Opinión
J.J.Jinks: "Son especialmente preocupantes los sendos errores cometidos en los textos relativos a los indultos"
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Con los años uno aprende que cada vez que nos enfrentamos a redactar un correo de cierta importancia, no importando su extensión, la tarea toma mucho más tiempo que lo que originalmente parecía. No cometer errores es algo que no es tan sencillo, una tilde que faltó, una fea redundancia, un exceso de comas y de frases intercaladas, la repetición de una palabra en el mismo párrafo son solo algunas de las limpiezas que hay que hacer a la hora de enviar un texto que cumpla con el objetivo deseado.
El trabajo profesional es un buen domesticador para bajar la cuota de motes, poca cosa les gusta menos a los jefes y jefas que recibir un papelito de un subalterno con pifias tales que hagan que uno se distraiga del fondo del asunto. La mayoría lo hemos aprendido por la mala, un escrito lleno de circulitos marcando errores o un vergonzante sarcasmo que hubo que tragarse, pero al final uno aprende. Así al menos dice mi paciente y abnegada editora.
Detrás de esa disciplina de revisión y revisión hay mucho más que el solo cuidado de las formas. El ejercicio es la cara práctica de un proceso reflexivo que termina traduciéndose en un documento final. Es por esto que son especialmente preocupantes, en esta semana para el olvido que tuvo el gobierno, los sendos errores cometidos en los textos relativos a los indultos.
Equivocarte en los nombres y número de los reclusos que vas a indultar es algo que simplemente no te puede pasar, ya que muestra un nivel de descuido casi intolerable para cualquier administración. No estamos hablando tampoco de cientos de nombres donde uno o dos se escaparon, los beneficiados eran relativamente pocos (o muchos, depende cómo se mire), el tema era muy delicado y de alta connotación política, pese a eso no existió la mínima diligencia para evitar el bochorno.
Cuando uno creía haber visto todo y en medio de una áspera contienda entre poderes del Estado, el Presidente Boric decide enviar un comunicado en primera persona contestando a la reprimenda de la Corte Suprema y en él cita una ley del Tránsito en vez de la de indultos, trata al expresidente Piñera de Presidente Sebastián (sic) entre otras perlas.
Un documento que estaba llamado a ser parte del archivo nacional en la posteridad termina siendo un mamarracho lleno de errores. La obviedad es que faltan funcionarios competentes revisando, pero lo que trasunta esto es la falta de personas pensando, cosa que es más seria y más difícil de conseguir.
Hay una billetera sin restricciones para tener asesores de peso para la presidencia, pero se ha optado por relaciones de confianza y lealtad absoluta, si usted quiere ser generoso; o por un amiguismo desenfadado, si usted anda más choreado con el desmadre.
Como sea, el resultado es malo y el Presidente está pagando todos los platos rotos de no contar con un segundo piso que le ayude a pensar estratégicamente y que cuestione sus intuiciones e impulsos. Está bonito leer algo de historia y disfrutar de la poesía, pero hay que sentar cerca a gente que realmente lo ha hecho con profundidad, que entienda de política y que tenga algunas cicatrices en el cuerpo. Si aparece esa gente ayudando a pensar, los motes en los documentos van a desaparecer solos.