Personaje
El momento de Myriam Hernández: “Me encantaría ser empresaria”

El momento de Myriam Hernández: “Me encantaría ser empresaria”
Después de coronarse como reina indiscutida en el Festival de Viña del Mar con la Gaviota de Platino, acaba de dar su primer concierto en México y se prepara para ser la primera artista chilena en el Estadio Nacional. El 2 de mayo cumple 60 años y la baladista de América habla de su presente y de lo que viene.
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Ha pasado un mes desde su histórica presentación en la última edición del Festival de Viña del Mar, un escenario que ha sido clave en su carrera, que incluso animó en cinco ediciones, pero donde no interpretaba sus éxitos hace más de 20 años.
“Lo más curioso es que no he visto el show todavía, porque nos prometimos con Jorge Ignacio (Saint-Jean, su hijo) y con un grupo reducido de gente cercana, amigos y mi hija Myrita, verlo juntos, pero no hemos podido porque no hemos tenido el tiempo, nos hemos puesto a trabajar y a viajar, en fin. Sigo con una sensación muy especial. Y quiero verlo porque veces siento que fue como un sueño. Fue tan rápido, tan indescriptibles las emociones diversas que sentí. Tan soñado, valga la redundancia. Sin duda un momento icónico enmi vida”, cuenta la cantante este viernes, en el rooftop de un hotel en Vitacura.
2024 fue un año importante. En abril Myriam Hernández fue reconocida con el máximo galardón que entrega la Sociedad Chilena de Autores e Intérpretes Musicales (SCD): el Premio a la Figura Fundamental de la Música Chilena. Además, salió de gira con Invencible Tour. Dio conciertos en varias ciudades de Estados Unidos, como Nueva Jersey, Nueva York, Boston, Miami y Orlando, también en Europa y en América Latina.
Como parte del trabajo de promoción fue invitada a varios de los podcast y programas de YouTube más populares de Chile. En esas conversaciones distendidas la artista chilena habló de su historia, contó anécdotas de sus inicios en la música -a los 4 años ya tenía claro que sería cantante y que viajaría por el mundo-, enfatizó en lo importante que ha sido para ella su familia, reconoció que es muy apegada a sus hijos, que le tiene pánico a la muerte y confidenció cómo se mantiene a punto de cumplir 60 años. Se cuida mucho: ejercita todos los días, cuida su alimentación, practica ayuno intermitente, consume hongos adaptógenos y se sumerge, dos veces a la semana, en agua helada.
Crítica e innovación
Después de 35 años casada con Jorge Saint-Jean Domic, quien además fue su mánager durante prácticamente toda su carrera, en diciembre del año pasado anunció su separación. En enero su hijo, el publicista y músico Jorge Ignacio Saint-Jean Hernández (30), quien trabaja asesorándola hace años, asumió como su mánager (ver recuadro).
-Siempre dices que eres muy crítica contigo misma, ¿sientes que llegó el momento de dejarse querer?
-Es algo en lo que estoy trabajando. He avanzado un poco, pero está en mi esencia la autocrítica. Probablemente porque desde pequeña siempre procuré hacer las cosas bien. Cuando tenía 12 años yo participaba de un programa de televisión que se llamaba Generación Joven y cuando llegaba a la casa de mis padres y estaban mis abuelos, les preguntaba cómo había salido el programa. Mis papás siempre me respondían ‘bien, pero tienes que ensayar más’ o ‘te faltó esto’.
-¿Esa crítica te dolía o la tomabas bien?
-Me daba un poco de lata, pero a la vez sabía que lo estaban haciendo por mí. Lo hemos conversado con mis padres y en ellos estaba la intención de tenerme ese cable a tierra. Fui una niña muy mimada: primera hija, primera sobrina, primera nieta, entonces mis papás tenían la aprensión de que mis abuelos me celebraban todo porque era la única chochera. Ellos tenían miedo de que se me fueran los humos a la cabeza. El mensaje permanente era ‘no eres más importante que tu compañera de banco’. Me acostumbré a eso y lo agradezco, pero a lo mejor se me pasó un poco la mano.
