Todo sucedió rápido. María Luisa Godoy (44) se encontró un lunar sospechoso en su pantorrilla izquierda, consultó, se lo extirparon, la biopsia mostró que era un melanoma -un agresivo cáncer a la piel-, se sometió a una intervención oncológica más profunda donde se sacó todo lo que podía estar mal en esa lesión que, afortunadamente, estaba encapsulada.

Fue en septiembre del año pasado y todo eso se hizo en apenas un mes. Pero a ella, el tema le quedó dando vueltas y fue el inicio de una reflexión profunda, de ésas que sólo se pueden tener cuando alguien se ha sentido caminando por una cornisa.

Entre los resultados más visibles de ese proceso introspectivo está su decisión de dar un paso al costado en la conducción del matinal Buenos días a todos, de TVN, en el cual está hace ocho años. Desde marzo la reemplazará la periodista Monserrat Álvarez. María Luisa, en todo caso, no se irá del canal público y está viendo con los ejecutivos en qué tipo de programa va a participar. Se comenta que podría ser en el área cultural. 

Pero la reflexión personal de la animadora ha tenido alcances más profundos y menos expuestos, que suceden en su órbita más privada. Aprovechando el relajo de sus vacaciones en Las Tacas junto a su esposo, Ignacio Rivadeneira, y a sus cinco hijos, conversa con DF MAS de todo lo que ha pasado con ella y lo que ha pensado luego de ese diagnóstico médico que la tomó absolutamente por sorpresa.  

- Ando más reflexiva, tranquila, agradecida. Estoy justo de vacaciones, entonces han sido días muy en paz, de disfrutar con mi marido y mis hijos. Siempre estar con ellos es lo que me hace más feliz, pero esos momentos se han vuelto aún más valiosos. Hacer deporte todos juntos, estar en la playa, jugar cartas, paletas, ver películas, salir a caminar, estar los siete en cada comida del día y cada uno aporta algo distinto… me encanta y me hace sentir tan plena. Creo que estoy viviendo con más conciencia y gratitud. 

- ¡La gratitud! He rezado y agradecido mucho. 

- Tengo que controlarme cada tres meses en esta primera etapa. 

María Luisa Godoy dice que, luego del diagnóstico de melanoma, decidió “bajar dos cambios en la vida”. Explica que disminuir el ritmo era algo a lo cual venía dándole vueltas hace tiempo, “pero tenía pensado hacerlo en unos años más”, añade, entre risas.

- Como buena piscis, soy reflexiva y muy conectada con las emociones. Pero cuando uno lleva una vida muy rápida e intensa, hay poco silencio y momentos para parar y escucharse. Lo de septiembre fue muy claro. El melanoma está dentro de los cánceres más agresivos porque se expande muy rápido a otros lugares del cuerpo y si bien es un cáncer a la piel producto del sol, es el cáncer más asociado al estrés. Entonces creo que la advertencia fue muy clara. 

- Creo que todos vivimos estos momentos en distintas etapas de la vida. Por ejemplo, creo que la pandemia a todos nos cambió en algo, intensificó nuestro aprecio por la vida, la presencia de los seres queridos y la importancia de cada momento. Nos enseñó a no dar por sentada la salud, la compañía y el tiempo compartido, y nos hizo más conscientes de lo que realmente importa en nuestras vidas: las relaciones, el amor y la conexión profunda con los demás. 

María Luis Godoy habla entonces de una situación personal: “Creo que, en general, estos procesos ocurren en los momentos donde la fragilidad de la vida se hace muy presente. Para nosotros como familia, por ejemplo, fue muy importante la llegada de Domingo (su hijo de 2 años con síndrome de Down). En el embarazo estuvo la incertidumbre de no saber cómo estaría su salud y a medida que va creciendo uno valora tanto cada logro, en su propio contexto, sin comparaciones externas. Cosas que antes uno daba por sentadas, hoy las ves como pequeñas victorias y celebras los avances de una manera que, quizás, antes no se habrían considerado tan significativas”.

