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Los deportistas olímpicos y sus dificultades para insertarse en el mercado laboral

Los deportistas olímpicos y sus dificultades para insertarse en el mercado laboral

Los medallistas no se diferencian de ciertos empresarios exitosos, que prolongan su incesante búsqueda de la gloria a expensas de un equilibrio más saludable y un mejor futuro a largo plazo.

Por: Por Andrew Hill | Publicado: Domingo 1 de agosto de 2021 a las 10:00
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Janne Müller-Wieland fue excluida del equipo olímpico alemán de hockey en mayo, a pesar de ser la capitana y de haber conducido al equipo nacional a una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Río. No ser enviada a Tokio fue un duro golpe, pero a diferencia de muchos de sus compañeros olímpicos, ella ha dicho que su identidad no está ligada a su deporte.

Ella y su esposa recientemente tuvieron un bebé, una experiencia que “no cambiaría por nada en el mundo”. Es cofundadora de Unthink, una consultora de liderazgo, y ya tiene un historial como empresaria. “Yo sé que soy más que solamente una jugadora de hockey”, dijo.

En las entrevistas de los medallistas olímpicos durante los próximos días, una pregunta que probablemente se escuchará poco es: “¿Qué viene ahora?”. Ciertamente es una pregunta que muchos deportistas, obsesivamente centrados en su sueño de alcanzar la gloria en el podio, evitan plantearse. En ese aspecto, no se diferencian de ciertos empresarios exitosos, quienes prolongan su incesante búsqueda de la gloria a expensas de un equilibrio más saludable y un mejor futuro a largo plazo.

 

Temor al futuro

Se necesita mucho para acabar con el sueño de otra oportunidad de ganar una medalla de oro. La esperanza se mantiene viva gracias a las extraordinarias historias de resurgimiento de deportistas como la británica Kelly Holmes, quien superó decepciones, lesiones, depresión y autolesiones. En un reciente documental de la BBC, Gold Rush, contó que se repetía a sí misma: “A veces solo hay una oportunidad para hacer algo: no renuncies a ella”.

Sin embargo, incluso después de ganar medallas de oro en los 800 y 1.500 metros en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, admitió que se había deprimido por la pérdida de identidad y de estructura después de renunciar al deporte en 2005.

Una encuesta realizada en 2001 entre deportistas y aspirantes olímpicos estadounidenses indicó que dos tercios de los encuestados temían su futuro después de retirarse, y que 43% tenía problemas para incorporarse a la fuerza laboral. Otra encuesta, de la Federación de Jugadores Profesionales (PPF, sigla en inglés) de Reino Unido, mostró que la mitad de los exdeportistas no se sentía en control de sus vidas dos años después de que terminaron sus carreras, según una investigación realizada por el programa State of Sport, de la BBC, en 2018.

“Nunca es demasiado pronto para prepararse para ese salto”, indica Mayi Cruz Blanco, encargada de soluciones deportivas de la agencia de contratación Adecco, la cual trabaja con el Comité Olímpico Internacional (COI) en el desarrollo profesional de los deportistas. “Pero la mayoría de las veces, los deportistas no tienen conciencia de ese momento”.

 

Inserción laboral

El documental Gold Rush recuerda cómo Reino Unido aplicó exitosamente un implacable enfoque empresarial en su búsqueda de medallas olímpicas, tras los fracasos de los años ’90. Funcionó, pero es inevitable pensar en las desventajas: la mejora del financiamiento de las estrellas hizo que muchos deportistas dediquen ahora todo su tiempo al entrenamiento, y aún menos a desarrollar habilidades y una identidad fuera del deporte. Algunos puede que se retiren incluso menos equipados para el mundo laboral que sus predecesores olímpicos de medio tiempo.

Su destino depende, en cierta medida, de su deporte. El pentatlón moderno es un deporte de “madurez tardía”, dijo Joël Bouzou, quien pudo “unir dos carreras al mismo tiempo” mientras competía en cuatro Juegos Olímpicos representando a Francia entre 1980 y 1992. Actualmente, es presidente de la Asociación Mundial de Atletas Olímpicos (WOA, sigla en inglés), un sistema de apoyo a todos los que han competido en los Juegos. Empezó como profesor de educación física, y luego obtuvo certificaciones en biología, en derecho y en economía, como una manera de prepararse para desempeñar funciones de filantropía y de administración deportiva en el futuro.

Cath Bishop, una remadora olímpica que luego se convirtió en diplomática e instructora de liderazgo, señala que los remadores de élite no suelen renunciar a su adolescencia para entrenar, a diferencia de, por ejemplo, los nadadores o los gimnastas. La clase social y la procedencia también desempeñan un papel en proporcionar las bases educativas para el éxito posterior.

 

Lecciones del deporte

Sin embargo, la transición al mundo laboral es difícil para cualquier deportista de élite. Bishop comenta que puede ser una sorpresa darse cuenta de que no todo el mundo en la oficina está tratando de “ser lo mejor que puede ser” todos los días. Müller-Wieland, quien formó parte de un programa de pasantías de EY para incorporar a las mujeres deportistas a los negocios, recuerda el choque que sintió cuando dejó de recibir constantes críticas constructivas.

Los deportistas retirados, aunque lleguen tardíamente al ámbito laboral y posean escasas habilidades técnicas, tienen mucho que ofrecerles a los empleadores en términos de energía, resiliencia y capacidad de análisis, aparte de la gloria reflejada de sus medallas.

Una lección más amplia, sin embargo, es que una cerrada devoción a ganar a toda costa no es tan productiva como parece. En los negocios, ayuda a “hacer el trabajo, pero no es una gran fórmula para ser creativo o colaborador”, comenta Bishop.

Y puede que ni siquiera sea tan útil en los deportes como lo han sugerido las historias de éxito que a menudo se relatan. Bishop cuenta en su libro The Long Win (El triunfo a largo plazo) que había logrado sus mejores resultados a principios de los 2000, cuando ya había empezado una nueva carrera y era “más que una simple deportista”.

Se concentró en su disfrute y en el dominio del remo; en las razones por las que remaba; y en las personas con las que remaba, más que en el puro objetivo de lograr la victoria. Casi como un subproducto, ganó un título mundial y una medalla olímpica.

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