Opinión
La oportunidad de Alemania para renacer

La oportunidad de Alemania para renacer
Quien resulte vencedor de las elecciones de este fin de semana deberá enfrentar el malestar económico, las amenazas externas a la seguridad y las tensiones internas.
-
Cuéntale a tus contactos
-
Recomiéndalo en tu red profesional
-
Cuéntale a todos
-
Cuéntale a tus amigos
-
envíalo por email
Las elecciones federales del domingo en Alemania se llevarán a cabo en un clima de profunda preocupación por los riesgos que se están desarrollando para la seguridad, la democracia liberal y el bienestar económico de la nación.
Es desconcertante para los alemanes que Estados Unidos, mentor y aliado durante ocho décadas, se haya convertido bajo la administración de Donald Trump en un matón que desprecia el modelo democrático que Alemania construyó bajo la dirección estadounidense mientras se recuperaba de las ruinas físicas y la desgracia moral de 1945. Los partidos que formen un gobierno postelectoral no tendrán tiempo que perder para reforzar la defensa del país, proteger su democracia y restaurar su dinamismo económico.
Alemania tiene fortalezas considerables a las que recurrir. La República Federal es una de las democracias más resilientes y maduras del mundo, enmarcada por el Estado de derecho y respaldada por una sociedad civil enérgica. Ha florecido desde 1949, superando la Guerra Fría, el terrorismo interno, las tareas fijadas por la reunificación después de 1990 e incluso, en tiempos recientes, presuntos complots golpistas. En el frente económico, las dificultades que enfrenta la industria manufacturera alemana no deberían eclipsar los éxitos de su sector de servicios y de sus siempre ingeniosas empresas Mittelstand.
Aunque en la campaña se han abordado problemas de larga data respecto de las políticas de migración y asilo del país, la preocupación más grave es la defensa. La falta de confianza en EEUU apunta a una necesidad urgente de una mayor autosuficiencia europea.
El próximo gobierno de Alemania debe asumir las responsabilidades que le incumben como mayor potencia económica de la UE. Si Estados Unidos abandona a Europa y Ucrania para enfrentarse sola a Rusia, Alemania debería resistir cualquier tentación de llegar a un acuerdo con Vladimir Putin. Cualquier señal de este tipo proporcionaría una seguridad totalmente ilusoria y destruiría la confianza entre los vecinos de Alemania.
El requisito será aumentar el gasto en defensa en coordinación con los aliados de Alemania. Esto parece ser entendido por los demócratas cristianos (que probablemente serán el partido de mayor rango en el próximo gobierno) y los socialdemócratas y los verdes, con uno o ambos de los cuales la CDU puede formar una coalición. También es necesario revertir la grave falta de inversión en infraestructura, digitalización y otras deficiencias de la cancillería de Angela Merkel entre 2005 y 2021.
Sin embargo, los tres partidos principales no están de acuerdo sobre cómo pagar tales medidas: la CDU está a favor de mayores recortes de impuestos que el SPD y los Verdes, y otras fricciones que seguramente surgirán en las conversaciones de coalición sobre los niveles de gasto social y el financiamiento de la deuda.
Lo esencial es que las conversaciones entre los partidos moderados no fracasen, como sucedió el mes pasado en Austria, abriendo una puerta potencial a la extrema derecha. En Alemania, sigue siendo fuerte el tabú que impide permitir un papel gubernamental formal al partido de extrema derecha Alternativa para Alemania. Pero sería casi igual de calamitoso si la CDU se sintiera tentada a formar un gobierno minoritario contando con el apoyo parlamentario del AfD.
Quienquiera que forme la próxima coalición debe tomar medidas valientes para reactivar la economía. Después de haber registrado un crecimiento negativo durante dos años consecutivos, Alemania ha tenido un desempeño inferior al de Estados Unidos e incluso al de la eurozona en su conjunto. Esta sombría situación exige reformas impulsadas por el mercado para impulsar la innovación y la competitividad, y el abandono del ultracauteloso “freno de la deuda” consagrado constitucionalmente que ha suprimido la inversión interna. Los principales partidos se inclinan a dar este paso, pero las dudas de Friedrich Merz, líder de la CDU, son motivo de preocupación.
Además, las perspectivas de cambiar la constitución dependerán del resultado de las elecciones y de qué partidos superen el umbral para ganar escaños en el Bundestag. Esta elección podría empujar al país hacia un camino más próspero y seguro, o perpetuar su deriva. Alemania -y toda Europa- necesita que lo primero prevalezca.