"En Icare estamos muy satisfechos con el resultado de esta Enade, en la que nos planteamos varios objetivos. El primero era proponer y colaborar en un cambio de ánimo, instalar un clima de colaboración y no el de antagonismo que veníamos viendo. Estamos contentos porque el Presidente tomó el llamado, manifestó su respaldo al propósito y ahora el siguiente paso es que este ánimo se empiece a materializar en hechos concretos. 

También fue muy importante el que se diera esta convocatoria. Estuvieron importantes líderes del mundo empresarial, diez ministros, parlamentarios, gobernadores, el presidente de la Cámara de Diputados, dirigentes gremiales, sindicales, representantes de la sociedad civil. Volvimos a tener una Enade en la que todos estábamos ahí. Fueron unas 1.200 personas y lo siguió en algún momento más de un millón de personas a través de la transmisión digital.

Y esto es importante, no solamente porque nos guste que Enade sea un evento relevante, sino porque creemos que en un momento país tan complicado como en el que estamos, tenemos que mirarnos a la cara, conversar, para poder, entre todos, salir o enfrentar los desafíos que tenemos.

En mi discurso hice varios llamados al Presidente a unir a los chilenos. Lo pensé mucho. El momento que vivimos es muy difícil y si no nos decimos las cosas con fuerza y desde el corazón también, creo que vamos a seguir en el inmovilismo. La única forma de lograr un punto de inflexión es que nos hablemos de manera franca, honesta, genuina, y por eso lo hicimos.

Y para mí, lo más importante del encuentro fue justamente que el Presidente tomara nuestra propuesta. Lo invitamos a unir al país que ama. Esto es muy importante, porque estamos en medio de un clima de polarización política, que en realidad es una polarización de la élite, porque la ciudadanía no lo está.

Además, dijimos que existe una brecha generacional que también es muy importante, porque somos generaciones que pensamos muy distinto. Y el Presidente tiene esa oportunidad de unirnos a todos y volver a recuperar el sueño. Me conmovió en la manera como él lo aceptó y lo tomó.

En mis palabras también invité a todos a imaginar el país como una serie con dos opciones de capítulo final. La primera opción era uno en el que las cosas resultaban bien, la nueva Constitución se aprobaba por amplia mayoría, el país volvía a crecer y las medidas en temas de seguridad comenzaban a dar resultado.

La segunda alternativa de capítulo era todo lo contrario. Que el final de esta historia sea como la primera opción del capítulo depende de las decisiones que como sociedad tomemos en los próximos ocho meses. El primer desafío es conectar a la ciudadanía con el proceso constitucional. La ciudadanía está muy desconectada y el riesgo de eso es que el voto anti política, anti gobierno, por la delincuencia, la inflación, termine siendo un voto rechazo al texto, sin importar su contenido.

Si la gente no lee el texto y vota desde el clima, puede terminar votando rechazo y perderemos la oportunidad de zanjar el tema constitucional. Hay que conectar a la ciudadanía con este proceso. El otro desafío es la reforma tributaria, que es muy importante, sin reforma tributaria no vamos a tener mejores pensiones y la gente va a seguir esperando y caemos de nuevo en el inmovilismo. Necesitamos un pacto tributario y no estamos tan lejos.

Yo espero que pasadas las elecciones este clima que vimos en Enade se transforme en hechos, y veo al gobierno y al mundo empresarial en una disposición a encontrarse. El Presidente mostró su disposición a que si hay visiones contrapuestas, encontrar un punto intermedio, y espero que eso ocurra con un pacto tributario. 

Es cierto que en el pasado el Presidente Boric fue un duro opositor, pero otros también lo han sido. Ricardo Lagos fue muy duro en el pasado y se transformó en un social demócrata. Todos cambiamos, vamos aprendiendo en la vida, nos equivocamos. El Presidente Boric tiene una oportunidad, no es fácil, porque tiene muchos frentes, pero no sé si otro Presidente podría tener esta oportunidad, porque él es joven y es frenteamplista además, porque si tuviéramos en este minuto un gobierno de derecha y una oposición de izquierda estaríamos probablemente cuatro años más discutiendo. 

El mismo día de la Enade, en la noche, el Presidente anunció en cadena nacional la Estrategia Nacional del Litio. Ahí echamos de menos una confirmación de lo que el Presidente había dicho con tanta fuerza y claridad en su discurso por la mañana en Enade: es necesario y bueno para Chile que exista una real y concreta colaboración público privada. 

Ayer (jueves), el Presidente dijo expresamente que cuando se confrontan posiciones, se puede contar con una solución intermedia. Entonces, esperamos que esta propuesta del gobierno sea un punto de inicio y que podamos avanzar hacia una política pública que no plantee una limitación tan categórica para el sector privado en la economía al establecer que siempre debe ser minoritaria su participación. Ojalá no volvamos a repetir los errores del último año que no nos han permitido avanzar en una buena y necesaria reforma tributaria y en una buena y nueva Constitución. 

Creo que el Presidente tiene genuinas intenciones de mejorar la vida de las personas. Y que tenía un plan, un camino visualizado para avanzar hacia allá. Creo que la realidad le ha mostrado que para lograr su objetivo, tiene que hacer ajustes importantes a su programa de gobierno, incluyendo a todos los sectores de la sociedad. Ha dado señales en esa línea, como los cambios de gabinete, el proyecto de 40 horas o la reciente aprobación de Los Bronces.

Yo no creo que porque alguien modifique su plan, se transforma en poco creíble. Todos aprendemos y corregimos. Ahora, una cosa es modificar el plan para llegar al objetivo y otro es renunciar a tus convicciones en pocos meses. En anuncios como éste (política nacional del litio), se ve la ambigüedad propia del ser humano cuando tiene que cambiar de plan. Creo que esto es un proceso que vive el Presidente y es natural que las cosas no sean blanco o negro. Si estamos recomponiendo las confianzas, el primer anuncio luego de Enade no debería ser limitar al sector privado a ser siempre minoría.

En el sector empresarial también tenemos muchos desafíos. Lo dije en mi discurso. El 21% de la gente confía mucho o bastante en las grandes empresas. Dos de cada 10 personas, bien poco.

Y esto no solamente tiene que ver con los casos más icónicos del financiamiento de la política, de colusión, yo creo que esto se construye día a día y se construye en la relación con los clientes, en la relación con los trabajadores, con las comunidades, con la sociedad.

1.200.000 personas al día quedan insatisfechas con un reclamo y a veces los reclamos no se solucionan nunca.

Y ese va a ser un foco de ICARE para los meses que vienen, porque también tenemos que hacernos cargo de lo que hacemos menos bien, y eso es muy importarte para ICARE en el periodo que viene, de hecho haremos un congreso sobre esto en el círculo de Empresas y Sociedad.

Mi sueño para la próxima Enade es que vengamos saliendo de la primera temporada con el final alternativo 1. Y ahí tendría que venir la segunda temporada, porque esto nunca termina”.