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Fin de la era Merkel: 7 apuntes para seguir las elecciones en Alemania

Fin de la era Merkel: 7 apuntes para seguir las elecciones en Alemania

La Era Merkel llega a su fin, y con ello el país más poderoso de la Unión Europea podría dar un paso más a la izquierda. ¿Cuáles son las coaliciones posibles? ¿Qué está en juego? Aquí siete claves para seguir los comicios más importantes de la UE este año.

Por: Marcela Vélez-Plickert | Publicado: Sábado 18 de septiembre de 2021 a las 21:00
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1 El legado

Para toda una generación, Alemania no ha tenido otro gobernante que no sea Angela Merkel. Es la mujer que ha liderado Alemania desde 2005 y, casi de facto, Europa desde la última década. “La mujer más poderosa del mundo”, “la defensora del mundo libre” son algunos de los títulos que le ha dado la prensa internacional.

Angela Dorothea Merkel, hija de un pastor luterano de Hamburgo, que decidió voluntariamente irse a Alemania del Este, creció bajo el régimen de la dictadura comunista de la RDA. Su cercanía al Partido Socialista Unido, que gobernó bajo tutela de los soviéticos, aún es tema de debate. Pero biógrafos, ex colaboradores y analistas políticos han coincidido en atribuir a su vida en dictadura la extrema reserva con que actúa.

Es difícil saber qué piensa Merkel, sus gestos rara vez la delatan. Por eso, su crítica directa a Donald Trump fue considerada aún más relevante. Su habilidad para mantenerse al margen y esperar que los actores en crisis vayan decantando hacia un acuerdo, la convirtió en un personaje clave durante las negociaciones para los rescates a Grecia, durante la crisis del euro en 2010-2012.

A Merkel se le atribuye el dinamismo de la economía alemana previo a la crisis financiera, y su rápida recuperación después de ésta. También el que la Eurozona haya avanzado un paso más hacia su integración total. Al respaldar el rescate a Grecia, financiado en gran parte por el fisco alemán; y más aún al respaldar la emisión de deuda europea, como parte del parque de respuesta a la pandemia, Merkel abrió la puerta a la integración fiscal del bloque.

Su legado, sin embargo, no está exento de críticas, y no solo de quienes se oponen a entregar más soberanía a Bruselas. En un acto inusual en ella, en septiembre de 2015, Merkel decidió de forma personal abrir las fronteras alemanas a la ola de refugiados de Siria, Iraq y Afganistán.

La decisión elevó aún más su estatura internacional. Sin embargo, los efectos de su decisión, seis años después, aún siguen pesando sobre Alemania y Europa. Posteriores atentados terroristas han sido atribuidos a militantes islamistas que aprovecharon la generosidad alemana; la llegada masiva de inmigrantes sorprendió a los gobiernos regionales alemanes sin ninguna preparación ni presupuesto, aumentando el rechazo y ataques xenófobos; y la región se ha vuelto dependiente de Turquía, país al que paga para que mantenga a nuevos refugiados en campamentos.

En lo interno, grandes empresas cuestionan la falta de un plan de Merkel para modernizar Alemania. El último gran paquete de reformas que implementó el país fue en 2005 (Agenda 2010), diseñado por su predecesor, el socialdemócrata Gerhard Schröder.

Y si bien su famoso “U-turn”, cuando en 2011 cambió radicalmente su decisión y anunció el cierre de las plantas nucleares del país, la elevó a categoría de nueva líder de los medioambientalistas, lo cierto es que esto ha llevado a Alemania a depender más de las importaciones de gas de Rusia y de la energía térmica a carbón. Ambas fuentes aún más contaminantes.

Entre luces y sombras, sin duda, Angela Merkel ya ha inscrito su nombre en la lista de grandes líderes políticos. De su sucesor dependerá demostrar que el liderazgo de Merkel en la arena internacional no solo se debió a un rasgo personal, sino que fue resultado de gobernar al motor económico de la UE.

2 El heredero inesperado

Cuando Olaf Scholz fue derrotado en las elecciones internas de su partido socialdemócrata (SPD) en noviembre 2019 se especuló con su retiro de la política. Pero, en un sorpresivo giro, el Ministro de Finanzas y vicecanciller es ahora el favorito para suceder a Merkel.

Hasta hace dos meses, Scholz aparecía fijo en el tercer lugar, detrás de los candidatos de la coalición democratacristiana (CDU/CSU) y los verdes (Die Grüne). Pero una serie de errores de sus contendores y una tragedia crearon las condiciones para que diera nueva vida al golpeado SPD, que hoy lidera con 25,4% de intención de voto.

