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¿Por qué los millennials invierten en Robinhood y Revolut?

¿Por qué los millennials invierten en Robinhood y Revolut?

Revolut y Robinhood son las armas financieras de una nueva generación de traders. Además de la edad promedio de sus usuarios, las dos Fintech de moda comparten otros puntos en común.

Por: Marcela Vélez-Plickert. | Publicado: Viernes 23 de julio de 2021 a las 14:26
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“Ahora puedes negociar acciones, gratis” titulaba CNN el 12 de marzo de 2015. Ese día, 800.000 personas, en su mayoría veinteañeros, instalaron la nueva aplicación Robinhood. El proyecto de Vladimir Tenev y Baiju Bhatt prometía causar una revolución al reducir las barreras tecnológicas y de costo para invertir en acciones. Robinhood no solo no cobraba comisiones por cada transacción, como era la norma en la industria; su aplicación era nativa para smartphones y la apertura de una cuenta demoraba apenas minutos.

Mientras tanto, en Level39, una de las incubadoras de Fintech en Londres, Nikolay Storonsky y Vladyslav Yatsenko gestaban su propia revolución. De ahí su nombre: Revolut. La tarjeta y aplicación se lanzaron en julio de 2015 y rápidamente cautivaron a unos 100.000 usuarios. Su tarjeta de prepago permitía realizar transferencias en diversas monedas y retiros en cajeros internacionales sin pagar comisiones. Revolut se convirtió en una marca de estilo de vida, y su tarjeta negra una señal de “coolness”, que ganó rápidamente adeptos entre traders y profesionales treintañeros de la City londinense.

En apenas dos años, Robinhood se sumó al panteón de las unicornios fintech, y Revolut le siguió en 2018. Hoy, a seis años de su puesta en línea, Robinhood tiene unos 18 millones de usuarios y apunta a lograr un valor de mercado de US$ 35.000 millones con su próxima salida a bolsa. Revolut, con unos 15,5 millones de usuarios, ya bordea esa suma, tras alcanzar los US$ 33.000 millones en su última ronda de financiamiento. Storonsky y Yatsenko pasaron de ocupar “hot desks” en la incubadora Level 39 a dirigir la fintech más valiosa de Reino Unido.

Vladimir Tenev.

Poder millennial

Robinhood y Revolut tienen varios puntos en común. El principal: su apuesta por el público millennial, al que sus fundadores también pertenecen. Storonsky y Bhatt tienen 37 años, y Tenev, 34 (Yatsenko, fiel al estereotipo que persigue a los programadores, mantiene un perfil muy reservado).

Ser parte de su público les permitió entender las necesidades y gustos de sus consumidores. Ambas aplicaciones comparten principios como facilidad y rapidez, ya sea para abrir una cuenta como para realizar transacciones. Comisiones bajas, porque ambas apelan al sentido de injusticia que la generación del movimiento “Occupy” comparte contra financiar a los grandes bancos y fondos de inversión.

Esta es la generación que vivió la gran crisis financiera, y perdió quizás sus primeros empleos y ahorros. No es de extrañar que tanto Robinhood como Revolut apelen a esa experiencia. Tenev y Bhatt aseguran que su lema de querer “democratizar las finanzas” no es una estrategia de marketing, sino una misión que surgió de su propia experiencia y de sus amigos tras la caída de Lehman Brothers.

Baiju Bhatt.

En el caso de Storonsky, él vivió esa crisis por dentro, como trader de derivados para Lehman hasta 2008. Le siguió un paso de cinco años en Credit Suisse, donde conoció a Yatsenko, quien compartía con él su frustración por la demora del banco por adoptar los servicios digitales. “Vamos a crear una super aplicación financiera para el mundo”, declaró Storonsky cuando Revolut recién era un servicio de transferencias internacionales.

Un líder en cada dupla

Casi siguiendo un guión, otra característica que une a este cuarteto de fundadores es que, tras compartir por varios años el liderazgo de sus empresas, cada dupla ha escogido a un líder o imagen de la empresa. En el caso de Revolut este papel es de Storonsky, quien muchas veces aparece citado como fundador y no co-fundador. Que sea él la cara visible de la dupla hace sentido. Yatsenko tiene un perfil mucho más de técnico informático. Eso no quiere decir que Storonsky, casado y padre de dos hijos, sea muy carismático.

Sus entrevistas en televisión, conferencias y podcasts muestran siempre a un ejecutivo extremadamente confiado, desafiante y que va “al grano”, ofreciendo respuestas directas y cortas, con un marcado acento. Este excampeón de natación confió recientemente en una entrevista que -como buen atleta- se impone metas ambiciosas, y que está acostumbrado a conseguirlas.

En el caso de Robinhood, tanto Tenev como Bhatt exhiben una imagen más afable en público. Pero desde noviembre pasado es Tenev quien ejerce como único CEO. Bhatt, explicó la empresa, sigue en su rol de fundador, más enfocado en el desarrollo de nuevos proyectos para la empresa. Aunque Tenev, como CEO, es ahora la persona responsable de los vaivenes de Robinhood, es Bhatt quien tiene mayor participación accionaria. Según la presentación de Robinhood ante la SEC, Tenev posee 54,3 millones de acciones de clase B, mientras que Bhatt tiene 80,2 millones de acciones. Tras la apertura a bolsa, Tenev tendrá un poder de voto de 26,6%, mientras Bhatt tendrá 39%.

Nikolay Storonsky.

