Con más de 316 mil seguidores en X (Twitter), el profesor de periodismo de la Universidad de Nueva York Jay Rosen es uno de los académicos más influyentes en la reflexión sobre el periodismo, la era digital, la democracia y el público. Además de su rol crítico de la prensa de Estados Unidos, lleva analizando desde 1988 las carreras presidenciales de su país, mirando de cerca el impacto que tienen los debates televisivos en los estadounidenses. 

Consultor y comentarista para diversas organizaciones de medios y plataformas digitales, a menudo se le puede ver en hilos de Twitter discutiendo con políticos y pensadores -además de entrevistas en medios- sobre el que ha sido su mantra estos últimos años: que los medios americanos deberían enfocarse más en cubrir las implicancias de la contienda presidencial y las políticas públicas que propone cada uno de los candidatos más que la carrera por el poder. Algo que termina por empañar lo que, para Rosen, es lo que realmente importa.

Por eso, debates como este, dice, son la unidad de medición perfecta, tanto para evaluar el rol del periodismo como para calibrar lo que se avecina como una elección única en la historia estadounidense: con una vicepresidenta que pasa de gobernar el país a armar una campaña presidencial desde cero a tres meses de los comicios. 

Jay Rosen usualmente se prepara para estos eventos. Junto a su esposa, preparan comida y se sientan juntos a ver el debate televisivo. Pero esta vez fue distinto. “Estábamos tan nerviosos que no hubo espacio ni siquiera para comer”, asegura. 

- Se ha hablado de que este debate era inusualmente significativo para la carrera presidencial. ¿Por qué era tan importante? 
- Primero hay que entender que el calendario normal de una elección presidencial fue interrumpido por esta noticia de que Joe Biden se bajaba de la carrera a medio camino. Esto fue un shock para el sistema, y realmente cambió todo el curso regular de una elección. Pero también significó que Kamala Harris tuvo que hacer en tres meses lo que normalmente se hace en 23 meses. Más importante aún es que casi nadie fuera del ámbito político realmente sabe quién es. Por lo tanto, el debate adquirió un papel mucho más importante de lo que normalmente tiene. Porque no sólo era si los demócratas podían encontrar una manera de evitar que Trump regresara a la Casa Blanca, sino también cómo Harris se presentaría ante los votantes estadounidenses, ya que la mayoría no sabe nada de ella.

- ¿Y lo logró?
- Definitivamente se hizo más conocida. No sabemos si lo hizo lo suficientemente bien. Queda mucho por hacer. El trabajo no está terminado. Pero dio un paso adelante en eso. Y fue exitosa al demostrar que no se deja intimidar por Donald Trump. Pero también sucedió otra cosa que es muy inusual: previo al debate, los demócratas temían que Biden no sólo perdería la presidencia, sino que probablemente causaría que los demócratas perdieran muchos escaños en el Congreso.

El desafío era grande: no hay antecedentes y no existe un plan sobre cómo cambiar de vicepresidente a presidente justo al final de la campaña. Pero resultó que ella estaba muy preparada y sabía lo que quería hacer y, de un momento a otro, los demócratas se entusiasmaron con su candidata. Todas estas cosas son diferentes a los ritmos normales de una campaña presidencial en EEUU.

- ¿Cuáles diría que fueron los momentos clave donde Harris demostró que no le tenía miedo a Trump? 
- Muchos observadores dicen que cuando Kamala Harris salió (en escena), se acercó directamente a Trump, le dio la mano y le dijo, “tengamos un buen debate”, fue un movimiento de poder. Él no se lo esperaba.

- ¿Y cuáles fueron las debilidades de cada uno?
- Hubo un acuerdo general entre periodistas, políticos y analistas de que ella realmente no respondió algunas de las preguntas importantes que le hicieron y no habló directamente sobre sus planes. En cambio, dijo: “Estos son mis valores y estas son las cosas que serán más importantes para mí”. Pero no explicó cómo iba a hacer lo que dijo que era de primera importancia para ella, incluso cuando la pregunta fue directa.

- Trump tampoco lo hizo...
- Por supuesto, pero Trump es diferente. Ni siquiera sabe lo que es una política pública. No tiene ninguna comprensión de lo que es, por lo que no puede darte sus políticas porque no tiene. Tiene prejuicios y sentimientos de lo que podría ser una. Su estilo político se basa más en las emociones que en las políticas y su estrategia fue mover todo hacia los inmigrantes. 

- Y todos lo vieron bastante enojado en el curso del debate.
- Sí, no se controló.

- Muchos periodistas anticiparon que uno de los objetivos de Trump sería demostrar que Harris era la continuación de Biden. ¿Cree que logró ese objetivo?
- La mayoría de los expertos políticos coinciden que el mejor argumento fue esto de, “estas son las cosas que dices que quieres, Kamala Harris. ¿Por qué no las conseguiste en los primeros tres años de tu gobierno? ¿Por qué no persuadiste a Joe Biden de la importancia de esas cosas?”. Ese es un buen punto del lado de Trump que sus asesores querían que enfatizara y lo hizo, especialmente al final.

- ¿Cuál es el impacto real de un debate presidencial en los estadounidenses? ¿Puede realmente cambiar el voto de una persona? 
- Bueno, no lo sabemos con certeza. Pero acá los debates son verdaderos eventos culturales. No son sólo programas políticos de una noche.

- ¿Cómo así?
- Es una oportunidad para que las personas hablen de política con sus amigos y familiares, se convierten en parte de los programas de comedia nocturnos y también son una especie de unidad de medición para ver cómo están ambos partidos. Se parecen, en cierto modo, a grandes eventos deportivos como el Super Bowl. De hecho, este debate fue el evento televisivo más grande desde el Super Bowl en febrero.

- ¿Y diría que hubo un ganador como los hay en un Super Bowl?
- No uno oficial. Pero personalmente pienso que ella hizo un trabajo mucho mejor que él, y muchas personas que incluso son seguidores de Trump estarían de acuerdo con eso. Estaba enojado, casi fuera de control, mientras que ella fue muy efectiva en presionarlo y apretar sus botones. Kamala hizo parecer a Trump más pequeño que ella, básicamente lo redujo.

- ¿Qué es lo que viene para lo poco que queda?  
- Tiene que salir y completar la tarea de presentarse a los estadounidenses, eso es un trabajo que aún le queda por hacer.