- Me gusta enseñarles a mis hijos con el ejemplo, creo que es lo más potente para educar, mostrándoles cómo el esfuerzo y el trabajo constante son fundamentales en la vida. Trabajo y me esfuerzo cada día no sólo por cumplir con mis responsabilidades, sino también para transmitirles a ellos la importancia de los valores, las virtudes y los principios. Creo que el trabajo es una gran fuente de aprendizaje, que nos enseña a ser responsables, perseverantes y a valorar lo que tenemos. Quiero que ellos crezcan entendiendo que, a través del trabajo honesto y el esfuerzo, no sólo se pueden lograr grandes cosas, también uno se puede convertir en una mejor persona. Al final, hay que lograr equilibrar bien la vida entre trabajo, familia y descanso. 

- Los matinales, como decimos en la tele, son muy “come pierna” y tienen una exigencia de estar conectado 24/7 a la actualidad y como ningún programa en el mundo duran cinco horas al aire. Uno puede trabajar incluso las mismas horas, pero el nivel de intensidad no es el mismo. 

María Luisa Godoy ha llevado una intensa rutina de trabajo. Ha estado durante ocho años a cargos de la conducción del matinal de TVN, y en total acumula 10 años en el canal. Entre 2019 y 2024, además, fue la animadora del Festival de Viña del Mar. Y también ha sido varias veces el rostro femenino en la animación del Festival del Huaso de Olmué, en el cual estará nuevamente a partir del próximo 16 de enero. 

En octubre, luego de su sorpresa médica, decidió dejar el matinal. Algo se filtró en la prensa a principios del mes siguiente, pero ella y el canal guardaron absoluto hermetismo. Hoy, desde la playa, reconoce que fue una decisión que le costó tomarla: “La pensé mucho. Llevo años, entonces me siento muy comprometida con el canal público y con mi equipo de matinal. He tenido cuatro de mis cinco hijos trabajando acá. Asumí el Buenos días a todos con la Luisa de dos meses y la llevé durante siete meses al programa para poder darle papa. Me tocó el estallido social, cambiaron todos mis compañeros de matinal y nos transformamos en cinco horas de información. Estar a la cabeza del matinal hizo que me dieran la oportunidad de animar cuatro años el Festival de Viña, con pandemia entremedio. Hemos vivido tantas y tan crecedoras y lindas experiencias, que nunca son decisiones fáciles de tomar”. 

“Además, Eduardo (Fuentes, su compañero de conducción en el matinal) ha sido de mis grandes compañeros de trabajo y nos hemos hecho tan amigos. Al final, es el lugar que ha sido más importante para mi carrera. Si bien yo también he tratado de dar siempre lo mejor de mí, estoy tan agradecida por las oportunidades y experiencias que he podido vivir. Todo eso ha hecho siempre que me sienta muy comprometida. Pero también las cosas tienen su ciclo y tuve una manera particular de entenderlo... Además, sigo en TVN. Sería muy distinto si tuviera que irme del canal. Voy a hacer otros proyectos que me entusiasman mucho”.

- Fue una linda reunión. Pedí juntarme con la directora ejecutiva, Susana García, y el gerente de programación, Javier Goldschmied. Les expliqué muy honestamente todo lo que me había pasado y por qué tenía que dejar el matinal. Ellos fueron muy empáticos, cariñosos y preocupados. Lo primero fue alegrarse de que estuviera bien de salud y que me hubieran sacado todo. Obviamente, hablamos que una decisión así obliga a replantearse el matinal y no era algo que estuviera en los planes, pero siempre me lo hicieron ver como un problema que ellos tenían que resolver y que lo más importante es que yo estuviera bien y en conjunto ver otros proyectos en TVN. 

- Hasta el momento hemos tenido sólo conversaciones preliminares para ver distintas opciones. Cultura es una gran opción, porque siento que hay un espacio grande y necesario para crecer y desarrollar buena televisión pública. También me encanta la docurrealidad y siempre he querido hacer cosas relacionadas a la maternidad.

Se nota que María Luisa Godoy tiene aún puesto el corazón en el matinal. Es un tema en el que se explaya y analiza con profundidad. Y, de paso, con eso da una visión también a la televisión abierta. “El matinal cambió muchísimo estos ocho años. Tanto por razones estructurales propias de los medios como por cambios externos, del país, de las audiencias”. 

