El gobierno ha dicho que una de sus prioridades es la seguridad, sin embargo, en los últimos días traicionó la confianza de la ciudadanía indultando a delincuentes con extensos prontuarios negándose a revertirlos, desestimó aplicar el estado de excepción en la macrozona Norte, falló 2 veces en la designación del Fiscal Nacional y -por último- sus parlamentarios no asistieron a la discusión de la última renovación del estado de excepción para la Provincia de Arauco y la Región de la Araucanía.
Esta última, una señal de la frivolidad con que los oficialistas abordan la inseguridad que vivimos en la macrozona Sur. 

La exministra de Desarrollo Social, Jeanette Vega, quien renunció tras el contacto realizado por su cartera al terrorista Héctor Llaitul sin la autorización ni conocimiento del Presidente, ya está de vuelta en el gobierno. De hecho, durante la semana nos enteramos de que la exministra es asesora del Ministerio de Salud después de haber rechazado una oferta del propio Presidente para ser embajadora.

Curioso, porque la renuncia de Vega se comunicó como una sanción por contactar a Llaitul. Sin embargo, con estos antecedentes no queda claro si la exministra cometió un error o más bien un acierto que interpretaba correctamente la instrucción del Presidente Boric. En suma, se dice que se sanciona, pero en realidad se premia y -de paso- se generan dudas: ¿fue o no el contacto a Llaitul una instrucción del Presidente?

La Asociación de Isapres señaló que está en riesgo la continuidad del sistema y el gobierno ha respondido que fortalecerá Fonasa como si la crisis fuera resultado de la ineficiencia de las Isapres.

En realidad, la crisis es consecuencia de la torpe y abrupta intervención del Estado en un mercado particularmente sensible, ya que a las abultadas pérdidas acumuladas por la pandemia se han sumado continuos cambios regulatorios más una sentencia de la Corte Suprema que exige a las Isapres incurrir en costos cuyas reglas, para su determinación, no han sido a la fecha ni siquiera comunicadas por el regulador.

La crisis es una bomba de tiempo que podría terminar en una crisis sanitaria. Por ello es lamentable que el gobierno sólo aplique su criterio ideológico para generar respuestas cuando la prioridad debe ser la salud y calidad de vida de los ciudadanos. Su propuesta evidencia con claridad que aprovechan la crisis para instalar el sistema único de salud ampliamente rechazado el 4 de septiembre.

El primer año de gobierno ha sido un fracaso y la mayoría no se atrevería a refutar dicha afirmación. La realidad así lo confirma, es decir, perdieron la elección del 4 de septiembre después de ser jefes de campaña, se han caracterizado por no tener sentido de oportunidad ni urgencia y la tremenda distancia entre sus prioridades-gestiones y las de la ciudadanía continúan explicando el hoy 70% de desaprobación que tiene el Presidente Boric.

Muchos esperábamos que el cambio de año fuera aprovechado por el gobierno para rectificar el rumbo. Sin embargo, esta semana nos ha quedado claro que el Ejecutivo ha decidido perseverar en la fórmula que los ha llevado al fracaso: afirmar una cosa, pero hacer otra.