Opinión
Elisa Cabezón: "¿Cuánta solidaridad queremos en pensiones?"
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¿Cuánta solidaridad queremos en pensiones?
Comenzó un nuevo debate sobre la reforma de pensiones. La propuesta del gobierno comparte el mismo diagnóstico de los dos gobiernos anteriores: en Chile, la tasa de cotización (el porcentaje de sueldo formal que financia las futuras pensiones) es un 10%, una tasa baja en comparación con la tasa promedio de la OCDE, un 19%. Y dado esto, las tres iniciativas han propuesto aumentar la tasa. En la actual se propone agregar 6 puntos extra de cotización.
Ahora, los chilenos debemos preguntarnos sobre cuántos puntos de la cotización extra, que proviene de los sueldos formales, se destina a las cuentas de capitalización individual y cuántos se destinan a un fondo colectivo solidario. La ventaja de la cuenta solidaria propuesta por el gobierno es que permite realizar transferencias entre los afiliados en el corto y mediano plazo.
La ventaja de la capitalización individual es que el ahorro previsional se multiplica más y crece más, dado que, a diferencia de la cuenta solidaria, no tiene elementos de reparto en el corto o mediano plazo, por lo que las cotizaciones estarían por mayor tiempo invertido en el mercado de capitales, logrando rentabilidades mayores.
Luego, hoy existe un fuerte componente solidario financiado con los impuestos generales: la Pensión Garantizada Universal, que entrega $ 193.917 a todos los adultos mayores del 90% más vulnerable. Dado este piso de solidaridad que ya existe en nuestro sistema, Chile debe reflexionar cuánta solidaridad extra se quiere financiar a través de las cotizaciones de los trabajadores formales.
Es bueno recordar que durante el gobierno de Sebastián Piñera II, en la Cámara de Diputados se logró un acuerdo de que 3 puntos de la cotización extra irían a capitalización individual y 3 puntos a cuentas solidarias, pero este escenario era previo a la existencia de la PGU, elemento que debemos tener en cuenta cuando abordemos este debate.
Un sistema tributario ajeno a los ciudadanos
Da la impresión de que la ciudadanía está más atenta a la reforma de pensiones que a la reforma tributaria. En la prensa, radio y en redes sociales se discute y debate más sobre nuestro sistema previsional que sobre nuestro sistema tributario, e incluso la reforma previsional llega a los matinales. ¿Por qué sucede esto?
Los ciudadanos están más informados y entienden más sobre cómo funciona nuestro sistema de pensiones respecto a cómo está diseñado nuestro sistema tributario. Gran parte de los chilenos son más conscientes de cuánto de nuestro sueldo se destina a financiar pensiones, mientras que la mayoría no tiene idea de cuánto de sus ingresos se destina a financiar las arcas fiscales.
Esta desconexión de los ciudadanos sobre cómo se financia el gasto público da espacio a un Estado menos exigido y fiscalizado por los chilenos, lo que, de acuerdo a la experiencia internacional, se traduce en un Estado menos eficiente y competente. Se debiera hacer un esfuerzo de explicar y acercar el sistema tributario a las personas y que éstas estén conscientes de cuánto de sus ingresos financian las políticas públicas: tal vez así aumente las exigencias de la ciudadanía sobre la calidad del Estado y, por ende, en mejorar nuestras vidas.
Fortalecer el sistema político y cerrar la llave de los retiros
Algunos diputados ya han hablado de debatir sobre un sexto retiro de los fondos de pensiones en abril 2023. Algunos dicen que la baja credibilidad y legitimidad del actual sistema de pensiones, se menciona como uno de los principales fundamentos de los retiros. Si bien un acuerdo en la reforma de pensiones puede ayudar a legitimar el sistema, creo que no es el principal factor detrás de los retiros.
El tema de los retiros siempre será una amenaza si existen fondos de pensiones invertidos en el mercado de capitales,los que pueden ser retirados en cualquier momento. Esto independiente de si el administrador de los fondos es un ente público o privado. Hay que recordar que en la pandemia también se hicieron retiros desde las cuentas de los seguros que sustentaban las rentas vitalicias, a pesar de que los pensionados no tenían derecho de propiedad sobre ellos.
Dado que la inversión de los fondos en el mercado de capitales es el mejor sistema para las pensiones, la respuesta es fortalecer la institucionalidad y el sistema político para cuidar los ahorros previsionales. Aquí el proceso de nueva Constitución juega un rol importante, sobre todo si se reforma el sistema político para fortalecer los partidos políticos sobre las figuras individuales, partidos que disciplinen el populismo de sus integrantes y pongan el bienestar de Chile sobre su popularidad del corto plazo.
Más datos y más apertura
El Informe de Impacto Regulatorio entregado por el gobierno sobre la reforma de pensiones levantó muchas dudas y escepticismos entre los académicos. Es por esto que este jueves, por solicitud de varios centros de estudios, el Ministerio de Hacienda realizó un taller para explicar las estimaciones del impacto de la reforma de pensiones sobre la economía, empleo y ahorro nacional del país, taller en el que pude participar. El taller se dio en un ambiente agradable y cordial, en que los distintos académicos plantearon sus dudas sobre el modelo teórico usado por el gobierno.
Si bien falta que el gobierno entregue los datos específicos solicitados en el taller, es alentador saber que hay una gran motivación por parte de los distintos centros de colaborar en la reforma de pensiones, y de la buena disposición del gobierno de atender las distintas solicitudes.
Pero esto es solo el comienzo. Hay que cuidar que este ánimo de colaboración y de apertura se mantenga durante todo el debate previsional. Y aprovechar esta instancia para expandir esta buena iniciativa a otros ámbitos de la administración pública, revalorizando el debate a partir de la evidencia y los datos.