-A pesar de tu larga trayectoria están sucediendo muchos hitos en tu carrera, muchas primeras veces. ¿Sientes un impulso en tu carrera ahora que estás trabajando con tu hijo como mánager?
-Fíjate que no había reparado en eso. Cierto, son muchas primeras veces. Primera vez trabajando con mi hijo como mánager. Primera Gaviota de Platino. Primera mujer chilena en el Estadio Nacional. Es emocionante. Me honra y me obliga a seguir trabajando con más fuerza, con más creatividad. Nunca he sentido que no tenga nada que demostrarle a nadie: siempre tengo que demostrarme algo a mí. Por eso me gusta innovar y retarme siempre. Creo que eso me ayuda a estar vigente. No me gusta quedarme con lo que ya hice. Si bien es cierto que las canciones son las mismas y voy a seguir cantándolas, siempre estoy incluyendo temas nuevos o les doy un nuevo aire. Eso conlleva hacer guiños también con sonidos urbanos, aunque sin cambiar mi estilo.
-¿Dirías que hay una nueva Myriam?
-No. Porque siempre me estoy renovando. Piensa que en 2004 grabé una canción con Los Tetas. Cuando salió “Huele a peligro” yo acababa de dar a luz a mi hija y aparecí con un traje super atrevido. Me encanta correr riesgos. Eso me llena de vida y de ilusión. Quiero seguir soñando. No quiero cumplir metas, quiero seguir ilusionándome con las cosas que me llegan, sin decretarlas ni pretenderlas.
El hecho de trabajar con su hijo Jorge Ignacio, como le dice ella, quien pertenece a otra generación y viene del mundo de la música, le ha provocado una cuota de creatividad importante. “No me gusta estar en un estado de confort. Esto me vino también a movilizar y a empezar a crear de nuevo. Estoy 100% metida y trabajando con los iluminadores, con los visualistas, con el director musical, creando arreglos. Tenemos un chat muy activo”, cuenta la intérprete.
“Los 60 años puede ser una edad muy bonita”
Días después de su triunfo en Viña y en el marco del 8M, Myriam participó de un encuentro con mujeres en el que estaba presente Gabriel Boric. Ahí se le vio relajada e incluso bromeó con el mandatario sobre su “nueva libertad”.
“Me sentí tan cómoda y especial por haber sido invitada a la Conmemoración del Día de la Mujer. El Presidente fue muy ameno conmigo. Me confidenció que entre sus primeros casetes había unos míos que se los había comprado su mamá y que él se los sabía completos. ¡Tan lindo! Entonces al principio le decía ‘Presidente’, después ‘Presi’ y ya cuando lo vi cantar le dije ‘Gabito’. Y me atreví a bromear porque justo venía la canción Huele a peligro: ‘Gabito, ya estoy libre, puedo hacerlo’. Son cosas que nacen en el momento”, dice riendo.
-¿Qué espacio ocupa el humor en tu vida?
-Mucho. Me encanta bromear. Cuando me han planteado hacer humor digo que no, porque me da nervio. Pero cuando las cosas fluyen, sí. Siento que una característica mía es saber reírme de mi misma. Cuando me caí, me reí. Cuando me equivoqué y dije sexo en vez de saxo, me reí. ¿Qué mejor que ser evidente?
-¿Te imaginaste estar a los 60 años como estás ahora?
-No, pero yo quería estar así. Cuando era chica le decía a mi mamá: ‘Quiero ser una vieja regia y entretenida’.
-¿Te sientes vieja?
-Sé que tengo la edad que tengo. Para mucha gente puedo ser una vieja, pero yo no me siento así. Si hablamos de sensaciones, me siento de 40. Mis papás no tienen arrugas, gracias a Dios me brindaron una súper buena genética. Pero me cuido, me gusta cuidarme.
-¿Sientes una responsabilidad con tus fans que te tienen como referente?
