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El largo idilio de Warren Buffett con el S&P500: sus más recientes recomendaciones a inversionistas
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Aunque los nonagenarios Warrent Buffett y Charlie Munger niegan que estén alistando su retiro, la última de sus míticas reuniones con los inversionistas de Berkshire Hathaway no fue como cualquier otra. No sólo sus herederos, Greg Abel y Ajit Jain, estaban en el escenario, la mítica reunión del “Oráculo de Omaha” y su socio con los inversionistas se dio en medio de rumores de recesión y el temor a una crisis bancaria mayor.
¿Qué aconseja Buffett, considerado uno de los mejores inversionistas del mundo? La respuesta es menos complicada de lo que se podría pensar: diversificación, largo plazo, fundamentos y bajos costos.
No cualquier inversionista puede amasar en su portafolio el 20,4% de American Express, el 10% de BYD o y el 5,8% de Apple. Pero no es imposible replicar su estrategia. El portafolio de Berkshire contiene 52 instrumentos. El fondo favorito de Buffett tiene 500.
Entre decenas y decenas de acciones, en el portafolio de Berkshire destaca dos fondos indexados, ambos dedicados a seguir los rendimientos del mismo índice: el S&P500.
Históricamente, Buffett ha recomendado a inversionistas de todo tipo y tamaño apostar por estos instrumentos, a los que considera una forma sencilla para participar en el mercado de valores y beneficiarse de su crecimiento general, sin necesidad de ser especialista, y reduciendo a su vez el riesgo que la volatilidad bursátil inyecta en los portafolios.
Los fondos indexados minimizan los costos por comisiones, dado que son gestionados de forma pasiva, es decir que siguen el comportamiento de un índice particular sin la intermediación de administradores que se dediquen a escoger a acciones o tomar decisiones de inversión.
“Los ETFs indexados al S&P500 específicamente, IVV, VOO y SPY, ofrecen acceso a invertir en las 500 empresas más grandes de Estados Unidos. Para tener una magnitud, esos tres ETF en total suman inversiones por cerca de US$ 976.000 millones, los que lo convierten en una alternativa tremendamente utilizada”, explica Priscila Robledo, economista jefe de Fintual.
En su carta de 2013 a los accionistas de Berkshire Hathaway, Buffett escribió famosamente que ha instruido que el administrador del fideicomiso que dejará como herencia coloque: “el 10% del efectivo en bonos del Estado a corto plazo y el 90% en un fondo índice S&P 500 de muy bajo costo. (Creo que los resultados a largo plazo de esta política serán superiores a los obtenidos por la mayoría de otros instrumentos con elevadas comisiones”.
Para entonces, el CEO de Bekshire Hathaway estaba en medio de una apuesta por un US$1 millón que inició en 2008 y en la que desafió que el ETF S&P500 de Vanguard superaría por mucho la rentabilidad de cinco hedge funds (escogidos por un tercero) en un período de 10 años. El empresario ganó la apuesta. En 2017, los hedge funds escogidos habían rentado en torno un 36%, mientras el ETF de Vanguard acumulaba un avance de 126%.
Apuesta de largo plazo
La preferencia de Buffett por los fondos índice se basa en la creencia de que, a largo plazo, el mercado de valores seguirá creciendo y los inversores que inviertan de manera constante en el mercado obtendrán recompensas. Históricamente, el S&P 500 ha ofrecido un rendimiento anual promedio de alrededor del 10% desde su creación en 1926. En la última década, acumula un alza de 153% y de 259% desde 2010. Es decir, quien invirtió hace una década ha más que duplicado su capital inicial.
La fe de Buffett por el S&P500 y, por ende, por la economía estadounidense resiste a las especulaciones de una próxima recesión y el impacto que tendrá en la gran mayoría de las empresas a las que está expuesto. “Llevo invirtiendo 80 años, más de un tercio de la vida de nuestro país. A pesar de la inclinación -casi entusiasmo- de nuestros ciudadanos por la autocrítica y la duda, todavía no he presenciado un momento en el que tuviera sentido hacer una apuesta de largo plazo contra Estados Unidos”, escribió en su última carta publicada en febrero.
A tener en cuenta
No es una apuesta sólo por EEUU. Las empresas más grandes del S&P500 operan a nivel global. De ahí la idea de que quien invierte en este índice estás aumentando su exposición a la actividad económica mundial en general. Por ejemplo, Apple, Microsoft y Amazon son las empresas con mayor peso en el índice. En los tres casos, su rendimiento depende de mercados fuera de Estados Unidos.
Sin embargo, las variaciones del índice son muy sensibles a los eventos y políticas fiscales y monetarias de ese país. Dada su volatilidad, además apunta Robledo, este tipo de instrumento no se recomienda para inversionistas aversos al riesgo o con portafolios orientados al corto plazo. “Deben verse como un complemento de un portafolio más balanceado”, agrega.
La mayoría de Fintech, bancos y administradoras de fondos ofrecen ETF del S&P500 con pagos de comisiones mínimos (Buffett favorece el de Vanguard por esa razón). Pero no está libre de riesgos. Robledo advierte que hay que tener consideraciones la moneda en que se invierte:
“Un inversionista chileno debe tener en consideración que está invirtiendo en una moneda diferente al peso local (dólares o euros), por lo tanto, podría estar expuesto a volatilidades propias del tipo de cambio”.