Xavier Armendáriz es parco y duro al hablar. Quienes lo conocen dicen que es por su ascendencia vasca: sus abuelos paternos Balisia y Eusebio llegaron a Chile muy jóvenes a probar suerte en el negocio ferretero y dejaron en España a sus padres, abuelos y hermanos.

“Tal vez pueden ser de pocas palabras, pero tienen un corazón muy solidario”, comenta una prima sobre el legado familiar. “Nos traspasaron un fuerte orgullo por la tierra vasca, sus habitantes y costumbres. Y una gran gratitud por esta linda tierra chilena donde han nacido sus hijos, nietos y ya varios bisnietos”, añade. 

Xavier tiene cinco hermanos, estudió en el colegio Calasanz y luego Derecho en la Universidad de Chile, donde conoció a la madre de sus tres hijos, la abogada María Cecilia Cáceres, ex directora Jurídica del Ministerio de Relaciones Exteriores, y cercana a la excanciller Antonia Urrejola.

Hoy Armendáriz está separado. En su entorno dicen que es muy reservado de su privacidad, y por lo mismo, en el trabajo poco saben de su vida personal. “Es frontal, entonces uno se asusta. Es correcto, te trata de ‘usted’, es imponente con su voz y altura, da la impresión que es muy duro. Pero si logras entrar en su ámbito de confianza, es cálido”, describe una persona que lo conoce hace varios años. 

Políticamente, en su entorno lo ubican en la centroizquierda. De fútbol, es hincha de la Universidad de Chile. De música, le gusta la trova y artistas como Joan Manuel Serrat, en particular el disco Mediterráneo, que le recuerda a su época universitaria.

Hay quienes dicen que ser bombero es una vía de escape para calmar los nervios y enfocarse en otra cosa totalmente diferente. Otros, que hay algo de servicio público y ganas de ser héroe. Como sea, Xavier Armendáriz desde hace cuatro décadas es parte de la 14 Compañía de Bomberos de Santiago, conocida también como The British and Commonwealth Fire Rescue Company,  fundada en 1958 por un grupo de exalumnos The Grange con el objeto de reunir a la comunidad británica residente en el país. 

Armendáriz se inscribió en 1982 en la compañía y aún figura en la nómina en la categoría de bombero honorario. Durante cinco años alojó en el cuartel mientras era parte de la guardia nocturna. 

En la Universidad de Chile, sus compañeros lo llamaban “bombero loco”, porque andaba con la radio en el campus y cuando le sonaba, salía apurado al cuartel a trabajar en una emergencia. El aparato lo mantuvo luego en la fiscalía y en la Universidad San Sebastián mientras fue decano de Derecho. 

“Podía quedarse investigando hasta las 4 de la mañana y a las 7 am partía a la Bomba a apoyar en un incendio”, comenta una persona que trabajó con él en el Ministerio Público. “Es cercano a la gente de la bomba y disfruta de las reuniones en el cuartel”, complementa otra. 

De su época universitaria se le recuerda como un alumno estudioso y no muy sociable. Fue compañero en Derecho de la diputada FA experta en Derechos Humanos Lorena Fries; el exministro Yerko Ljubetic; y de la ex consejera del CDE María Inés Horvitz -abogada defensora de Manuel Monsalve-, con quien se enfrentó en la audiencia de formalización del ex subsecretario la semana pasada.

“Yo personalmente le planteé al señor Armendáriz y al señor Jacir en forma muy vehemente de que teníamos toda la disponibilidad para poner a disposición del tribunal al señor Monsalve cuando ellos dijeran, cuando ellos quisieran (...) Me gustaría escuchar a mis queridos colegas fiscales que digan qué no hicimos en esta causa para tratar de colaborar. ¿Qué no hicimos?”, sostuvo la abogada. El fiscal Armendáriz no se dejó esperar: “Su señoría, este fiscal jamás ha discutido en estrado, ni comentado en estrado las reuniones que se tienen en privado”, respondió. 

Tras egresar de Derecho, trabajó 20 años entre el Poder Judicial y el Ministerio Público. Fue juez en Río Negro, relator en las cortes de apelaciones de Santiago y Valdivia, y director de la Unidad Especializada en Probidad, Delitos Económicos y Funcionarios en la Fiscalía Oriente. 

En 2003 asumió la jefatura de la Fiscalía Regional Metropolitana Oriente. Un año después, se sumó a su equipo Rodrigo de la Barra y juntos se hicieron cargo de dar forma a la entidad persecutora, bajo el nuevo régimen de justicia procesal penal. 

