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Lecciones de Vida

Alexandra Petermann e incendio en hotel Marina del Fuy: "Hicimos rápido el duelo y dijimos ‘hay que avanzar’”

Alexandra Petermann e incendio en hotel Marina del Fuy: "Hicimos rápido el duelo y dijimos ‘hay que avanzar’”

Tras el incendio que consumió prácticamente todo el hotel Marina del Fuy, el lunes 15 de agosto en la orilla del Lago Pirihueico, la directora ejecutiva de la reserva Huilo Huilo viajó hasta la zona y constató en vivo las pérdidas. Aquí cuenta cómo vivió el episodio, los planes para volver a levantar el hotel y cómo operan las dinámicas de la familia Petermann Reifscheider a la hora de tomar decisiones en materia de conservación y del negocio en Huilo Huilo.

Por: Antonieta de la Fuente | Publicado: Sábado 20 de agosto de 2022 a las 21:00
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“Fue bien terrible. El lunes me llama el gerente de operaciones hoteleras. Me dice ‘hemos hecho todo para tratar de apagar el fuego en la Marina, pero ya no hay caso, se va el edificio… Fue bien chocante, yo estaba en Santiago y quería ayudar. Hemos tenido distintos amagos, pero los hemos controlado bien, hemos hecho capacitaciones, tenemos en todas partes hachas y extintores. 

Me dijeron, ‘no hay caso, fue muy rápido’. Lo bueno es que estaba toda la gente a salvo, no hubo nadie complicado, sino habría sido una tragedia difícil de superar. Estaba lleno, era fin de semana largo, y algunos no alcanzaron a sacar todas sus cosas. Estamos en todo ese proceso de recapitular qué quedó adentro. Gracias a Dios teníamos un seguro que ayuda. Nunca cubre todo, pero por lo menos da un cierto soporte para ponernos en pie de nuevo. 

Me fui ese mismo lunes para allá en bus y llegué martes en la madrugada. Fue devastador, pero dentro de lo tremendo, las cosas al final se construyen. Tengo la experiencia de mi abuela, la mamá de mi papá, a la que se le quemó su casa en Lautaro hace como diez años y teníamos ese recuerdo de estas cosas tremendas que pasan.

Y nos acordábamos de la Hostería Pirihueico que está al otro lado y se incendió. Era un hotel antiguo, maravilloso. Lo trataron de restaurar y se les quemó. 

Recibimos el apoyo de mucha gente, de Carabineros, Bomberos, las juntas de vecinos, la comunidad, las autoridades. Fue tan lindo ver eso, cómo en estos momentos como comunidad nos unimos. 

 

La chimenea

Hicimos rápido el llanto y el duelo y ya viendo que no había heridos, dijimos: ‘Hay que levantarse, mirar para adelante y avanzar’. No se salvó nada. Están haciendo una investigación para ver cómo se inició el fuego, las autoridades y nosotros otra internamente.

Lo más probable es que haya partido en la chimenea principal, que estaba en el living. Habíamos mejorado los protocolos de mantención y se había chequeado que estuviera bien. El cañón, que es lo típico que se prende en estos casos, estaba perfecto. Al parecer el problema fue en la base. Por alguna razón algo cayó en el subterráneo y de ahí agarró. Entonces no se vio porque estaba abajo.

Yo decía, ‘pucha si hubiera estado allá lo hubiera apagado’. Mi papá lo mismo, pero quizás hubiera sido una tragedia más grande. En estas cuestiones hay que dar vuelta la página y mirar positivo. Y lo positivo es que hoy tenemos un montón de personas que quieren ir.

Y justo tenemos Nawelpi que es nuestro alojamiento más top a orillas de Río Fuy, ad portas de abrir. Por lo tanto, lo bueno es que pudimos relocalizar a varios porque ahora viene la temporada más alta. 

