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Volodymyr Zelensky, antes y después de la guerra en Ucrania

Volodymyr Zelensky, antes y después de la guerra en Ucrania

El actual presidente no tenía experiencia política antes de convertirse en jefe de estado. Antes de llegar al palacio de gobierno ejercía como un conocido actor y productor cinematográfico. Hoy, está detrás de uno de los conflictos geopolíticos más complejos de los últimos años.

Por: Por Ben Hall y Roman Olearchyk | Publicado: Viernes 18 de febrero de 2022 a las 21:00
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Hay una escena en el programa de televisión Servant of the People que muestra a un líder ucraniano ficticio enfrentándose a los partidarios occidentales de su país.

“Quiero agradecer al jefe del FMI y a su junta directiva por el tiempo que nos desperdiciaron y por una conversación muy significativa”, dice el presidente, interpretado por Volodymyr Zelensky. “Sintiendo una profunda gratitud, quiero decir: ¡Mete tu cabeza en el trasero!”. 

La ficción se ha convertido en realidad. Zelensky, elegido presidente en 2019, es ahora quien desafía a sus socios occidentales, encabezados por Washington, por sus advertencias sobre una posible invasión rusa a Ucrania.

El mes pasado, reprendió a Joe Biden por un error sobre cómo una “incursión menor” de las fuerzas rusas podría provocar una respuesta occidental menos severa. Luego Kiev criticó a Washington por retirar a algunos diplomáticos estadounidenses y sus familias. A finales de enero, Zelensky discrepó con las repetidas advertencias de Estados Unidos sobre una inminente invasión rusa, diciendo que podrían sembrar el pánico y servir a los objetivos de Vladimir Putin de debilitar la economía y desestabilizar el país.

“Soy el presidente de Ucrania. Tengo mi sede aquí y creo que conozco los detalles más a fondo que cualquier otro presidente”, dijo Zelensky.

Pero ahora, el mandatario ucraniano guarda silencio.

 Muchos políticos y analistas locales comparten las dudas de que Rusia esté preparada para una invasión a gran escala. Pero castigar a su aliado más cercano es, para sus críticos, evidencia de que el ex comediante no está capacitado para el trabajo. “El mensaje sobre la amenaza rusa es un desastre total”, señala Pavlo Klimkin, ex ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania.

Los partidarios, sin embargo, ven a un político valiente. “En esto (riesgo de invasión), creo que tiene razón”, dice un funcionario europeo. “Tiene que estar calmando la situación. Debería estar frustrado con Occidente”.

Comediante y anti-corrupción

Zelensky, de 44 años, no tenía experiencia política antes de convertirse en jefe de Estado. Judío de habla rusa, formó un equipo de comedia en su juventud, conocido como Kvartal 95, que luego se convirtió en una exitosa productora. Saltó a la fama como la estrella de Servant of the People, en la que interpreta a un profesor de historia crítico de la corrupción, quien luego gana la presidencia. Una trama que, años después, se convirtió en realidad.

 Ganó las elecciones con dos promesas: poner fin a la guerra en la región de Donbás -provocada por Moscú y sus aliados separatistas en 2014- y acabar con la influencia corruptora de los oligarcas en el Estado. Una población cansada de la guerra, enojada con el soborno generalizado, fue seducida por su imagen limpia.

Zelensky esperaba ser “un buen tipo para todos”, explica María Zolkina de la Fundación Iniciativas Democráticas, un grupo de expertos en Kiev. Una vez que comenzó a tomar posiciones, comenzó la desilusión. Sus primeros e infructuosos intentos de llegar a un acuerdo con Putin enfurecieron a los nacionalistas ucranianos, mientras decepcionaban a los votantes prorrusos, una parte clave de su electorado.

Incluso los aliados dicen que fue demasiado optimista al principio. “Realmente soñaba con una transformación rápida y exitosa. Creía que encontraría alguna solución con Rusia. Creía que recibiría apoyo de Occidente”, dice Yuriy Vitrenko, jefe del grupo energético Naftogaz. En su primera cumbre, Zelensky esperaba cortejar a Putin con su calidez personal, agrega Vitrenko. “Putin no estaba bromeando. Ni siquiera era duro. Era cruel”.

¿Anti-Occidente?

Mientras tanto, los esfuerzos del presidente ucraniano contra los oligarcas están logrando un progreso limitado. El año pasado impuso sanciones a Viktor Medvedchuk, un empresario y político prorruso, cerrando sus canales de televisión, lo que enfureció a Putin. En contraste, Ihor Kolomoisky, un empresario que apoyó su campaña electoral y que está siendo investigado en Estados Unidos por fraude y lavado de dinero, no ha enfrentado cargos en Ucrania.

El gobierno de Zelensky aprobó algunas reformas, incluida la liberalización de la venta de tierras. Pero tiene un historial de destitución de ministros y funcionarios que no le brindan resultados instantáneos.

El gobierno está dirigido por un pequeño equipo de ayudantes, algunos de ellos asociados de Kvartal 95. Los funcionarios europeos se quejan de una “burbuja de información” que rodea a Zelensky. Mucho poder recae en Andriy Yermak, el jefe de la administración presidencial, quien es amigo de la familia, abogado y productor de cine. “Actualmente, las instituciones son extremadamente débiles”, dice Klimkin.

Zelensky es un político emocional e intuitivo con tendencia a tomar decisiones precipitadas por su cuenta. Los asesores reconocen que este hábito puede irritar a las personas.

Le molesta que Occidente no aprecie la complejidad de los problemas de Ucrania, dice un diplomático europeo. Las débiles sanciones contra Rusia, la anterior renuencia de Washington a armar a Kiev, el intento de Donald Trump de utilizar a Zelensky con el fin de desacreditar a Biden y el nuevo gasoducto de Alemania desde Rusia -sin pasar por Ucrania- han creado desconfianza en las intenciones occidentales.

Zelensky teme verse obligado a aceptar un acuerdo de paz de Donbás más cercano a los términos rusos, que muchos ucranianos patriotas no aceptarían, lo que generaría disturbios civiles. “Él no confía en Occidente”, dice Klimkin, “pero tampoco en Putin. No confía en los oligarcas. Eso es un gran problema en su presidencia”.

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