Personaje
Carta de Boric desde el futuro: "Logramos instalar un gobierno paritario, con nuevos rostros"
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Hace 20 años, un día como hoy, asumí una de las responsabilidades más importantes de mi vida: convertirme en el Presidente de Chile más joven de toda nuestra historia democrática.
Con la distancia que otorgan los años y con las pasiones ya devenidas en tranquilidad, veo con más claridad las luces y las sombras de lo que fue mi gestión.
Asumimos el gobierno en momentos complejos y, tras una larga y virulenta campaña presidencial, logramos instalar un gobierno paritario, con nuevos rostros, convocando a personas que trabajaron arduamente para recomponer el tejido social de nuestro país y superar los efectos de la terrible pandemia que asoló al mundo durante dos años.
A poco andar, y luego de mucho trabajo, se realizó el plebiscito de salida del proceso constitucional, en el que una abrumadora mayoría de chilenas y chilenos aprobaron la primera Constitución de nuestra historia escrita en democracia por la gente en condiciones de igualdad, horizontalidad y con representación de los pueblos originarios.
Con orgullo, los chilenos y chilenas nos regimos por la primera Carta Magna del mundo redactada de manera paritaria. Aunque no estuvo libre de ataques, nuestra Constitución hoy es un factor de estabilidad y reencuentro de los chilenos.
Mi gobierno no estuvo exento de problemas, pero basándonos en el diálogo y el entendimiento, logramos sentar las bases para una sociedad más igualitaria y justa, y esa es mi mayor satisfacción.
El primer paso que dimos fue en salud, donde decidimos poner costo cero a todo tratamiento de cáncer. Porque era prioridad que las familias no tuvieran que endeudarse de por vida para ver sanar a su familiar. También pudimos reducir las listas de espera, vimos cómo la gente dejó de hacer bingos para pagarse el tratamiento y conseguimos precios justos para los medicamentos.
Estoy orgulloso de decir que ahora la salud es un derecho que no distingue entre ricos y pobres.
Avanzamos en derechos para las mujeres, instaurando un Sistema Nacional de Cuidados que ayudó a las mujeres en el cuidado de niños, niñas, enfermos y adultos mayores para que no recayera toda la responsabilidad en ellas. También logramos eliminar la deuda de los padres que no pagaban la pensión alimenticia.
Con la jornada laboral de 40 horas, dejamos de ser uno de los países que más horas trabajaban, pero que menos producían, y pasamos a ser un ejemplo de productividad y buenas prácticas laborales. Logramos subir considerablemente el sueldo mínimo para que todas las personas pudieran tener una mejor calidad de vida.
Tras un largo proceso, logramos construir un nuevo sistema de seguridad social en el que vemos cómo las personas adultas pueden descansar y disfrutar de su vejez después de toda una vida de esfuerzo. Hoy en Chile las personas mayores no trabajan para sobrevivir, solo por vocación.
Logramos la implementación completa de un sistema de educación pública de calidad para todos los niños y niñas de Chile. En Chile ya nadie contrae una deuda impagable para poder estudiar. ¡Qué felicidad cuando vi finalizada la lucha que comenzamos cuando muchos nos movilizamos por una educación pública, gratuita y de calidad!
También avanzamos en seguridad, y con una redistribución de Carabineros y especialización, le dimos una gran batalla al narco. Sabemos que la pelea contra la delincuencia continúa y probablemente nunca va a tener fin, pero tenemos la satisfacción de lograr que los chilenos y, sobre todo, las chilenas puedan caminar más seguras por sus barrios.
Gran parte de estos logros los realizamos gracias a una reforma tributaria que le dio a nuestro país mayores niveles de justicia y que, aunque nos costó implementar, la logramos ejecutar gracias al diálogo y la colaboración de amplios sectores del país.
Con orgullo podemos afirmar que, después de nuestro gobierno, en Chile ya nadie se colude para obtener ganancias obscenas, y los que se atreven reciben castigos severos y no clases de ética.
Hubiéramos querido avanzar aún más. Es cierto, tuvimos un Congreso donde no éramos mayoría, pero con diálogo y apertura, logramos construir grandes acuerdos por los cambios.
Aún quedan desafíos.
Avanzamos en instalar una conciencia ambiental que nos ha permitido seguir enfrentando como sociedad la amenaza del cambio climático, pero aún no podemos cantar victoria porque la crisis climática sigue presente. Pero las nuevas generaciones reconocen que fuimos un gobierno en el que se avanzó sustancialmente en crear la conciencia necesaria respecto a la urgencia de abordar este problema.
Aunque nos faltaron cosas por hacer y seguimos trabajando por hacer de Chile un país más justo, con más igualdad y más oportunidades, siento que vivimos en un mejor lugar.
Y siento, como principal aprendizaje, que cuando nos unimos y no dejamos atrás a nadie somos capaces de sacar lo mejor de lo nuestro y engrandecer cada vez más a Chile.