En el complejo principal está Montaña Mágica, Nothofagus y Reino Funghi y en total esos suman 100 habitaciones. Marina del Fuy era más chiquitito, tenía 22 habitaciones. Mi papá (Víctor Petermann) tenía su pieza ahí, sus cosas. La Marina era como su casa. Justo habíamos celebrado su cumpleaños allá el 28 de junio, con sus amigos mineros y con los nietos. Cuando recibí la noticia, lo primero que hice fue llamarlo a él y yo estaba con mucha angustia porque era como su guagua, pero cuando conversamos me dijo: ‘Cuando me llamaste pensé que era un accidente a algún niño’. Así que él fue un alivio que no hubiera nadie comprometido.

Llegó al día siguiente. Tratamos de salvar algunas cosas que quedaron: él tenía muchos recuerdos de sus viajes. Rescató un cañón de metal y una figura en medio de lo que quedó. Hicimos la pena, fuimos a ver, pero él ya venía con sus ideas…
 

Ivonne y Víctor

Huilo Huilo es algo tan familiar y como familia tenemos distintos gustos, distintas visiones. Así que era un tema la reconstrucción, porque uno dice una cosa y el otro quiere otra, no ha sido fácil conciliar. Yo diría que desde que actuamos como directorio lo hemos logrado, porque tenemos una orgánica. Antes era en una reunión familiar y eran muchas peleas. Cuando sacamos el tema familiar y lo separamos de lo profesional peleamos en forma acotada, ordenada, se decide y listo.

Habíamos hablado con mi hermana de cómo nos imaginábamos la reconstrucción, con mi cuñado y mi marido y lo veíamos similar a la Marina, medio castillesco, con torreones, de piedra y madera. Y cuando llega mi papá se imaginaba algo muy parecido. Fue súper bueno. 

Aquí están estos dos fundadores que son mi padre y mi madre (Ivonne Reifschneider), que hoy en día trabajan muy como equipo, si bien están separados hace años. En el fondo mi madre ha tenido toda esta visión medioambiental de crear la fundación, de la sustentabilidad, de dar la pelea por los huemules. Y mi padre, por otro lado, es un empresario muy exitoso, muy trabajador, muy desarrollador, muy giro sin tornillo, siempre está desarrollando algo, entonces tiene esa impronta que es fundamental para el proyecto, porque son muchos los desafíos.

Mi mamá nos ha transmitido este amor por la naturaleza y los bosques. Y también a mi papá. Escuchar a mi papá hablar hoy es otra persona de la que era originalmente. También a mi mamá que al principio era muy ambientalista extrema. Lo que me ha encantado de este proyecto es que hemos logrado que estos dos polos que eran muy evidentes al principio -como nos pasa en Chile, que ojalá que logremos esta unión- hoy ya entendieron que necesitan trabajar juntos. 
  

El eclipse

El turismo fue el sector más afectado por la pandemia, porque nuestra actividad es presencial. El 2020 fue el año negro, pero nuestro equipo actuó muy unido ante la adversidad y siento lo mismo ahora. No pudimos operar desde marzo (de 2019), tuvimos que cancelar todo: teníamos matrimonios, giras de estudio, que habían sido reagendadas desde el estallido, cerramos todo.

Luego vino la incertidumbre de cuánto tiempo iba a durar esto. Bueno, pero el gobierno sacó estos programas de pacto (Ley de Protección de Empleo) y pudimos poder mantener a mucha gente. Y renegociando con proveedores con cero ingresos. Además, hay proyectos que no podías parar como Huemules, y no podíamos suspender a todos tampoco, teníamos que mantener el lugar, los animales.

En agosto de 2020 pudimos abrir el parque y la reserva. Pero cuando abrimos los hoteles de frentón fue para el eclipse de diciembre de 2020. Nos habíamos preparado durante dos años para eso, venía gente de todo Chile, del extranjero. Ninguno pudo venir.

