La de Rosario Celedón Förster podría resumirse como una historia de idas y vueltas. Fue y volvió a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), primero en 2010 como parte del gabinete de Fernando Coloma cuando era la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) y luego como vicepresidenta del primer consejo de la CMF.

Lo mismo hizo en el Ministerio de Hacienda. Entre 2012 y 2014 fue coordinadora del mercado de capitales y en 2020 volvió como asesora para empujar la Ley Fintech.

Ahora, entre idas y venidas, volvió al Banco Central: había trabajado en la Fiscalía entre 2014 y 2017, y el miércoles -tras ser elegida por el consejo del banco presidido por Rosanna Costa- regresó como gerenta de la División de Política Financiera. 

Fue justamente en uno de esos regresos, desde Estados Unidos donde trabajó en el estudio Shearman & Sterling y luego de terminar su Master en Derecho en la Universidad de Berkeley, cuando dio el salto al mundo público. Y quiso quedarse ahí, le ha confidenciado a sus más cercanos. 

Volvió a Chile en 2010 a Carey, desde donde se había ido a EEUU en 2008, pero no alcanzó a estar un mes antes de que Fernando Coloma la fichara como su jefa de gabinete. Con Coloma trabajaron codo a codo, por ejemplo, en el caso La Polar. Quienes la vieron esos días recuerdan que su jornada laboral requería de muchas horas y que estaba muy encima de todo. 

“Era excepcional. Si le pedía un reporte de algo simple, llegaba con un informe profundo con referencias internacionales y casos estudiados a cabalidad”, recuerda hoy el exsuperintendente Coloma. 

En ese paso por el regulador financiero fue estrechando vínculos con varios que luego se convirtieron, como ella, en autoridades del aparataje financiero local. Con Osvaldo Macías, actual superintendente de Pensiones, por ejemplo, que en ese entonces era intendente de Seguros, trabajaron fuertemente en destrabar los cobros de seguros para el terremoto de 2010 y empujaron varias normativas. 

Lo mismo con Carlos Pavez, que oficiaba como jefe de la unidad de investigación de la SVS (conocida como Acme), trabajaron juntos y crearon lazos de amistad hasta hoy. Pavez luego fue superintendente de Valores y Seguros y desde hace un par de semanas fue nombrado director de la Unidad de Análisis Financiero (UAF).

Fue ella misma desde el Ministerio de Hacienda del primer gobierno de Sebastián Piñera la que empezó a delinear la futura integración de la SVS con la Superintendencia de Bancos, la actual CMF. En ese paso por Hacienda, de hecho, estrechó vínculos con Rosanna Costa, que era directora de Presupuestos. Hoy se vuelve a encontrar con Costa en el Central, esta vez con ella como presidenta del Ente. 

Celedón, abogada de la Universidad de Chile, ha reconocido que las finanzas y su modernización le apasionan, pero también siempre se muestra preocupada por el sello medioambiental y por disminuir la brecha de género en el mundo financiero. 

“Esa mezcla de abogada, economista y apasionada por las nuevas tecnologías financieras es su sello distintivo”, dice un ex compañero de labores. 

De hecho, los pocos meses que alcanzó a estar en el mundo privado, desde marzo de este año, directorios y gremios se la peleaban. La ficharon Fintual, la Asociación Administradora de Fondos de Inversión (Acafi), la Bolsa Electrónica e InBest. Varios otros estaban en conversaciones con la profesional, hasta que aceptó el cargo en el Central. 

Reservada para hablar de su familia así como de su vida privada, tiene hermanos que se han destacado en sus diferentes áreas. La arquitecta Alejandra Celedón, por ejemplo, fue la curadora chilena de la Bienal de Venecia representando a Chile, donde creó el Pabellón del país con el proyecto “Stadium”, una instalación que representaba el Estadio Nacional en tres hitos: el Mundial de Fútbol de 1962, el uso del recinto como centro de detención y tortura en 1973 y la visita del Papa Juan Pablo II en 1987.

Por su parte, Diego Celedón es alto ejecutivo para el Cono Sur del banco estadounidense JP Morgan. Su hermano Nicolás Celedón, en tanto, es socio y gerente general de la boutique financiera Fynsa. 

Según ha revelado, crecer en la provincia de Talagante marcó su estilo de vida apegado a la naturaleza y desprendida de lo material. Hoy, sus padres tienen casa en Rapel, y con sus hermanos han ido construyendo sus propias viviendas alrededor. Allí, cada cierto tiempo, se reúnen los Celedón Förster. 

El miércoles, a primera hora, Celedón volvió a entrar por las puertas del Banco Central. Varios de los que la vieron entrar en 2014 a la Fiscalía estaban ahí ese mismo día. Al llegar, estuvo en la mañana en su charla de inducción y luego no paró de ir y venir de reuniones con otros gerentes y con el Consejo. 

En el Central, Celedón tendrá en sus manos nada menos que velar por preservar la estabilidad financiera, en medio de un Chile turbulento y en proceso de cambios. “Cuando contó que había quedado en el trabajo, no podía más de felicidad. Ella nació para el sector público, el glamour de los directorios nunca le llamó”, dice un cercano a la abogada.