hablar de que se disuelve Cristina, y eso podría cambiar el juego de identidades de la política argentina, porque todas se configuran en torno a cuántos centímetros, metros o kilómetros se está de Cristina”, apunta Giacobbe.
Los liberales
Otro punto no menor en esta elección es lo que pasará con el liberalismo en Argentina, con el surgimiento de figuras como José Luis Espert y Javier Milei, ambos candidatos a diputados por la Provincia y Ciudad de Buenos Aires, respectivamente.
Jorge Giacobbe dice que hay que dividir al electorado en tres: los kirchneristas, los antikirchneristas y los que no quieren participar en esa pelea y ahí aparecen las otras fuerzas o los movimientos locales.
Mientras en la Provincia de Buenos Aires, casi el 80% de los votos se polariza entre kirchnerismo y no, se estima que los liberales tengan entre 5 y 6 puntos, lo mismo que las fuerzas más de izquierda que para todos los efectos se alían al gobierno en el Congreso.
Pero en la Ciudad de Buenos Aires, el liberalismo, personificado en Milei, va a estar cercano a los 17 puntos, según Giacobbe, lo que lo transforma en un fenónemo en sí mismo.
Todos ellos, apunta, serán pragmáticos. “En la oposición, Juntos por el Cambio, está el PRO original, la coalición cívica de Elisa Carrió, y otros liberales como Ricardo López Murphy o Milei. Pero no hay mucha discusión interna, porque lo importante para ellos es convertirse en una herramienta para pegarle un sopapo a Cristina”, destaca el experto electoral.
Elecciones 2023
El actual gobierno termina en diciembre de 2023, y aunque faltan casi dos años para ello, lo que pueda pasar, Marull lo resume así: “en Argentina puede pasar una vida en dos años”.
Después de estas elecciones, el kirchnerismo tiene que pensar cuál es su sucesión si es que Cristina no sale fortalecida. Las opciones, dice Giacobbe, son dos hasta ahora. Máximo Kirchner, el diputado e hijo de la actual vicepresidenta, o Axel Kicillof, actual gobernador de la Provincia de Buenos Aires y exministro de Cristina Fernández.
“Ellos están en capacidad de tener los votos de Cristina, pero no de crecer más allá de eso”.
Juntos por el Cambio está en la situación contraria. Tiene varios candidatos para el 2023 y hay que ver cómo se ordenan. De los que más suenan está Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, alguien a quien se le identifica como buen gestor, pero “blando” con el Kirchnerismo. Y su antípoda Patricia Bullrich, ex ministra de Seguridad de Mauricio Macri, quien tiene más perspectivas de ganar actualmente.
Entre ellos dos podría haber un juego de candidatos a presidente y vicepresidente.
¿Y Macri otra vez? No está desaparecido. “La crisis de Cristina lo hizo recuperar un poco de imagen, pero está lejos de ser el mejor posicionado. No está destruido, pero sí desgastado. No debería ser una apuesta electoral, porque en una elección debes plantear un escenario de esperanza. Macri arrancaría su campaña dando explicaciones sobre por qué le fue mal en su gobierno. Eso no construye esperanza”, dice Giacobbe.
¿Y el mercado?
En cuanto a las reacciones del mercado a las elecciones, Marull dice que “está impactando poco. Si pierde el gobierno, que es populista, debería bajar el dólar, subir la bolsa, y subir los bonos. Pero hay una historia para cada activo. Por ejemplo, post PASO donde perdió por paliza el gobierno, las acciones subieron, porque están muy bajas y descuentan un cambio en 2023. El dólar debería haber bajado, pero subió un montón, porque el gobierno endureció el cepo cambiario. Y los bonos, que deberían haber subido, bajaron, porque no hubo avances con las negociaciones con el FMI”.
Si se confirman los resultados, los próximos dos años el Gobierno pierde diputados y senadores, donde tiene mayoría en la primera, y quorum calificado en la segunda. Y eso sería una señal de debilidad, sobre todo para Cristina Kirchner que es la presidenta del Senado. Pero no frena todo, aunque sí pone piedras en el camino. Y eso hace que las agendas vayan a ser más moderadas.
“Por ejemplo, si mantienen la mayoría, el Gobierno puede rechazar un acuerdo con el FMI solo con los votos del partido, ahora hay que negociarlo. Esta elección da gradualismo y racionalidad”, acota Marull.