Personaje
Andrea Arístegui y su salto a un matinal: “¿Qué pierdo a estas alturas de la vida?”

Andrea Arístegui y su salto a un matinal: “¿Qué pierdo a estas alturas de la vida?”
La periodista estuvo 18 años en TVN y 6 en Mega, siempre ligada a las noticias y los departamentos de Prensa. Pero en marzo hizo un punto de quiebre: desembarcó en Chilevisión como conductora del matinal Contigo en la mañana. Dice que además del desafío profesional, le pareció atractivo un formato más suelto, que mezcla emociones y donde puede mostrar otros lados suyos, como el sentido del humor. “No tengo el miedo a desperfilarme ni a lo que el resto va a pensar de mí”, confiesa en esta entrevista.
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Optó por desconectarse. Era mediados de enero. La periodista Andrea Arístegui (45) dejaba atrás seis años en Mega, donde era la conductora del noticiero central, porque a principios de marzo debutaría como el rostro femenino del matinal Contigo en la mañana, en Chilevisión.
Pero ese tiempo que transcurrió entre uno y otro asunto, ella no lo ocupó en mirar más televisión, ni buscar referentes en el formato, ni afinar temas técnicos. Nada de eso. Viajera como es, se fue tres semanas con su familia -su marido, sus dos hijas- a buscar auroras boreales en Noruega. Las encontró en la localidad de Tromso, con un cielo teñido de verde fosforescente.
“Me liberé, desconectada absoluta. Ese viaje lo tenía planificado de antes, pero siempre he sentido que a mí las cosas se me alinean de alguna forma. Y estas vacaciones llegaron en buen momento. Disfruté, comí, tomé, bailé, hice todo lo que me reconectara con mi familia y conmigo, con lo más esencial que soy yo, para volver con energía, renovada, liviana para sumarme a mi nuevo desafío laboral”, explica.
“Así que no hice ninguna preparación especial para el matinal, no miré lo que hacen los demás, ni me preocupé de armar un manual de cómo ser animadora de un espacio así, como quizás lo hubiera hecho años atrás”.
Andrea Arístegui está sentada en su camarín de Chilevisión, una pieza amplia, con sillones, mesa central, un mueble con espejo. Toma agua. Terminó hace 20 minutos el matinal. Es un territorio nuevo para ella, que ha desarrollado toda su carrera profesional ligada a departamentos de prensa, cobertura de hitos internacionales y conducción de noticiarios, primero durante 18 años en TVN y posteriormente en Mega.
“Yo estaba en una zona cómoda para mí, incluso demasiado cómoda. Sentía el riesgo de que dejara de desafiarme profesionalmente… Necesitaba un remezón. Entonces llegó la llamada de Chilevisión, en diciembre. Yo quería buscar algo que me sacara de mi zona de confort, pero nunca me imaginé que iba a ser en un matinal”, comenta, entre risas.
“Yo estaba en una zona cómoda para mí, incluso demasiado cómoda. Sentía el riesgo de que dejara de desafiarme profesionalmente… Necesitaba un remezón. Entonces llegó la llamada de Chilevisión"
No morir profesionalmente
La llamada desde Chilevisión la hizo Carmen Gloria Lobos, productora ejecutiva de Contigo en la mañana. El matinal se había quedado sin conducción femenina, luego de la partida de Monserrat Álvarez a TVN. Cuando le habló de eso, Andrea -sorprendida- preguntó por qué habían pensado en ella para ese rol. Le respondieron que les interesaba mantener su probado lado periodístico, pero agregar otras facetas suyas que en ambientes más informativos quedan ocultas: su humor, su facilidad para reírse, su mirada particular como mujer, como madre. Eso la entusiasmó. Era el remezón en que había pensado.
Se tardó un par de semanas, sin embargo, en decidirlo. Lo habló bien con su familia, porque entendía también que un matinal la dejaba mucho más expuesta y, con eso, también al marido y las hijas. Andrea había participado antes como panelista en los matinales de TVN y de Mega, pero distinto era estar a cargo de la conducción de este espacio de cinco horas, una maratón televisiva. No ser la invitada, sino la anfitriona.
“Pero al menos tenía ciertas certezas de cómo funciona un matinal, su lógica. Conocía a animadoras de matinal. La Mary Godoy y la Javi Contador son muy amigas mías”. Vislumbró que en un matinal, además del desafío profesional, lo iba a pasar bien. Que en tantas horas al aire se cruzan muchas emociones, temas, historias. Entonces aceptó.
- ¿Es común que quiebres tus zonas de comodidad?, ¿te pasa en otros aspectos de la vida?
