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Tras los pasos de quienes abandonan Twitter, navegamos 72 horas en Mastodon
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¡Bienvenidos al Fediverso! Bienvenidos a un rincón del internet donde no hay tuits sino “toots” y donde miles de personas están creando sus propias burbujas sociales. Bienvenidos a Mastodon.
Para quienes logran sortear varias barreras de entrada, esta red social ofrece la oportunidad de crear espacios curados a gusto. Hay más de 4.000 servidores en Mastodon, un tercio de ellos creados desde que Elon Musk compró Twitter.
A diferencia de Twitter, el código de programación está abierto, por lo que cualquiera puede crear su servidor, es decir, su propia versión de Mastodon. El nombre de “fediverso” viene de “federación” porque el creador de esta red social, y sus seguidores, consideran que es un “universo federado de servidores”.
¿Confundidos? La verdad es que en un inicio cuesta navegar este mar de servidores. Para quienes estamos acostumbrados a la sencillez de Twitter, donde todo está “en un solo lugar” y cualquiera puede interactuar con nosotros, y viceversa, el espacio que ofrece Mastodon, si bien más “seguro”, se siente bastante solitario.
Aunque nació hace seis años en Alemania, la red social era algo de nicho, un paisaje poblado por programadores y seguidores de la internet descentralizada. Creada por el programador ruso-alemán Eugen Rochko, Mastodon se ha convertido en el destino de refugio para los usuarios de Twitter que se niegan a permanecer en la red social ahora que Musk tiene el control.
En las últimas dos semanas, Mastodon ha sumado medio millón de nuevos usuarios y el número total de cuentas (no todas son activas) superaría ya los 4,5 millones (casi un tercio serían periodistas). Las cifras son diminutas comparadas con los 396,5 millones de cuentas activas en Twitter a nivel global.
“En Mastodon presentamos una visión de redes sociales que no puede ser comprada por ningún multimillonario, y nos esforzamos por crear una plataforma global más resistente sin incentivos de lucro”, afirma Rochko, de 29 años, en una de las últimas entradas de su blog, su forma preferida de comunicación.
Rochko nació en Rusia en una familia judía que migró a Alemania cuando él tenía 11 años. Estudió ciencias de la computación en la Universidad de Jena, en el estado de Turingia. Durante sus estudios, y desilusionado por la publicidad y foco en el lucro de Twitter, decidió crear su propia red social.
El joven empresario está muy lejos del perfil de sus pares en Silicon Valley. No habla de su vida privada y raramente concede entrevistas. Además, le gusta hacer énfasis en que Mastodon se financia a través de sponsors y donaciones vía Patreon. En 2021, anticipando la expansión de su red social, Rochko inscribió la empresa como una Gmbh, figura de firmas sin fines de lucro en Alemania. Hasta ahora, él es su único empleado.
Mastodon no necesita una fuerza laboral de miles de personas. Cada creador de un servidor (espacio) es responsable de éste. Los nuevos usuarios están sintiendo la diferencia.
90 servidores bloqueados
Para comenzar, cada servidor tiene sus propias reglas. Por ejemplo, el servidor central, @mastodon.online, manejado por Rochko, acepta nuevos usuarios de inmediato. Pero @journa.host, creado para periodistas, requiere aprobación manual de sus administradores.
Tras 24 horas, la aprobación de mi cuenta aún no llegaba. Asimismo, cada servidor tiene sus propias reglas de conducta, incluyendo el impedir que sus usuarios se comuniquen con cuentas en determinados servidores. Por ejemplo, Rochko ha bloqueado a unos 90 servidores, en su mayoría por hate speech, transfobia, “contenido inapropiado” y bots.
Tras 24 horas, la aprobación de mi cuenta aún no llegaba. Asimismo, cada servidor tiene sus propias reglas de conducta, incluyendo el impedir que sus usuarios se comuniquen con cuentas en determinados servidores. Por ejemplo, Rochko ha bloqueado a unos 90 servidores, en su mayoría por hate speech, transfobia, “contenido inapropiado” y bots.
El primer obstáculo está en decidir qué servidor escoger para abrir una cuenta. Algunos solo son visibles para quienes reciben invitación, otros solo se pueden encontrar si se sabe de su existencia (@journa.host, por ejemplo) pues no aparecen en la lista de opciones de la página principal de la aplicación.
Una vez escogido el servidor, hay que buscar a quiénes seguir. Pero a diferencia de Twitter, las primeras opciones son cuentas en el mismo servidor. Se puede interactuar con usuarios que están en otros servidores, pero llegar a ellos es muy difícil si no se sabe su existencia previamente.
Una ventaja es la extensión de las entradas, que llegan a 500 caracteres, además de multimedia.
Pero es un mundo aún muy pequeño. El propio fundador de esta red social (@Gargron@mastodon.social) tiene apenas 190 mil seguidores. Los #hashtags se convierten en tendencias con apenas cinco o 10 personas usándolos. Es frustrante ingresar cada hora a la aplicación y no encontrar actualizaciones o nuevo contenido en la sección “explorar”.
El segundo día trato de seguir más cuentas. Pero los post son escasos y la mayoría se concentran en tips para navegar Mastodon, críticas a Twitter y la esperanza de tener un espacio democrático, seguro y sin fines de lucro para interactuar con otros.
El segundo día trato de seguir más cuentas. Pero los post son escasos y la mayoría se concentran en tips para navegar Mastodon, críticas a Twitter y la esperanza de tener un espacio democrático, seguro y sin fines de lucro para interactuar con otros.
Por ahora, Mastodon recuerda a los “Grupos” del antiguo Yahoo!. Un tablero online, un espacio limitado, donde se podía interactuar con personas que compartían los mismos intereses. Un modelo que terminó con Twitter y su anhelo de convertirse en la “plaza pública de ideas”.
En nombre de la tolerancia y la lucha contra “hate speech”, Rochko y fans de Mastodon apoyan la idea de bloquear ciertas ideas. ¿Qué se considera hate speech? Eso depende del administrador de cada servidor. Según el propio Rochko, muchos de ellos tienen reglas “mucho más estrictas que Twitter”. Por ahora, está claro que quienes están buscando refugio en Mastodon y los administradores dan preferencia a ideas progresistas de izquierda.
De fondo está la idea de que los usuarios deben “ser protegidos” de ciertas ideas, en lugar de quedar a su libre albedrío sobre con quién interactuar o qué mensajes consumir. Esa es la principal diferencia con el Twitter de Elon Musk.
¿Es Mastodon un rival serio? Por ahora la oferta de esta nueva red social es diferente, quizás complementaria. El escaso volumen y la dispersión de sus audiencias hacen la plataforma poco atractiva para quienes llegar a la mayor cantidad de personas posibles. El Mastodon tendrá una dura tarea para vencer a la pequeña ave de Twitter.