Personaje
Paula Sánchez, la anfitriona de los chilenos que llegan a Miami
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Cuando Paula Sánchez llegó a instalarse a Miami hace diez años, en Key Biscayne se creó un chat con los chilenos que también estaban en ese sector. No eran más de diez familias, muchas de las cuales solo se quedaban un par de años. Hoy, ese mismo chat de whatsapp ya tiene a 121 familias que están instaladas casi todas de forma definitiva en ese barrio. De hecho, en el supermercado el acento chileno es uno de los que más se escucha.
Paula es periodista, pero hizo parte de su carrera en Chile vinculada a la industria financiera. Primero a cargo de la sucursal del Banco Security y después en el área de riesgo hipotecario del Banco de Chile. Por eso, cuando llegó a vivir a Miami –su marido creó una universidad online para latinoamericanos en esa ciudad- decidió que se iba a dedicar al corretaje de propiedades.
“Ahí se me ocurrió hacer el curso de real estate y partir de a poco sin grandes pretensiones. Era un apoyo para la familia, mi marido se había independizado y de a poco se fue corriendo la voz porque mis clientes llegan por el boca a boca”, cuenta.
Hace cinco años decidió sacar la licencia de bróker para ser dueña de su propia empresa de corretaje, Unique International Properties. Desde ahí, es una testigo directa de cómo Miami se ha ido transformando en un polo de atracción no solo para estadounidenses que prefieren escapar del frío del norte y tener una segunda propiedad cercana a las tibias aguas de Florida, sino también de muchos latinoamericanos, y en particular chilenos, que en los últimos dos años están llegando en masa a poblar los mejores barrios de la metrópoli del sol.
“La verdad es que está todo pasando. En el caso de los chilenos, con el estallido social se activó mucho y con la pandemia ha sido una locura, desde colombianos, latinoamericanos y clientes internos de EEUU, mucha gente de Nueva York y California. Miami siempre estuvo abierto, no hubo cuarentenas y mucha gente vino a pasar una temporada y se terminó quedando. La calidad de vida es muy buena acá”, dice Paula.
Hoy, ella es uno de los contactos clave para las familias que llegan a instalarse a esa ciudad. Porque no solo entrega el servicio de corredora de propiedades, sino que ayuda a conseguir colegios, doctores, visas, seguros asociados, entre otros servicios, de manera de facilitar su llegada. “La gran mayoría de mi cartera de clientes no vive acá, es gente que no conoce la ciudad, no sabe cómo se mueve, ni los colegios, ni nada. Llegan perdidos y se hace la vida más fácil cuando los ayudamos”, dice.
Los barrios
En general, los chilenos que llegan a Miami, dice Paula, lo hacen en busca de una mejor calidad de vida, de seguridad y de un entorno amable para emprender. Eso explica por qué varios emprendedores locales han elegido esa ciudad para instalarse, como el caso de Eduardo della Maggiora, el fundador y CEO de Betterfly que llegó a vivir a Miami con su familia en marzo pasado.
Son cuatro barrios los preferidos por las familias que llegan desde Chile a vivir y en general dependen mucho de la calidad de los colegios públicos de esos sectores, porque los colegios privados son pocos y muy caros.
Key Biscayne, para las familias con hijos chicos; Brickell para los solteros y jóvenes sin hijos; Weston, que es donde viven figuras como Iván Zamorano y el animador de TV Rafael Araneda, donde hay casas más grandes; y Pinecrest, un barrio emergente que se está empezando a consolidar con condominios nuevos. Coconut Groove también es un barrio atractivo. Hasta allá llegan a vivir muchos europeos, pero Sánchez explica que los colegios públicos no son tan buenos como en otros sectores de la ciudad.
Sin embargo, encontrar una propiedad en esos sectores hoy es casi imposible. “En los barrios tradicionales ya no hay casas. Cuesta mucho encontrar, los inventarios son de 2,2 meses, es decir, es el tiempo máximo que dura una propiedad antes de venderse o arrendarse. Eso no es usual. En un mercado inmobiliario sano eso debiera durar entre seis a ocho meses”, explica Paula. Brickell es un poco más barato: en torno a los US$ 4.000 al mes.
Para comprar el precio medio fluctúa alrededor de los US$ 415 mil , “pero depende del barrio, de la calidad de la vivienda y de la vista”, explica la corredora. En los barrios más apetecidos, los valores están sobre los US$ 1.000 el pie cuadrado, “aunque comparado con otras ciudades de Estados Unidos no es alto: en Nueva York el pie cuadrado está en US$ 4.000”, agrega.
“Ha sido guerra estos últimos dos años. Pero también un poco desagradable e ingrato cuando tienes compradores y entras en guerra de apuestas por las casas. Me ha pasado mucho que compran sobre el precio de lista para poder adjudicárselas. Los chilenos están varios en esa, pero ahora por vacaciones y el alza de las tasas de la Fed se calmó un poco el mercado”, dice.
Y hay que considerar, agrega, que el 52% de las personas que compran departamentos lo hacen al contado. En casas es 30%.
Visas e inversionistas
Paula revela que hubo una época tras el estallido social en la que recibía hasta tres llamados diarios de chilenos buscando casas en Miami. Pero, alerta que hoy no están fácil llegar a vivir allá: “La visa de inversionista antes la daban por cinco años y hoy día no la están dando ni renovando. Se ha hecho todo más complicado porque te tiene que contratar alguien para que puedas obtener una visa. Y comprar una casa no te da derecho a una”.
De todas maneras, dice, “los chilenos que ya tenían platas acá en bancos de inversión han perdido el miedo a invertir, antes eran bien tímidos para invertir en Miami y ahora como ven este crecimiento prefieren comprar a seguir esperando”.
Pensando en esos inversionistas, Paula acaba de aliarse con NecDot, una firma que entrega servicios de inversión global para inversores latinoamericanos, fundada por Germán Roca, ex Prochile y Pedro Mingo, con quienes está desarrollando proyectos inmobiliarios en el barrio The Roads.