- Creo que he ido aprendiendo cada vez más a hacer eso, lo cual tiene que ver con mi historia. Partí muy joven haciendo periodismo. Partí además con una hija, porque fui mamá a los 18. Entonces mi primera etapa profesional fue asegurarme un trabajo en TVN, donde siempre había querido estar. Como era chica, tuve que demostrar que era seria, creíble. Era una época en que ni pensaba salir de mi zona de confort, sino al revés: cómo quedarme en una zona y asegurar el trabajo. Con los años uno va aprendiendo, sacudiéndose un poquito. Mi salto más fuerte en ese sentido fue cuando me despegué de TVN, corté el cordón umbilical y partí a Mega. Lloré tres días seguidos. Pero dejé de tenerle miedo al cambio. Entiendes que eso te hace crecer y aprender más.
Agrega Andrea: “Hoy si hay algo a lo que le tengo terror es quedarme inmovilizada, dejar de experimentar, de desafiarme. Eso es como empezar a morirte profesionalmente y me parece un riesgo. Es una lección de vida y que siempre le digo a mis hijas: que en la vida hay que atreverse a los cambios”.
- Por eso saltaste a un matinal…
- Tal cual, mejor atreverse al cambio de formato que quedarse con la duda de qué pudo pasar… Lo otro (su trabajo en prensa) ya lo conocía, entonces dije: “¿Qué pierdo a estas alturas de mi vida?”, y la verdad es que poco. Uno también está más grande, ha crecido, ha madurado, es lo bueno que dejan los años. Soy feliz con mis 45, estoy absolutamente cómoda con esta piel que ha implicado muchas transformaciones y adaptaciones.
- ¿Hace 10 años no habrías aceptado?
- Probablemente hubiese dicho que no. Hace 10 años mi evaluación hubiese sido que todavía tenía cosas que hacer en prensa, que era arriesgado, que mejor que no. Ahora, con lo que he hecho en mi carrera y a mi edad, no siento la necesidad de demostrar nada, ni tengo el miedo a desperfilarme ni a lo que el resto va a pensar de mí. Sé que hubo gente que dijo “la Andrea se volvió loca, ¿cómo toma esta decisión?”, pero quienes me conocen de cerca y me quieren, saben que era un camino súper natural.
Golpes en la tele y en taekwondo
Dice que, como rutina periodística, siempre ha hecho zapping por todos los matinales. Que son importantes porque están las noticias con que comienza el día. Frente a las críticas actuales al formato -que entregan las mismas informaciones, foco en lo policial, escasa diferenciación- dice que las informaciones con que estos espacios trabajan son las que pone la pauta diaria, que eso no va a cambiar y que la gracia está en cómo éstas se entreguen, la reflexión asociada, la manera en que se contextualicen. Que ahí se puede buscar el sello propio. “Lo que está claro es que la audiencia quiere informarse, está ávida de información, y nosotros trabajamos en función de la audiencia”, explica.
- ¿Y la entretención? Se cuestiona que los matinales la han abandonado, porque se han volcado a la información.
- Creo que sí hay espacios de entretención, pero no de la manera tradicional del tencito del Buenos días a todos cuando estaban Jorge Hevia y la Margot Kahl. La entretención no necesariamente tiene que ser eso, aunque tampoco lo descarto: en una de esas, mañana estamos en el trencito con Julio César (Rodríguez, su dupla en la animación); no tengo problema, a mí me encanta el baile, soy buena para la cumbia. A lo que voy es que entretención es también cómo presentas el contenido, y una de las cosas que me gusta de Contigo en la mañana es que ese hilo de entretención siempre está ahí, terminamos riéndonos, como cuando uno conversa en la casa, con la familia o los amigos. Hay humor.
- ¿Te sale natural tu versión más suelta o debes programarte para eso?
- (Risas). Noooo. Si me programara de antemano, me saldría pésimo. Si hay algo que no tengo es talento actoral. En la vida soy muy buena para reírme; mis amigos incluso dicen que soy un poco burlona. Trato de moderar eso. También me gusta mucho conversar, sociabilizar. Me gusta la música, me gusta el fútbol. Hay un montón de otros intereses que no son la noticia y están súper presentes en mi vida.
- Como ser cinturón negro en taekwondo...
- Sí. Partí a los 12 años. Tuve la suerte de llegar a la escuela de un maestro coreano, y pongo énfasis en eso porque con un maestro coreano es un acercamiento que va más allá del deporte. Es el arte marcial en su esencia más pura, con disciplina, con espiritualidad. Eso me fascinó. He ido y vuelto al taekwondo en distintas etapas de mi vida. En los últimos años lo tuve que postergar, porque normalmente los entrenamientos son en la tarde-noche, y yo a esa hora leía las noticias. Ahora que volví a recuperar mis tardes, ya estoy mirando opciones. Me hace muy bien para la mente y el cuerpo.
"En una de esas, mañana estamos en el trencito con Julio César (Rodríguez, su dupla en la animación); no tengo problema, a mí me encanta el baile, soy buena para la cumbia"
- ¿En qué se parecen el taekwondo y la televisión?