En ese rol Armendáriz lideró varios casos de alta connotación pública, la mayoría relacionadas a acusaciones de abuso sexual: estuvo a cargo de la investigación en contra del ex senador Jorge Lavandero -cuya audiencia se transmitió por TV en vivo-; el caso Karadima (antes de que pasara a la antigua justicia); y del ejecutivo bancario Jorge Tocornal, que fue condenado a 10 años de cárcel por violacion y abuso sexual a sus hijos, y tres años después de cumplir la condena, los supuestamente abusados reconocieron que habían mentido. 

El caso Lavandero llevó Armendáriz a la cima del reconocimiento público: “Fue un caso público súper bullado. Lavandero era ex pareja de Clara Szczaranski (entonces presidenta del CDE), y él lo llevó adelante igual que ahora: de manera silenciosa, pausada, con investigación profunda”, comenta una ex colaboradora de la Fiscalía. 

De la Barra agrega: “Es una persona tremendamente acuciosa y jurídica, sin una agenda paralela”. Recuerda en este caso, cuando tenían que ir a Temuco a investigar y entrevistar a las víctimas y sus familiares, “nos hacía ir en nuestro auto, alojábamos en pensiones o casas particulares y volvíamos a Santiago. Nunca tuvo pretensión de tener status”, añade. 

Además lideró la investigación en contra de María del Pilar Pérez, “la Quintrala”, por el asesinato de Diego Schmidt-Hebbel. En este caso, quienes participaron en el proceso recuerdan particularmente la acogida que le dio a los familiares de la víctima. De hecho, cuando en 2021 Klaus Schmidt- Hebbel lanzó el libro sobre su hijo, entre los asistentes estuvo el fiscal. 

Su nombre sonó para ser Fiscal Nacional en 2007. “Obviamente me hubiese gustado ser fiscal nacional”, reconoció más tarde. Pero en vez, fue nombrado Sabas Chahuán. 

El último caso emblemático fue el caso Bombas: tras 17 meses de investigación fue removido por su lentitud para formalizar. A cargo de la investigación quedó el fiscal Alejandro Peña. 

Al poco tiempo, el 22 de mayo de 2011, y cuando aun le quedaban cuatro meses para terminar su periodo en el MP, Armendáriz renunció a la fiscalía. 

Partió trabajando bajo el régimen judicial antiguo, en el 31° Juzgado del Crimen de Santiago. Por eso, explican en el entorno del fiscal, si bien pasó por el mundo privado, lo que le gusta es estudiar a fondo -como detective- los hechos. “Las cuestiones importantes no las delega. Va él en primera persona”, comenta de la Barra. 

Reacio a las entrevistas, su jefatura en la Oriente tuvo al abogado Mario Schilling -conocido por el caso Hijitus- como vocero de la fiscalía. “Escuchaba opiniones de sus subalternos, hacía una lluvia de ideas y luego hacía una lista de los pasos a seguir”, recuerda el abogado sobre la forma de trabajar en esa época. 

Armendáriz suele tomar notas a mano y armar esquemas, como si fueran fichas de un puzzle. Las ordena con título, subtitulo y sus derivadas, que luego delega en sus equipos con coordinación permanente. 

Esto entre medio de muchísimos cigarros, café y galletas. Hasta altas horas de la madrugada. 

Cuando renunció a la Oriente, Armendáriz evaluó volver a ser relator de la Corte Suprema. Pero antes de que eso sucediera, lo llamaron de la Universidad San Sebastián para ser decano de la Facultad de Derecho. 

“En esa época manejaba un auto antiguo y andaba con un bolso ‘medio hippie’ lleno de papeles”, comenta una persona que trabajó con él en el plantel universitario. 

Su paso por la USS hizo que se inhabilitara recientemente en la investigación correspondiente al millonario sueldo de Marcela Cubillos. La causa fue traspasada al fiscal Regional Metropolitano Occidente, Marcos Pastén,

En esos 5 años en el plantel universitario trabajó paralelamente como abogado privado. Compartió un caso en Santa Cruz con Schilling –“estuvo toda la noche preparando la causa, diseñando el interrogatorio a los testigos. Fuimos implacables”, recuerda-; y participó en “uno que otro caso” con De La Barra y el abogado Felipe Caballero. 

Pero siempre quiso volver al ministerio Público. 

El exfiscal regional Metropolitano Occidente José Luis Perez Calaf lo llevó de vuelta al MP como jefe de la Unidad de Control de Gestión, Estudios e Informática en enero de 2017. A los pocos meses se abrió el concurso en la Fiscalía Centro Norte para reemplazar a Andrés Montes. Armendáriz ganó. Y en abril de 2018 se convirtió en Fiscal Regional Metropolitano Norte. 