Los socialdemócratas han estado en declive desde hace 20 años, perdiendo la mitad de sus electores desde entonces. El partido ha sido incapaz de capitalizar su rol como socio de CDU/CSU en la llamada “Gran Coalición”, con la que Merkel ha gobernado en tres de sus cuatro períodos.

El exalcalde de Hamburgo es visto como un socialdemócrata tradicional y cercano a los trabajadores. Fue él quien lideró el despliegue del gobierno en Nordrhein Westfalen tras las inundaciones en las que murieron casi 200 personas. Como Ministro de Finanzas, también fue responsable de “la bazuca” de 500 mil millones de euros con la que el gobierno alemán respondió a la pandemia.

Desde julio, tras las inundaciones, Scholz pasó a liderar las encuestas, y abrazó rápidamente el rol de “heredero”, adoptando incluso la pose preferida de Merkel: de frente y con las manos juntas en forma de diamante.

3 Una mala campaña

Armin Laschet tenía todo para triunfar fácilmente en la elección. Como candidato de la coalición democratacristiana de Merkel, CDU/CSU, el presidente de Nordrhein Westfalen creyó tener la partida ganada. Pero, a una semana de las elecciones, los democratacristianos han perdido la ventaja y aparecen segundos en las encuestas, con un 20-21% de intención de voto.

Una verdadera debacle para una coalición que ha perdido apenas tres elecciones desde 1950, aunque ciertamente ha venido en descenso desde 2013 (cuando ganaron con 41,5%).

Por un lado, Laschet ha tenido problemas para movilizar a las propias bases del partido. Merkel tampoco parece convincente en las apuradas intervenciones que ha hecho recientemente para tratar de salvar la carrera.
Laschet ha ocupado cargos públicos desde 1979 y es un sazonado político. Pero su perfil católico y conservador contrasta con la agenda progresista que domina entre la élite más joven, menos interesada en mantener el status quo.

Su peor error fue reírse durante un sentido discurso del presidente del país, Frank-Walter Steinmeier, en la zona afectada por las inundaciones, que es -para agravar el gesto- la región liderada por Laschet. Desde entonces, CDU/CSU comenzó a caer en las encuestas.

Ya en 2017, Laschet logró dar vuelta a las encuestas y vencer al candidato socialdemócrata en las elecciones de Nordrhein-Westfalen. Hay dudas, también al interior del partido, de que pueda hacerlo otra vez.

4 El peso de la inexperiencia

Si había alguien que se perfilaba como la sucesora de Merkel, al menos hasta hace unos meses, esa era Annalena Baerbock, la copresidenta del Partido Verde (Die Grünen). Diputada desde 2013, Baerbock, de 40 años, es la primera candidata a canciller de su partido. Fundado oficialmente en 1993, Die Grünen es el resultado de la unión con su par ideológico de Alemania del Este (Alianza 90) y lidera una agenda de izquierda progresista.

La crisis nuclear de Fukushima, y el movimiento mundial contra el cambio climático y por la igualdad de género han creado el escenario ideal para que Die Grünen ganen terreno entre la élite profesional y académica.
Mientras Scholz y Laschet se pelean por el puesto de sucesor de Merkel y continuador de su gestión, Baerbock hace campaña en base a lo contrario: una promesa de cambio radical.

En una Europa dominada por lo políticamente correcto, Baerbock se convirtió en la favorita de la prensa. Al menos hasta junio, cuando periodistas descubrieron varias inconsistencias en su currículum, poniendo en duda la experiencia laboral (fuera de la actividad partidaria) que afirmaba tener. También se descubrieron numerosos pasajes plagiados en el libro en que plasmó su plan para Alemania.

En un país donde ministros han perdido sus cargos tras descubrirse plagios en sus tesis doctorales, los errores de Baerbock minaron la confianza de los electores. Hoy los verdes aparecen terceros en las encuestas, con apenas 16% de la intención de voto.

5 Juego de tronos

Alemania tiene un sistema parlamentario, por lo que se vota por partidos y no por personas, aunque la campaña se centra en los candidatos a Canciller. Berenberg Economics ha elevado el chance de que el socialdemócrata Scholz sea electo Canciller del 25% al 50%, mientras Laschet baja de 55% a 40%, y Baerbock cae a apenas 10% de probabilidad. Es decir, todavía hay posibilidades de que CDU/CSU mantengan su rol como líder de una coalición de gobierno.