Expats

La generación millennial es una generación más educada que sus padres, y los fundadores de estas aplicaciones son fiel ejemplo de ello. Tenev y Bhatt se conocieron mientras estudiaban en Stanford, donde ambos cursaron estudios de posgrado. Storonsky y Yatsenko tienen magísteres en universidades de Moscú y Kiev, respectivamente. Otra coincidencia que los une es que todos o son inmigrantes o lo fueron sus padres. Tenev llegó a EEUU con cinco años, siguiendo a sus padres, académicos que huyeron de la Bulgaria comunista de los años ‘80. Su socio, Bhatt, quien ejerce como fundador y director de Robinhood, nació en EEUU de padres que migraron desde India.

Storonsky, CEO de Revolut, hoy tiene pasaporte británico, pero nació, creció y estudió en Rusia: su padre es subdirector de la unidad de geología de la estatal Gazprom. Los vínculos rusos de Storonsky han causado más de una polémica respecto a los posibles financistas del banco. A tal punto, que activistas antirusos en Lituania quisieron impedir que la aplicación obtuviera la licencia bancaria en ese país.

Yatsenko, quien se desempeña como Chief Technical Officer de Revolut, migró desde Ucrania a Londres en 2011 para trabajar en Deutsche Bank.

Fue su experiencia de “expats” la que inspiró Revolut. “Todo nació de nuestra experiencia y hartazgo de las comisiones a los bancos. Se nos ocurrió esta solución, y en un par de años adoptamos el concepto de “súper app” financiera. Te ofrecemos todos los servicios que necesitas, pero 10 veces más baratos y 10 veces mejores que los bancos o tu corredor de bolsa”, repite usualmente Storonsky.

Poder social

La ampliación de la oferta de Revolut incluye trading de acciones, commodities y también criptomonedas. Estos últimos, activos que Robinhood adoptó primero, siguiendo el interés de sus consumidores.
Robinhood también fue primero en apelar al interés de los millennials por compartir todo en redes sociales. Esta es la generación que creció con Facebook y luego Instagram. Los usuarios pueden seguir a sus inversionistas favoritos (millennials como ellos o no) y replicar sus portafolios, y discutir sus apuestas por una determinada acción o criptomoneda en foros creados al interior de las aplicaciones.
Pero una diferencia entre las dos aplicaciones es que mientras Robinhood se concentra en ampliar sus capacidades como plataforma de trading, Revolut ofrece cada vez más servicios. Su objetivo es emular a súper aplicaciones chinas, como Alipay, que concentran en una sola plataforma desde ahorros hasta seguros, pasando por inversiones.

Las polémicas

“Crecer duele”, ha respondido Storonsky, cuestionado por denuncias de malas prácticas laborales al interior de su súper Fintech. Exempleados han acusado la demanda por trabajo no remunerado, largas jornadas de trabajo y cero tolerancia al retraso en cumplimiento de metas. De hecho, es famoso el mural que colgaba en su oficina principal, que rezaba: “Get shit done” y, tras las críticas, pasó a “Get it done”. Revolut también ha sido cuestionada por su lento servicio al cliente, con algunos denunciando pasar semanas con sus cuentas bloqueadas sin poder contactar a un ejecutivo del banco.

La respuesta de Storonsky y Revolut ha sido apelar a gente y prácticas de la industria financiera que antes despreciaban. Se creó la unidad de compliance y manejo de riesgo con veteranos de la industria, como lo es también Martin Gilbert, su primer presidente de directorio. Gilbert es fundador de Aberdeen Asset Management, y uno de los nombres más influyentes de la City.

Contrario a Revolut, Robinhood suele aparecer en los primeros puestos de los rankings de mejores empresas financieras y startups para trabajar, al menos en EEUU. Las polémicas, en su caso, tienen que ver con el alto riesgo al que están expuestos sus usuarios. El pasado 30 de junio, el regulador de la industria financiera en EEUU (Finra) condenó a Robinhood a pagar más de US$ 70 millones por causar “un daño generalizado y significativo” a sus usuarios. El regulador citó la falta de advertencia del riesgo que implican ciertas transacciones, como el trading de derivados, y el suicidio de Alex Kearns, de 20 años, quien pensó haber perdido US$ 730.000, por una demora en la actualización del software de la aplicación, cuando en realidad el saldo de su cuenta indicaba que tenía US$ 16.000.

Esta semana, Robinhood informó ante la SEC que espera una multa por US$ 30 millones en una investigación de lavado de dinero en su negocio de criptomonedas.

Pero ninguna polémica ocupó tanto tiempo en los titulares como su decisión de suspender las transacciones con la acción de GameStop, en medio de la avalancha de “redditors” en enero pasado.

Solo el comienzo

Robinhood ha dejado las polémicas atrás y está lista para saltar a las grandes ligas. Se anticipa que su salida a bolsa, la próxima semana, será un éxito. Fiel a su lema, la empresa destinará un 35% de las acciones que ofrecerá a los inversionistas retail, que podrán adquirirlas usando también su propia aplicación. La inyección de capital debería financiar planes de expansión a nuevos mercados.

Es lo que también quiere Revolut, que este año realizó su mayor apuesta internacional con su ingreso a India y ya está armando un equipo para sus operaciones en Latinoamérica. Por ahora no hay anuncios de apertura a bolsa, pero no deberían demorar. En junio de 2019, en Financial News, Storonsky dijo que no pensaría en una IPO hasta no alcanzar una valoración por US$ 20 mil millones. Hoy la empresa vale casi el doble.

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