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Turismo de exportación: los lodges chilenos que atraen a pescadores de todo el mundo
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Héctor Cuell desliza sus dedos por la pantalla de su móvil, ampliando la imagen de Google Maps. “Debería estar por aquí”, dice, mientras su mirada recorre el paisaje en busca de un escondido manantial que es alimentado por el Río Ñiriguao, en Coyhaique Alto, a pasos de la frontera con Argentina.
La calma se rompe cuando una trucha emerge metros más adelante y engulle un saltamontes sobre la superficie del agua. “¿La viste?”, grita el jefe guía del lodge “Estancia del Zorro” (EDZ). Es el momento de armar las cañas e ir a pescar.
El lodge, junto a su asociado “Cinco Ríos” en Coyhaique, se ha posicionado como el pináculo del turismo de lujo en la pesca con mosca, captando la atención de aficionados de todo el mundo gracias al acceso de aguas exclusivas en un entorno natural salvaje.
Los entusiastas de la pesca están dispuestos a desembolsar hasta US$ 9,500 por una experiencia semanal que incluye la compañía de un guía experto, chef, atención bilingüe, cabalgatas, Bird Watching (avistamiento de aves), entre otras actividades.
Luego de 20 años administrando ambos lodges, su dueño Sebastián Galilea observa que el turismo de lujo ha experimentado un cambio significativo tras la pandemia, con un notable aumento de visitantes buscando el contacto con lo prístino en su estado más puro.
“Todos quieren experiencias ‘naturales’, con una pesca única, combinado con un servicio de hospitalidad sostenible y exclusivo”, sostiene. Como anécdota, cuenta que su último cliente, un amigo del empresario tecnológico Elon Musk, le comentó que estaba agradecido de haberse topado sólo con zorros, ñandúes y cóndores.
La abundante naturaleza y la extensa explanada que rodean el Spring Creek (arroyo, en español) El Zorro, permiten divisar ñandúes, aves como el cóndor, y manadas de alpacas.
La demanda por estos destinos en suelo nacional sólo crece. Según Invest Chile, organismo público que promueve al país como destino de inversión, en 2022 la industria del turismo local generó ingresos de aproximadamente US$ 9.247 millones, lo que representa un aumento del 52.9% en comparación con 2021.
Cada año, aproximadamente 300 pescadores de todo el mundo visitan ambos lodges, atraídos por sus reconocidas instalaciones que figuran en brochures de exclusivos operadores de turismo y revistas especializadas.
Con una oferta de 200 kilómetros de ríos y lagos, prácticamente aislados, ambas operaciones son calificadas por los operadores de este segmento como “game changers”, expresión que simboliza una idea o evento que altera significativamente el curso actual de una industria.
Kyle Kolodziejski, ex director para Latinoamérica de Yellow Dog Flyfishing, uno de los operadores de pesca más exclusivo que opera en 33 países, y que hoy preside Patagonia Fly Fishing Company, comenta por teléfono que de los más de 100 lodges que ha visitado en el mundo, las dos operaciones de Galilea figuran entre las mejores: “El programa más destacado y posiblemente el mejor que Sebastián ofrece, y que podría considerarse insuperable, es el viaje de pesca combinado entre ambos lodges”.
Este programa comienza en Estancia del Zorro, cerca de la frontera con Argentina, donde predominan arroyos menores y aguas calmas. Aquí, la pesca se realiza mayormente a pie, caminando y acechando truchas Farios, de tamaño considerable. Las mejores aguas fluyen justo frente a la propiedad de EDZ, accesibles a pocos minutos del lodge.
En contraste, a una hora hacia el oeste está Cinco Ríos. El paisaje aquí cambia, con un entorno más exuberante y rocoso, casi de selva lluviosa, con ríos y lagos más grandes accesibles en bote. “Este programa ofrece una experiencia diversa de pesca, lo que están buscando los pescadores hoy”, dice Kolodziejski.
