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André Sougarret, presidente ejecutivo de Codelco: “Tenemos que resolver varios desafíos para habilitar la empresa para los próximos 50 años”
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Dos accidentes con resultado de muerte en 10 días en el mes de julio de este año. Primero, Rubén Trigo, un trabajador subcontratado en el proyecto Rajo Inca, tuvo un accidente fatal realizando labores de movimiento de tierra.
Sebastián Méndez murió unos días después mientras hacía mantenimiento en un túnel de Chuquicamata. André Sougarret al asumir unas semanas después, primero de manera interina y luego como titular, puso entonces como su primera prioridad: “No más fatalidades”.
Fue una de las noticias más duras del año. Codelco sinceró que producirá este año menos que en 2021 y hay un atraso tal en los proyectos estructurales que ponen a la corporación en riesgo de dejar de ser la principal productora de cobre del mundo, siendo superada por Freeport.
En ese contexto, Codelco informó de la renuncia de Marco Bastías, exvicepresidente de Proyectos. Se reemplazó por Julio Cuevas Ross quien, como Sougarret mismo, ya había pasado por las mineras del grupo Luksic.
Dos meses intensos son los que lleva André Roger Sougarret como presidente ejecutivo de la cuprera estatal en reemplazo de su amigo y “tenientino” como él, Octavio Araneda, y equivalen a la operación de una mina subterránea: a nivel superficial pasa poco, pero conforme se adentra en los túneles y se desciende del nivel mina, las cosas son diferentes, los cambios son estructurales.
“Soy una persona que habla poco y escucha mucho. Creo en mis capacidades, acepto grandes desafíos, confío en el criterio experto, aprendo de los demás y priorizo el trabajo en equipo”, señaló en la revista interna de la estatal esta semana.Usa como metáfora un reino para explicar el sello que quiere dar: “Quiero imprimir un liderazgo más horizontal. Codelco no está formada por reyes y subordinados, sino por personas, a quienes hay que respetar y a las que empoderaré para que aporten desde sus diferentes roles”.
Familia mineraAunque el año pasado asumió la vicepresidencia del Distrito Norte, con Octavio Araneda como presidente ejecutivo y con Juan Benavides liderando el directorio, a Sougarret le gusta y conoce El Teniente y las faenas de la zona central, que es donde partió su carrera.
De familia minera -su tío fue gerente general de El Salvador y su papá era contador en Disputada de Las Condes cuando ésta era de la francesa Société minière et métallurgique de Peñarroya en los años ‘70-, estudió en la U. de Chile y sus primeros trabajos fueron en Mantos Blancos. Luego pasaría a El Teniente, donde pronto destacó como otros profesionales de su misma casa de estudios, como Ricardo Alvarez y el propio Octavio Araneda.
Un amigo inesperado se hizo rescatando a los mineros: Diego Hernández, a la sazón presidente ejecutivo de Codelco y quien luego lo llevó al grupo Luksic y al grupo Fresnillo, en México, impresionado por su pericia, su visión holística y su habilidad para planificar pensando en varios escenarios. Y, como cuentan conocidos comunes, por el amor poco común por la profesión.
Eso trasunta cuando se le pide pensar en la minería del futuro. “Debemos lograr una minería invisible para los próximos 20 a 30 años, que consuma menos agua, saque el menor material a la superficie y nos permita convivir con los glaciares. El desafío es convertirnos en líderes en minería subterránea, lixiviación y procesos limpios, donde la innovación juega un rol fundamental”, dijo en la revista corporativa.
La prioridad número uno de Sougarret en Codelco es “No más fatalidades”, algo fundamental después de afrontar dos accidentes con resultado de muerte en 10 días en el mes de julio de este año, lo que llevó a la detención total de los proyectos (uno de los peores registros en la historia reciente de Codelco).
La segunda prioridad es sacar adelante los proyectos estructurales, que demandan una inversión, en 2022, de US$ 4.000 millones. Y la tercera, alcanzar los máximos límites productivos en cada división, después de sincerar una reducción de entre 100.000 y 105.000 toneladas en la producción de este año.
El cuarto foco es lograr la estabilidad de las operaciones de fundición y refinación, en medio del cierre de la Fundición Ventanas y de la mantención de la Fundición y Refinería Chuquicamata, la más grande de la empresa. La sostenibilidad está anclada en tres focos estratégicos: medioambiente, relaciones sindicales e innovación.
Estos focos estratégicos fueron presentados por el debutante Sougarret, en su rol de presidente ejecutivo, en el directorio de fines de septiembre y aprobados de inmediato por la mesa.
“En nuestras operaciones y proyectos se han reabierto brechas de desempeño que creíamos superadas. Nos concentraremos en siete focos estratégicos para retomar la senda de crecimiento. Tenemos que resolver varios desafíos para habilitar (la empresa para) los próximos 50 años”, dijo al respecto.
El próximo jueves 1 de diciembre, se relanzará el Pacto Estratégico con la Federación de Trabajadores del Cobre. Y aunque hay versiones encontradas de quién fue el autor intelectual de esta iniciativa -muchos apuntan a la mano de Máximo Pacheco y otros ejecutivos la adjudican a Sougarret- lo cierto es que, en la práctica, implica hacer las paces con los sindicatos más allá de las negociaciones colectivas, cuestión clave en los complejos tiempos que se viven en Codelco y la minería (este lunes podría empezar un paro en Escondida, el principal yacimiento de cobre del mundo).
“Funciona en tiempos difíciles, siempre y cuando cada uno, trabajadores y supervisores, estén en su rol, y sin duda le dan protagonismo al CEO”, señala un exmandamás de la estatal.
Esta semana, la penúltima de noviembre, reeditaron el Acuerdo Marco con los contratistas y subcontratistas, en un intento de evitar más conflictos con los trabajadores externalizados, que son el último eslabón de la cadena productiva minera.
Pactar con sindicatos y subcontratistas, donde Codelco actúa como garante, significaría lograr la “Paz Sindical” con cerca de 39 mil trabajadores contratistas (de operación, servicios y de inversión) y 15.600 trabajadores propios.