“Respecto de las razones propias de los medios, hay que considerar el cambio revolucionario que supuso la masificación de las plataformas digitales para la industria de los medios tradicionales, como la televisión, y particularmente en un canal público. Jaime de Aguirre, que lideró TVN en los ‘90, decía que en esa época la misión del canal era dar voz a quienes no la tenían. Hoy la realidad es la contraria: con las redes sociales todo el mundo puede dar a conocer su opinión, sus emociones positivas o negativas, y publicar un video de lo que quieran, cuando quieran. Además existen cientos de plataformas de streaming como Netflix que tienen entretención a la carta. Así cada día es más difícil informar o entretener desde la televisión abierta, porque los medios de comunicación alternativos con los que competimos son casi infinitos, personalizados, adaptables a los requerimientos específicos de cada consumidor”.

Entusiasmada, continúa: “A lo anterior súmale el factor económico. Hoy existen programas en redes sociales que tienen costo cero de producción, pero que logran tanto o más alcance y difusión que varios de la televisión abierta. Obviamente la torta publicitaria termina moviéndose para allá, con la consiguiente caída en los ingresos de la televisión. Por supuesto la televisión abierta sigue teniendo un impacto enorme, pero bajo estas nuevas condiciones el desafío se hace cada vez más titánico”.

- Sí, ése es el segundo gran tema. Hoy las audiencias son muy distintas a las de hace una década porque el país también cambió. 

- Por supuesto que en algunas áreas hemos mejorado, pero en muchas otras parecemos estancados por no decir derechamente sobrepasados si nos comparamos con el Chile de hace sólo 10 años atrás. Y esto inevitablemente termina por convertirse en frustración y rabia, porque los problemas se perciben como insolubles, cualquiera sea el gobierno que se elija, lo cual también se expresa cada vez con más fuerza en las audiencias. 

Durante la pandemia, María Luisa Godoy empezó a subir a sus redes sociales unos videos donde le leía cuentos a sus hijos. Empezó a sumar cada vez más seguidores y finalmente la contactó editorial Zig Zag, que le propuso hacer libros que resumieran cuentos para niños. Ella aceptó.

“El primero, que sacamos el 2023, es 50 cuentos clásicos para leer en familia, que va en su tercera edición. Allí reescribí mis 50 clásicos favoritos para ir a dormir y con una pequeña enseñanza al final. En octubre pasado lanzamos 50 cuentos chilenos para leer en familia, que son relatos que en su mayoría se han transmitido oralmente, que nos permiten adentrarnos en nuestra cultura y revivir las historias que nos han forjado a través de generaciones. Hay mitos y leyendas como La Pincoya, El Chupacabras, Las siete tazas y La Añañuca. También escribo una pequeña enseñanza al final de cada uno”. Ahora está preparando un tercer volumen, que sigue la misma línea pero centrado en personajes. “La idea es sacarlo este año”, adelanta.

 - No creo. Para eso siento que hay que haber hecho cosas más importantes. 

En las semanas difíciles que siguieron al diagnóstico de melanoma, María Luisa Godoy se apoyó emocionalmente en su familia y sus amigos más cercanos. En su esposo, su madre, sus hermanos. Cuando las cosas ya estuvieron más claras, habló incluso con sus hijos mayores. El 25 de diciembre partió de vacaciones al norte, donde estará hasta este fin de semana. El 16 de enero animará el Festival del Huaso de Olmué.

“Estoy muy contenta de hacerlo. Es nuestro festival folclórico más importante… y le tengo un cariño muy especial porque fue el primer festival que animé hace más de 14 años. Y esta vez,  con mi gran amigo Eduardo Fuentes y una gran parrilla de artistas como son Diego Torres, Lucybell, Paula Rivas, Los Jaivas o Ke Personajes, entre otros”.

- Siempre he tenido hartos intereses y me encanta hacer cosas distintas. Muchas veces he pensado en estudiar psicología y ejercerlo más adelante. Pero en general, me interesa mucho lo que tiene que ver con niños y cómo potenciarlos, donde creo que la lectura es fundamental. Por eso he sacado dos libros y ya empezamos un tercero con Zig Zag. Tengo en la cabeza otros más.
 

- Que la vida es efímera, que el tiempo es limitado y cada día es una oportunidad para vivir con mayor propósito.

- No me siento una súper woman. Mi realidad no es distinta a la de millones de mujeres chilenas que compatibilizan su vida familiar y laboral. En mi caso, la diferencia es que estoy más expuesta por trabajar en los medios, pero mi realidad diaria no difiere con la de ellas.