Algunos pozones cercanos al lodge permiten pescar grandes truchas Farios que se alimentan de la biodiversidad presente en el Spring Creek de la Estancia del Zorro.
¿Visitantes frecuentes? Yvon Chouinard, fundador de la marca de ropa outdoor Patagonia, es un habitual. “Incluso viene a probar su Tenkara, una sencilla caña que prescinde del carrete. Es sólo un tubo y el hilo de pesca con su mosca”, dice Cuell. Tampoco resulta raro la llegada de visitantes en sus propios aviones privados.
Un entendido en la materia señala que es común observar a empresarios del sector tecnológico y energético de Estados Unidos y Europa descender de sus Gulfstream G650 o incluso, como ocurrió recientemente, de un Bombardier Global 7500 valorado en US$ 80 millones, en el aeropuerto de Balmaceda, con jeans y polera, cargando sólo cañas de pescar subiéndose a la 4x4 de EDZ. Todos muy de incógnito, un lujo que ofrece el lodge.
Patagonia v/s Montana
La mirada del jefe guía de EDZ vuelve al río. Pide castear hacia la orilla del frente, a una zona sombreada del banco opuesto. El Río Ñiriguao en esta zona no debe tener más de tres metros de ancho y se ve fácil alcanzar el “objetivo”, pero el viento hace que todo se vuelva más difícil. Finalmente se logra el cometido y al poco avanzar de la mosca, en este caso una “mosca seca” que imita una hormiga, una trucha ataca con voracidad y se logra clavar iniciándose una pelea que se arrastra por varios minutos hasta que descansa en el agua en un “chinguillo” (red de pesca). Una impresionante trucha Fario de tres kilos saca una sonrisa a Cuell, quien rápidamente captura el momento con su celular y la trucha es devuelta al agua. La pesca con devolución es sagrada aquí. La foto será subida luego al Instagram del lodge (@cincorioslodge), un imán que hoy atrae a 12 mil seguidores y es fiel testigo del transcurrir de la temporada de pesca.
El Spring Creek de la EDZ es alimentado por aguas de manantiales, lluvias de invierno y deshielos, lo que produce aguas muy claras, de gran biodiversidad, ideales para las truchas residentes que alcanzan gran tamaño, como la de la foto de esta cliente de EDZ
Oriundo de Coyhaique, Héctor Cuell creció viviendo la naturaleza intensamente. Hijo de armero, su padre llevaba siempre a la familia a hacer camping o a cazar y pescar. “Estudié turismo y luego me vine a trabajar aquí. Partí lavando platos y de a poco fui tomando distintas responsabilidades hasta llegar a ser jefe guía”.
Ha pescado en casi toda la Patagonia e incluso en Estados Unidos, específicamente en el estado de Montana, la meca de la pesca y donde se filmó A River Runs Through It, película de 1992 (acá se estrenó como Nada es para siempre) donde un joven Brad Pitt escapa de sus tormentos a través de la pesca junto a su padre y hermano. “Chile es mucho mejor, allá estás en el río rodeado de otros pescadores, mientras que aquí no hay nadie, estás solo en la pampa, sin nadie a kilómetros de distancia. Además, algo que a los clientes les fascina de nuestra operación es que nunca repetimos un mismo lugar en la semana. No sólo lo hacemos por el cliente, sino que también por el recurso evitando la presión de pesca innecesaria”, agrega.
Héctor y los 12 guías de pesca locales son parte esencial de la operación. Todos son bilingües, expertos en el manejo de botes e incluso cuentan con capacitaciones varias, para apoyar cualquier emergencia de sus clientes. Galilea comenta que hasta tienen un osteópata, Juan Pablo Burgos, “el mismo que apoya al cantante Ricky Martin cuando viene a Chile”.
Son casi las 20:00 y el sol sigue iluminando la tarde, pero hay que regresar al lodge. “En esta época oscurece muy tarde en la Patagonia, pero tenemos nuestros horarios, si no estaríamos pescando hasta la medianoche, pero el chef no nos esperaría”, dice Cuell. Un lujo que no podemos despreciar.