-Sí. Y me gusta proyectar que los 60 años puede ser una edad muy bonita. Que nunca es tarde para hacer ejercicio y eso conlleva verte mejor. Cambiar tu alimentación. Cuidarte. Que todavía puedes bajar de peso, aunque cuesta. Yo estuve con sobrepeso en algún minuto y no me da vergüenza decirlo. Uno puede ser su mejor versión, como dice esa frase tan ocupada pero cierta. Siempre es tiempo para cambiar tu aspecto, tu mente, tus hábitos. Y agradecer mucho. Mis papás me enseñaron a dar las gracias siempre. Eso lo dije en el escenario y creo que es parte también de la responsabilidad que tenemos como seres humanos al abrir los ojos cada mañana. Cuando realmente lo aprendes, es más que una frase linda.
-Lo tuyo es el repertorio romántico, pero no descartas incorporar o aventurarte en otros géneros. Algunos especulan que ahora podría aparecer una Myriam Hernández facturando a lo Shakira.
-No tengo esos lemas. Respetando todo lo que hace Shakira, prefiero ser Shakira en “Ciega, sorda y muda” (Ríe). Fuera de broma me gusta demostrarle a la mujer que se puede, como mi canción “Invencible”: te puedes levantar, puedes volver a creer en ti. También me veo colaborando con algún artista urbano. ¿Por qué no? Ahora bailé junto a los Power Peralta, el año pasado fui invitada al escenario por Karol G a Viña. También amo a Mon Laferte, ya me invitó a un Movistar Arena donde cantamos una canción de ella y una mía. Me encantaría hacer algo más juntas.
El desafío Nacional
Aunque le cuesta verse como empresaria, en sus inicios como cantante tuvo mucho de emprendedora. Ha contado que cuando desde su sello discográfico trataron de imponerle un estilo más rockero, ella optó por invertir el dinero que había ahorrado para comprarse un auto y grabar “Ay amor” por su cuenta. Un arranque de autogestión que le trajo grandes frutos. Es una de las cantantes nacionales que más ha vendido discos en Chile y el mundo: más de 10 millones. “El hombre que yo amo”, “Ay amor”, “Te pareces tanto a él”, “Herida” y “Huele a peligro”, son verdaderos himnos en América Latina. “Me gustaría ser empresaria. No tengo los conocimientos, pero me gustaría que mi nombre lo llevaran productos asociados al cuidado de la mujer. Podría ser una línea skincare o ropa, no sé, pero es algo que me encantaría”.
-¿Cómo te estás preparando para tu concierto en Estadio Nacional como arranque de Tauro World Tour 2025?
-Con muchos nervios y expectativas de que ojalá se llene. Quiero hacer un gran show. Estoy trabajando para eso. Entreno de lunes a domingo. Tres veces a la semana voy a clases de canto. Invento ideas con Jorge Ignacio, con los músicos, con mi director musical, con la iluminadora, con las visuales. Creo que el cariño que me tiene la gente tiene que ver con la credibilidad. Siempre he sido muy consecuente y le he demostrado respeto a mi público. A ellos les debo seguir trabajando, evolucionando, siempre tratando de entregar lo mejor.
- El amor siempre ha sido tu gran bandera, ¿sigues fiel a ella?
-Totalmente. Creo en el amor fielmente y no me decepciona para nada. Creo que el amor es algo que te hace vivir diferentes momentos. Puede cambiar, evolucionar, pero siempre está. No hablo sólo del amor de pareja, pero por qué no, también el amor de pareja. Sigo creyendo en el amor y voy a creer hasta el día que me muera.
Jorge Ignacio Saint-Jean Hernández, hijo y mánager: “Estamos en la cresta de una nueva curva”
“Me dan ganas de que vengan más primeras veces”, dice el hijo mayor de Myriam Hernández, y hace un par de meses también su mánager. Afirma que los hitos del último tiempo se han dado naturalmente, pero aunque no se adjudique el crédito, es fácil olfatear que los más recientes pasos en la carrera de su madre, tienen su sello. “Es increíble que con una carrera tan extensa e importante hoy estemos hablando de que está haciendo por primera vez ciertas cosas. Ser parte de eso para mí es muy lindo y también motivante. Tengo algunas ideas que por ser medio futbolero no las adelantaré para no mufar”, comenta riendo mientras acompaña a su madre en una ronda de entrevistas.