Estábamos en una fase en la que no podíamos abrir, peleé para que dividieran la comuna, como lo habían hecho en Ñuñoa, porque en Panguipulli habían casos, pero acá no. Lo logramos, pudimos abrir, pero cerraron Santiago y no vino nadie. Estuvimos con el hotel abierto, solos. 

Pero después de eso, empezó a llegar y llegar gente y fue maravilloso, porque la impronta de levantarse y volver a la vida lo más rápido posible, creo que es súper importante y es un poco lo mismo que estamos haciendo ahora. 

El 2021 fue un excelente año para nosotros, con mucha demanda. Tenemos una carga financiera que pagar, pero pudimos sustentar sueldos ocho meses sin operación. Y desde 2021 ya volvieron todos los trabajadores suspendidos. Vamos muy bien. El 95% de nuestro público es nacional, siempre ha sido así, entonces, los destinos que tenían turistas extranjeros, son los que han sufrido muchísimo.

En Puerto Fuy este año llevamos a la fecha 270 mil visitantes y de aquí a fin de año vamos a tener de todas maneras 300 mil visitantes. En años anteriores eran 150 mil, así que estamos contentos. Eso es increíble, hay oportunidades que se han abierto tras la pandemia. Hay un interés por estar mucho más en la naturaleza.

Soy parte del directorio de Fedetur, entré hace poquito y estoy súper contenta pudiendo aportar ahí, porque creo que el turismo tiene mucho que crecer en Chile, pero todavía no se le da el real rol y peso específico que tiene, porque el turismo te permite desarrollar territorios en forma integral, donde muchos participan, desde los más jóvenes hasta los más viejos, todos tienen un rol.

Y tuvimos todo el tema de la homologación de vacunas desde el extranjero que por fin se eliminó, pero todavía quedan muchas trabas que eliminar, porque en el resto del mundo la pandemia ya no está. En Chile estamos quedando un poco fuera del mercado internacional.
 

Centrales

Me he dado cuenta que hay mucho desconocimiento respecto a la hidroelectricidad, que es una energía limpia. Como país tenemos mucha agua y pendientes, por lo tanto tiene toda la lógica. Por supuesto que todo depende de cómo tú hagas estos proyectos. En el caso nuestro, tenemos mini hidroeléctricas, unas chiquititas alemanas. De hecho tenemos senderos turísticos que pasan por ahí para que la gente aprenda. Esas dos centrales generan 0,6 MG. 

La nueva que estamos haciendo nos ha costado muchísimo. Ha sido un drama y efectivamente tuvimos problemas en el pasado porque no se hicieron los procesos como debieron, pero es una central que va a generar cerca de 3 MG, 4 MG, con suerte.

El problema que tuvimos es que no se había declarado y sobre 3 MG hay que hacerlo. Hubo desencuentros. La persona que administraba no lo planteó bien, pero es una minihidro donde está todo enterrado y es súper sustentable en ese sentido. Además está adentro de lo que más cuidamos que es nuestro territorio. La idea es poder tener nuestra propia energía y también vender para poder tener ingresos para todos estos proyectos de huemules y de conservación. 
 

Tener la plata

La reconstrucción (de Marina del Fuy) hoy depende de varias cosas, no empieza de inmediato. Primero, depende de que con el seguro nos salga todo bien. Segundo, depende de la estabilidad del país, porque obviamente vamos a tener que pedir un crédito grande. Y ahí preguntarnos, ‘¿tenemos las espaldas para asumir este riesgo en las condiciones actuales?’ Eso será súper decidor. Tenemos todas las ganas y el corazón puesto en reconstruir, pero esto se va a demorar un par de años, entre hacer el proyecto, sacar los permisos y construirlo. Y tener la plata”.
 
DESTACADO: “La Marina era como la casa de mi padre. Justo habíamos celebrado su cumpleaños allá con sus amigos mineros y nietos. Cuando recibí la noticia, lo primero que hice fue llamarlo a él. Fue un alivio que no hubiera nadie comprometido”.

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