- Los golpes. En el mundo de la televisión hay muchos golpes y hay que aprender a esquivarlos. Aprender a levantarse después de que te botaron de una patada en la cara. Es así. Yo profesionalmente he pasado por eso. He estado en situaciones muy buenas y muy malas. Y mi gran lección de las artes marciales tiene que ver con seguir en el camino más allá de cuantas patadas te llegaron. Volver a pararse y resistir.
“Puedo chasconearme”
El matinal de Chilevisión lleva cinco años liderando la sintonía en su horario, de 8 am a 1 pm. En 2024 fue primero con un rating promedio de 5,5 puntos. En lo que va de 2025, también se impone, aunque marzo ha sido una montaña rusa: en algunos días gana CHV, pero en otros Mega y Canal 13. Andrea Arístegui dice que no siente presión ni se estresa con eso.
“Y no es que me esté poniendo el parche antes de la herida, porque siempre lo he dicho: el resultado de un programa es siempre por un trabajo de equipo. No creo en esta gente que dice que por sí sola se lleva el rating de un lado para otro. Es mucho más multifactorial. Que alguien crea que por sí solo tiene esa responsabilidad de subir o bajar el rating me parece darse demasiada importancia. Uno siempre quiere ganar, por supuesto, pero el rating lo tomo con calma, para mí es un input más”.
- ¿Estabas nerviosa en tu debut el 3 de marzo?
- Poco. Estaba más bien ansiosa por partir.
- ¿Cero miedo?
- Cero, afortunadamente. Y tiene que ver con la cantidad de años que uno lleva en televisión y que ese nervio de aparecer ya no está. Y tiene que ver también con que acá hicieron todo un trabajo que me encantó antes de que yo llegara, de conocernos, de salir a comer, de juntarnos con Julio César y el equipo. Echamos la talla, nos reímos. Yo me he sentido muy cómoda y sale mi lado más lúdico. El otro día les decía que no tengan problemas con las bromas, porque vengo de un colegio de hombres, así que no me espanto.
- ¿No conocías a Julio César Rodríguez?
- Lo conocía de la época en que él fue director de programas en TVN y del tiempo de La Nación Domingo. Pero nunca habíamos tenido una conversación uno a uno. Y cuando nos juntamos por primera vez a almorzar partimos conversando y no paramos más, como si nos ubicáramos de toda la vida.
- Él es una figura, con o sin matinal. Eso puede intimidar. ¿Te habían advertido sobre eso?
- Obviamente recibí todo tipo de comentarios, gente que tenía súper buena impresión y otra que tenía inquietudes justamente porque es una figura y hasta dónde me haría espacio en un matinal donde él era el dueño de casa. Pero ha sido muy generoso en eso. Ha sido una relación con mucha confianza. Las duplas funcionan con dos personas al mismo nivel.
- ¿Las duplas en televisión pueden llegar a ser amigos?
- Tengo muy buenos amigos con los que fui dupla. Mauricio Bustamante en TVN, Juan Manuel Astorga en Mega. No voy a decir que siempre ocurre, pero puede ser un proceso bastante natural si uno lo sabe llevar.
- Muchos descreen que eso pueda darse entre rostros…
- Como si fuera mentira… Yo pienso al revés: es muy difícil fingir una buena relación en cámara cuando no es real. Esa incomodidad se nota y la gente se da cuenta. Entonces, si hay buena onda en pantalla lo más probable es que sea natural.
-Llevas tres semanas conduciendo Contigo en la mañana. ¿Algo que aún te cuesta?
- Lo que todavía no incorporo son las salidas de libreto, porque soy muy disciplinada y muy respetuosa de las instrucciones. Julio eso lo maneja muy bien, crea momentos divertidos, a veces es necesario quebrar un poco. Eso aún me falta, pero tiene que ver con esa escuela de disciplina muy férrea que tenía en prensa.
- ¿Hasta dónde se puede chasconear Andrea Arístegui en un matinal?
- Hoy día poco, porque ando muy peinada (se ríe y muestra su moño tirante). Puedo chasconearme todo lo que sienta cómodo, tal como me chasconeo en un concierto de rock o cuando iba al estadio y era parte de la barra de Universidad Católica. Mi límite al chasconeo tiene que ver con mis hijas. No exponerlas en algo que las vaya a incomodar.
- Si este salto es sin vuelta atrás, ¿qué pasará con tu pasión informativa, el mundo de prensa? ¿Se archiva?
- No salí del modo informativo totalmente. En el centro de mi espíritu sigo teniendo la información. Así que en Chilevisión, además del matinal, voy a hacer algunas transmisiones especiales, coberturas para prensa. Fue conversado así, porque es algo que no podría abandonar nunca.
"Puedo chasconearme todo lo que sienta cómodo, tal como me chasconeo en un concierto de rock o cuando iba al estadio y era parte de la barra de Universidad Católica".