-¿Cómo se combinan los roles de ser hijo y manager? ¿Ha sido difícil o fluye hasta ahora?
-No sé si difícil, sino distinto. Yo soy inquieto, siempre buscando y buscándome. Primero me gustó el mundo de la música y después la producción. Más adelante entré en la parte creativa de la carrera de mi mamá. Ahora me toca ver todo, manejar distintos ámbitos que han sido también lindos desafíos en lo personal. Es crear y organizar una nueva empresa. Para otros quizás es fome, pero a mí me gusta también la parte administrativa.
-¿Sientes totalmente la confianza de Myriam?
-Absolutamente.
-¿Discuten?
-Quién no. (Ríe). Pero es parte del oficio. En la agencia Super (donde trabajó desde 2022 hasta enero de este año) también discutía con mi dupla o con mi jefe, y teníamos una súper buena relación.
-Tu madre además de ser una artista, es una marca. Como publicista y mánager, ¿Cómo definirías el actual momento? ¿Myriam 3.0?
-Me gusta que no hayas dicho 2.0 porque calculo que va por lo menos en el 7.0, o más (ríe). La empresa es ella y siguiendo las curvas que ha tenido como marca, hoy siento que está tomando la cresta de una nueva curva. Yo no viví todas las curvas anteriores, como el top 1 de Billboard y el éxito de “El hombre que yo amo”, porque era muy chico. Pero mirando hacia atrás, con la información disponible, porque me gusta analizar datos y no hacerlo de guata, creo que estamos tomando una de las curvas más altas, si no la más alta. Y espero que la próxima curva sea aún más alta.
-¿Podemos esperar sorpresas por delante?
-De todas maneras. Esto es cíclico. Estamos en un buen momento. Pero si bien ella es una marca, también es una artista y a veces toca parar un poquito, replantearse, entrar al estudio, son momentos más introspectivos. Alguien podrá decir ‘Myriam está desaparecida’ pero vamos a estar trabajando.
Jorge Ignacio no descarta formatos. Sobre la idea de producir una serie o documental sobre la carrera de Myriam, dice que le encantaría: “Hay tanto que contar. Son muchos años de carrera, muchas historias no conocidas y otras también quizás conocidas, pero no en su versión”. Él tuvo que ver también en el periplo que dio su madre el año pasado por varios de los podcast y programas de YouTube del momento.
-¿Hay una apuesta más innovadora a la hora de comunicar?
-Se trata de incorporar todo lo nuevo que se viene haciendo como parte de la pauta al hacer comunicaciones y prensa. Ella como persona y artista se siente cómoda con eso. Nosotros al manejar la “marca” buscamos hacer cosas nuevas. La “instrucción” interna número uno es: ‘Si tú sientes que no es para Myriam, seguramente sí lo es’. Hay que hacer doble clic. Hace muchos años en las visuales no se ocupan corazoncitos y florcitas porque eso es muy Myriam Hernández, muy balada antigua. Si bien esas son las canciones y el género, podemos hacer un show actual, la gente disfruta e incluso lo agradece más.
-¿Se pueden hacer guiños disruptivos sin traicionar la esencia?
-Absolutamente. Yo personalmente me planteo los años que vienen entregando algo que la gente no sabía que quería. Como los Power Peralta en Viña del Mar. Eso me ha funcionado antes y quiero intentar implementarlo acá. Es un desafío que requiere estar todo el rato pensando y nos da versatilidad al momento de pensar qué hacer.
-¿Qué sentiste al subir al escenario de Viña del Mar cuando tu madre recibió la Gaviota de Platino?
-La verdad fue muy lindo. No me lo esperaba, no pensé que fuera a pasar. Rafa (Araneda) y Karen (Doggenweiler) me decían que subiera, pero yo no quería. Como insistieron, no quedó otra y lo agradezco. Haberlo podido vivir fue súper bonito.