Hubo un episodio que es recordado en el consejo de fiscales en 2022 que se llevó a cabo en Valparaíso. “Él toma la palabra y dice algo así como: ‘y para todos los que crean que me voy a postular a Fiscalía Nacional, les digo que no’. Hubo un silencio en la sala porque todos esperaban que él se postulara (para reemplazar a Jorge Abott)”, relata un testigo. Y agrega que tenía una relación cercana con Abott: era el primero en su lista de subrogantes. 

“Siempre ha sido una voz muy respetada en el MP. Cuando había consejo general de fiscales (son 4 al año y se analizan temas de coyuntura o criterios de actuación), cada vez que hablaba Armendáriz, para el resto de los fiscales era relevante”, añade la misma fuente.  

Lo definen como concienzudo, equilibrado y formal. Preocupado de acelerar la gestión administrativa, al poco andar en la fiscalía regional impulsó que su unidad de informática creara un sistema para llevar de manera más diligente las causas. Esto sucedió al mismo tiempo que la Fiscalía Nacional estaba llevando a cabo un plan al respecto, pero que corría a otras velocidades. El sistema de la Metropolitana Norte resultó tan bueno, señalan en la fiscalía, que lo replicaron en otras oficinas del Ministerio Público. 

Su estilo en su regreso sigue siendo el mismo: hermético, muy estudioso, reacio a los medios y a las redes sociales y muy activo en participar directamente en las diligencias de los casos de delitos graves. 

Tres nombres se repiten sobre quiénes conforman su círculo en el mundo jurídico: Rodrigo de la Barra, hoy socio en DPO abogados; Patricio Cooper, Fiscal Regional de Coquimbo -quien hasta antes de asumir pertenecía al equipo de Armendáriz en la Centro Norte-; y Francisco Jacir, fiscal adjunto jefe, que lo acompañó a la audiencia de formalización de Monsalve. 

Otras dos personas de su confianza son Macarena Cañas, jefa de Flagrancia, y Tania Sironvalle, fiscal jefa de Análisis Criminal. 

Con la fiscal Ximena Chong, en tanto, -con quien comparte la investigación de Carabineros- tiene una relación de respeto profesional, pero no son muy cercanos, cuentan en su entorno. Ella postuló a Fiscal Regional en el mismo concurso que ganó Armendáriz.

El rol de ambos fiscales ha sido muy cuestionado en el caso que tiene formalizado al exgeneral de Carabineros Ricardo Yáñez por omisión de apremios ilegítimos en el contexto del 18-O. Desde distintos sectores se solicitó al Fiscal Nacional Angel Valencia que los inhabilitara de la investigación por declaraciones previas que hicieron en contra de Carabineros. Armendariz habia dicho: “No podemos aceptar que una institución tenga un espíritu corporativo para encubrir delincuentes”. Sin embargo, siguen a cargo del caso.

Por estos días, Xavier Armendáriz está dedicado a atar hasta el ultimo cabo de la investigación que tiene en prisión preventiva al ex subsecretario del Interior Manuel Monsalve. Ya logró ese primer paso tras detallar en cuatro minutos los dos delitos que se le imputan a la ex autoridad: violación de mayor de edad y abuso sexual de mayor de 14 años. El fiscal se demoró un mes en armar el caso. 

El 15 de octubre, un día después de que la exfuncionaria de Interior presentara su denuncia en contra de Monsalve en la Fiscalía Regional Centro Norte, Armendariz, acompañado de Jacir y un grupo de detectives, acudieron al hotel Panamericano a pesquisar el lugar donde se habrían llevado a cabo los delitos. Allí incautaron el celular del acusado y le pidieron una muestra de ADN. El acusado, mientras, le respondió que no se acordaba de nada.

Revisaron más de 170 cámaras de seguridad de Santiago, interrogaron a testigos, y lograron tomar declaración al taxista que condujo a los dos involucrados al hotel. Cuando el puzzle estaba completo, Armendáriz pidió una orden de detención para Monsalve, y solicitó la audiencia de formalización que terminó con el acusado en el módulo 86 de la cárcel de Rancagua junto a otros imputados por delitos sexuales. Ayer Monsalve fue trasladado al Anexo Capitán Yáber, tras recibir amenazas en el otro penal. 

Pero este es recién el inicio del caso. Ahora Armendáriz no sólo deberá entregar todas las pruebas para condenar al exPS por esos dos delitos. Hay otras aristas que se irán sumando: por infracción a la ley de inteligencia y obstrucción a la investigación. 

Y esta semana se abrió un nuevo flanco de investigación: los gastos reservados de Manuel Monsalve.