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Fútbol, golf y video juegos, la apuesta de Arabia Saudita por el soft power

Fútbol, golf y video juegos, la apuesta de Arabia Saudita por el soft power

El titán petrolero está aprovechando sus recursos para diversificar su economía y ganar influencia global al mismo tiempo.

Por: Marcela Vélez-Plickert | Publicado: Sábado 24 de junio de 2023 a las 04:00
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Durante el reciente US Open, uno de los torneos de golf más importantes del mundo, no fue la apertura de uno de los campos más exclusivos de Los Ángeles, ni la destreza de los jugadores lo que captó los titulares, sino la multimillonaria operación que está por dejar en manos de un solo dueño todo el circuito mundial de este deporte.

Si ningún proceso legal se interpone, LIV Golf, fundado por Arabia Saudita en 2021, se fusionará con el PGA Tour. El fondo soberano saudita (PIF), propietario de LIV Golf, pagará US$3.000 millones para quedar como principal accionista de la nueva empresa que controlará el golf mundial.

El costo de la inversión es pequeño para los US$ 650.000 millones de activos que el PIF ha acumulado gracias a las regalías petroleras.

El anuncio es sólo el último en una serie de multimillonarias inversiones que se han acelerado en los dos últimos años y que forman parte del plan maestro Vision 2030, con el que el príncipe heredero Mohammed bin Salman (MBS) quiere diversificar y modernizar la economía de la potencia petrolera.

Otra adquisición reciente del PIF fue Cristiano Ronaldo, quien comenzó este año un contrato por US$400 millones con el Al-Nassr Football Club, propiedad del fondo soberano. Su rival, aunque también controlado por el PIF, Al Ittihad FC acaba de sellar un contrato similar con Karim Benzema, que dejará Madrid por Riad.

Otras estrellas del fútbol estarían en la mira de los clubes del PIF, que busca elevar el valor de la liga de fútbol árabe. “Este tipo de transacciones siempre genera dudas debido al volumen de dinero, las personas involucradas y la política que puede estar detrás. Porque cada vez que un fondo soberano hace un movimiento, es político. Tiene un aspecto absolutamente político”, afirma a DFMAS  Dr Theodore Karasik, senior advisor de la consultora Gulf States Analysis, con sede en Washington.

En el caso de MBS y sus consejeros han optado por industrias globales para dar forma a lo que Karasik denomina “soft power con características árabes”.

No es una estrategia aislada, Qatar ha sido especialmente activo en el fútbol, adquiriendo el Paris Saint Germain y uno de sus exministros está liderando la puja por el Manchester United.

Lo que hace particular la estrategia de Riad es la apuesta por el entretenimiento con alcance global. Además del fútbol y el golf, Arabia Saudita ha sumado un Grand Prix de Formula 1 y la “Gran Noche de los Campeones” que la WWE organizó en marzo en Jeddah vendió sus 30.000 entradas en cuestión de horas.

Además, el PIF creó el año pasado Savvy Gaming Group. La firma ha invertido US$5.000 millones en una empresa de e-sports, y entre febrero y marzo pasado aumentó sus compras para quedarse con el 8% de Nintendo y el 9% de Electronic Arts, que publica el popular videojuego de FIFA. Desde Savvy afirman que tienen inversiones planificadas por unos US$38.000 millones, para hacer de Arabia Saudita un hub en el desarrollo de videojuegos.

“El deporte es un componente significativo de la economía global, el consumo, los medios de comunicación, el contenido digital, Como ministro de inversiones, lo acojo como una oportunidad… más Fórmula E, Fórmula Uno, combates de boxeo, torneos de fútbol… Es parte de retener a quienes eligen Arabia Saudita como su hogar y para traer seguidores globales de estos deportes al reino para las diversas actividades y eventos que tendrán lugar aquí”, explicó en entrevista con CNBC el ministro de saudita de Inversiones, Khalid Al-Falih.

Uno de los pilares de Vision 2030 es atraer a 100 millones turistas al país. Parte de la estrategia son cinco giga-proyectos, incluyendo la construcción de NEOM, ciudad que consumirá exclusivamente energías renovables; y Qiddiya, una ciudad de entretenimiento y eventos internacionales.

Karasik afirma que el Príncipe saudita y su equipo vieron una oportunidad para acelerar la estrategia Vision 2030 tras el fin de la pandemia. “Ven que es el momento de poner en marcha nuevas ideas [y tecnologías y oportunidades de entretenimiento, en eventos transculturales, si se les quiere llamar así... Tienes un príncipe heredero ambicioso, a punto de convertirse en rey, que quiere avanzar hacia la Cuarta Revolución Industrial”, agrega.

Eso explica las apuestas del PIF en Disney y grandes tecnológicas como Amazon, Uber, Alphabet o Meta, además de venture capital a través de Softbank y otros fondos.

A nivel político las mega inversiones sauditas comienzan a causar suspicacia. En EEUU, la senadora demócrata Elizabeth Warren ha pedido que reguladores de libre competencia investiguen la operación entre LIV Golf y PGA Tour.

El asesor de Gulf States Analytics afirma que las dudas son generadas por académicos y políticos que están en contra de Arabia Saudita por razones políticas y afirma que se han logrado avances en materia de derechos humanos, al menos comparados a otros países de la región.

Como país musulmán (mayoría sunita), Arabia Saudita es regida por los principios de la Ley Sharia, pero desde 2019 ha relajado restricciones para las mujeres, permitiéndoles conducir, viajar y vivir solas, sin necesidad de un guardián masculino.

A pesar de los avances, Arabia Saudita tiene un largo historial de acusaciones de violaciones de los derechos humanos, incluyendo recientes ejecuciones masivas, largas condenas de prisión (+30 años) contra activistas, minorías sexuales y el asesinato del periodista disidente Jamal Khashoggi en 2018.

“En lugar de abrir sus puertas y dejar entrar el mundo (Occidental) a sus reinos, los estados árabes están saliendo hacia el mundo”, afirma Karasil. Un cambio que obliga a EEUU y Europa a reconsiderar sus roles en un mundo donde más actores se convierten en centros de poder.

Hoy la base del poder de Arabia Saudita es el petróleo. Pero, aunque lentamente, el mundo avanza hacia un mundo sin combustibles fósiles. Cuando llegue ese día, Riad tendrá otra fuente de poder de la que quizás Occidente tenga más problemas a renunciar: el entretenimiento.

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