Opinión
Nicolás Cruz: "El fuego no solo quema casas, devasta comunidades"
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El fuego no solo quema casas, devasta comunidades
Hasta ahora, los incendios forestales han dejado 25 personas muertas, casi 3.000 heridos, cerca de 7.000 damnificados, poco más de 1.500 viviendas destruidas y unos 6.300 animales de producción muertos.
Pero el fuego también tiene otros efectos profundos y extensos, muchas veces desconocidos. De hecho, entidades dedicadas al análisis de los efectos de desastres indican que los impactos psicológicos y comunitarios de los incendios pueden ser más devastadores que los de un gran terremoto.
Un estudio del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, advierte que la afectación de los incendios en las comunidades se debe a la desarticulación temporal de las familias y redes comunitarias, la pérdida de empleos, el desplazamiento forzado y la destrucción de espacios comunes.
Los incendios no solo queman bosques y casas, sino que tienen efectos en algo que muchas veces es difícil de reconstruir: la identidad social y territorial que existía antes de las llamas. Esta “destrucción comunitaria” tiene consecuencias nefastas en los territorios, ya que provoca la desarticulación de las redes existentes, genera un deterioro de las organizaciones comunitarias y aumenta la generación de conflictos sociales.
Por eso es clave recuperar y fortalecer el papel de las juntas de vecinos y organizaciones de interés público para una reconstrucción sostenible.
Alianzas y participación para reconstruir
Junto a la devastación, los incendios también han entregado imágenes que son alentadoras para el país. Una es la del gobierno junto a las organizaciones de la sociedad civil y la del Presidente reunido con las directivas de los gremios empresariales. Todos, trabajando para enfrentar la emergencia. Este espíritu de colaboración es una buena noticia para Chile.
Nuestra experiencia de más de una década recuperando espacios públicos y formando a dirigentes y líderes territoriales indica que el trabajo más fructífero es el que se hace desde esta poderosa triple alianza público-privada-vecinos.
¿Cómo reconstruir entonces? El proceso que viene debe ir más allá de la construcción de viviendas -por cierto, cuestión muy relevante- y debe considerar como elemento clave la reposición del tejido social que existía antes de la tragedia. Se deben reconstruir barrios, lazos e identidad territorial. Y para ello es clave que a la alianza público-privada se sume la voz activa y participativa de las comunidades.
Es junto a ellas que el trabajo de reconstrucción será más sólido, validado y perdurable. Afortunadamente, Paulina Saball, delegada presidencial para la reconstrucción, ha dado indicios de que esa será la línea de trabajo.