A menos que las encuestas estén totalmente equivocadas, la votación aparece tan dividida que es probable que Scholz o Laschet necesiten no de uno, sino de dos partidos más para formar una coalición con mayoría en el Bundestag para gobernar. Fuera de los tres partidos que lideran las encuestas están los demócratas liberales (FDP), la derecha (Alternative für Deutschland, AfD) y la izquierda (Die Linke).

Los dos últimos son considerados partidos extremos (para el espectro político alemán) y son vistos como socios improbables para cualquier coalición.

No es la primera vez que, a pesar de ser un partido menor, el FDP adquiere rol de “King maker”, clave para formar una coalición de gobierno. Especialmente ahora, todo apunta a que ni CDU/CSU ni el SPD están dispuestos a repetir la “Groko” (Große Koalition), que ha dominado desde 2013.

6 ¿Cuán a la izquierda?

Si la tendencia de las encuestas se mantiene, en esta ocasión serán los socialdemócratas los que liderarán la coalición de gobierno. Se da por descontado que, tras años en el poder, CDU/CSU rechazarán la idea de ser un socio minoritario y apostarán por ser oposición.

Las cercanías de sus agendas convierten al SPD y Die Grüne en socios naturales. Pero, de ser necesario un tercer socio, la formación de la coalición se complicaría. Una vía posible es la denominada coalición semáforo: SPD (rojo), Die Grüne (Verde) y FDP (amarillo). Sin embargo, un intento similar ya fracasó en 2005, en rechazo del FDP de la agenda de alzas de impuestos de los Verdes, y las diferencias se mantienen.

Pero la otra posibilidad, una coalición Roja-Verde-Roja con Die Linke, herederos del partido comunista que rigió en Alemania del Este, genera tanto rechazo, que bien podría ayudar al SPD a presionar a los liberales a unirse a su gobierno.

Tampoco hay que descartar la posibilidad de que, tras arduos meses de negociaciones, finalmente CDU/CSU ceda y se forme una coalición “Jamaica” (Roja, Verde y Negro, color de los socialdemócratas), o incluso una coalición “Alemania”: Rojo (SPD), Negro (CDU), y Amarillo (FDP). Esta última opción es la que cuenta con las preferencias del mercado, pues evitaría el empuje hacia la izquierda que promete una alianza entre el SPD y los Verdes. Es también la opción a la que los analistas de Berenberg Economics asignan menos probabilidades: apenas 5%.

7 Impacto internacional

Sin una sorpresa el día de la elección, un denominador común en las discusiones para una próxima coalición de gobierno es el importante rol que tendrán los Verdes. Su agenda aboga no solamente por acelerar el avance a la carbono neutralidad, sino también por aumentar el gasto fiscal (financiado en parte por más impuestos) y por una mayor integración a nivel europeo.

Grandes empresas alemanas han advertido del negativo impacto en la competitividad del motor exportador europeo por el mayor costo de la energía (ya uno de los más caros en la región), y la falta de reformas para impulsar el crecimiento a largo plazo. Ya sea con el SPD y Scholz a la cabeza; o con la CDU/CSU de Laschet, los Verdes impulsarán el eje hacia un mayor gasto fiscal y hacia buscar la integración fiscal de la Eurozona.

El impacto más inmediato, sin embargo, será político. Según un reciente estudio del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, si bien un 41% de encuestados votaría por Merkel como hipotética presidente de la UE, entre los países del bloque hay una baja percepción de que Alemania sea el país indicado para liderarlos tras su salida.
Se abre así la búsqueda de un nuevo liderazgo en la UE, porque hasta ahora ni Scholz ni Laschet parecen tener la estatura política de Merkel. A su favor, hay que decir que Merkel tampoco la tenía cuando asumió en 2005.


LIBROS: En español, se publicó en 2019 “La Física del Poder”, una biografía de la canciller alemana. Pero su biografía autorizada la escribió Stefan Kornelius, en una edición que ha sido también traducida al inglés. Otro libro, solo en alemán, que sirve de contraste es “Das Erste Leben der Angela M.”, que aborda su vida en Europa del Este y su cercanía al régimen y al marxismo soviético.

FILM: “The Unexpected” se titula el documental dirigido por Torsten Körner y Matthias Schmidt sobre el ascenso político de Merkel, y el rol clave que tuvo en varias de las crisis europeas recientes, sobre todo en la crisis migratoria de 2015.

PODCAST: La cadena pública Deutsche Welle ha publicado 12 episodios del podcast “Merkel’s Last Dance”, en el que se hace un amplio repaso de su figura política, a través de entrevistas a líderes europeos, académicos, periodistas y ex funcionarios de sus gobiernos. https://www.dw.com/en/politics-podcast-merkels-last-dance/a-54872007

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