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Personaje

Taylor Swift: la única artista seleccionada como persona del año por la revista Time desde 1927

Taylor Swift: la única artista seleccionada como persona del año por la revista Time desde 1927

Recién fue elegida Persona del Año por la revista Time. Es la única artista que ha sido seleccionada por la publicación para este especial anual desde 1927. ¿Cómo una adolescente que cantaba country y que se pasó al pop se transformó en esto, en una ícono que tiene un séquito de nombre propio (“swiftie” fue una de las palabras del año según el diccionario Oxford)? ¿Qué es lo que tiene Taylor Swift que no tenían las demás estrellas jóvenes que han quedado en el camino?

Por: Isabel Plant | Publicado: Viernes 8 de diciembre de 2023 a las 10:00
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Pareciera que todo lo que toca es oro (o, en su caso, brillos y lentejuelas): la gira más exitosa del año, con estadios de 70 mil personas agotados, que suma 900 millones de dólares recaudados por venta de tickets. La artista más escuchada del año en Spotify mundial. Una película-concierto que se coló entre las 10 más vistas del año y ha recaudado 250 millones de dólares en taquilla. La primera artista que entra al club de los billonarios de su país, sólo por lo que generan su música y recitales.

Se estima que, para cada concierto del Eras Tour, los fanáticos gastaban cerca de 93 millones de dólares, generando verdaderas primaveras financieras en cada parada. Cuando va al estadio de fútbol americano a ver al pololo jugador se generan los mayores peaks de audiencia televisiva del torneo. Tiene 33 años, edad casi de jubilación para las princesas del pop, y en vez de pasar de moda terminó por explotar globalmente: si usted no sabía quién era Taylor Swift, o no había escuchado alguna de sus canciones, este 2023 por osmosis tiene que haberlo hecho. 

Es conversación cultural, es obsesión de fans, es un amor transgeneracional y es una estrella como pocas logran serlo en tiempos de fragmentación y consumo personal de cultura pop por streaming. Este año sólo otra rubia le hizo el peso en cuanto a locura colectiva, pero Barbie fue dejando la omnipresencia social a medida en que pasó el estreno. Taylor Swift, en cambio, corona diciembre convertida en la Persona del Año según la revista Time; portada que en los últimos años ocuparon Volodymyr Zelensky, Elon Musk, Joe Biden y Greta Thunberg. Es la única artista que ha sido elegida por la revista para este especial anual desde 1927. 

¿Cómo una adolescente que cantaba country y que se pasó al pop se transformó en esto, en una ícono que tiene un séquito de nombre propio (“swiftie” fue una de las palabras del año según el diccionario Oxford)? ¿Qué es lo que tiene Taylor Swift que no tenían las demás estrellas jóvenes que han quedado en el camino?

Tiene 33 años, edad casi de jubilación para las princesas del pop, y en vez de pasar de moda terminó por explotar globalmente: si usted no sabía quién era Taylor Swift, o no había escuchado alguna de sus canciones, este 2023 por osmosis tiene que haberlo hecho.

Taylor Swift no es Madonna. Aunque nadie ha osado decirle a Swift “reina del pop” concediéndole el título de manera vitalicia a la cantante emblema de los ‘80, ‘90 (y hasta 2000), su poder reside en otro lugar. Primero, hay que reconocer que no existiría Swift sin Madonna, aunque sean muy distintas. Madonna hizo historia al ser un éxito sin precedentes para una cantante femenina, Taylor Swift hoy rompe récords todos los días (sólo este año tuvo tres discos número uno). Madonna influyó en la moda, Taylor Swift es responsable del intercambio masivo de “pulseras de amistad”, con mensajes y letras.

Madonna coescribe la mayoría de sus canciones, pero no es especialmente reconocida como cantautora; el atractivo en su apogeo tenía que ver con ser fuerte cuando las mujeres debían ser suaves y ser dueña de su sexualidad cuando las mujeres debían ser virginales. Madonna dio permiso para la transformación y reinvención. 

Taylor Swift, por su parte, tiene su mayor poderío en letras autobiográficas y con un uso del inglés que rivaliza con el de grandes poetas (hay clases hasta en Harvard que abordan su escritura). Taylor Swift no es sexy, o no es eso lo que atrae a la legión de fanáticas jovencitas (y las no tanto también), sino que es bonita sin ser intimidante, de una manera casi mágica considerando que es una rubia de metro 80.

En lo que sí se parece a Madonna, es que Taylor Swift destaca por ser inteligente, dueña de su carrera y dispuesta a mover la industria de maneras tan rebeldes como novedosas; como regrabar todos sus antiguos discos para poder obtener el dominio y control de su música, o saltarse a los intermediarios y negociar directamente con los cines el estreno de su película. La explotación de su vida privada por parte de los medios la ha transformado en su propia herramienta, convirtiendo la información que obtiene el público sobre ella en parte de su propia leyenda. 

Se le podría decir que es la reina del corazón roto, como una Carole King que hace coreografías, una Stevie Nicks con menos mística, o una Joni Mitchell más masiva (aunque no hay nadie como Joni Mitchell) del nuevo milenio. Mujeres que piensan y ponen lo que piensan en canción. 

En lo que sí se parece a Madonna, es que Taylor Swift destaca por ser inteligente, dueña de su carrera y dispuesta a mover la industria de maneras tan rebeldes como novedosas

El superpoder de Taylor Swift reside principalmente en esas letras de canciones, capaces de volverse imágenes mentales donde se puede ver la propia vida. El dolor de una relación tan breve como intensa (con el permiso de no sentirse ridícula de llorar por algo fugaz). El enamorarse y el huir, el ser joven y el enfrentarse al karma. El no tener placeres culpables, sino pasiones. La gran diferencia con Madonna es que no todas podemos ser Madonna, pero Swift nos hace creer que somos todas parecidas a ella, porque hemos sentido lo que ella siente. Es el poder no sólo del carisma, sino de la cercanía, aunque esté a millones de años luz de la órbita del resto de los mortales.

El desconocido empresario detrás de 5 “famosos” exits

Héctor Gómez se inició en el mundo tecnológico en los años ‘70. Dicom, Payroll e IMED son algunas de las compañías que ha cofundado, hecho crecer y vendido a players globales. Fue socio de Sonda durante más de dos décadas y del empresario Isidoro Quiroga, quien acaba de vender su porcentaje en Grupo Sable, la matriz a través de la cual Gómez maneja todas las empresas. Hace poco menos de un mes, tuvo su último exit: la venta del software de RRHH Rex+ a la gigante noruega Visma. Esta es su historia.

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