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Personaje

Los estilos e historias que separan y unen al saliente jefe de gabinete Matías Meza-Lopehandía y al entrante Carlos Durán

Los estilos e historias que separan y unen al saliente jefe de gabinete Matías Meza-Lopehandía y al entrante Carlos Durán

Dejar ir a su hombre de mayor confianza dentro del gobierno fue un golpe fuerte para el Presidente Boric, incluso mayor que el que sufrió cuando movió a Giorgio Jackson de Segpres a Desarrollo Social o cuando sacó a Izkia Siches del gabinete, dicen cercanos.

Por: Antonieta de la Fuente | Publicado: Sábado 14 de enero de 2023 a las 21:00
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Fue durante la tarde del sábado 7 de enero. No habían muchas personas en La Moneda, pero sí varios miembros del gabinete presidencial. La polémica por las desprolijidades de indultos otorgados una semana antes empezaba a dejar heridos.

Primero se anunció la salida de la ministra de Justicia, Marcela Ríos (CS), y unos minutos después la del jefe de gabinete del presidente Gabriel Boric, Matías Meza-Lopehandía (CS), una de los más cercanos al mandatario.

Fue una conversación privada entre ambos, el anuncio de su salida, el comunicado, la despedida y los abrazos de las pocas personas que estaban ese día en el palacio presidencial. “Hasta el último minuto Matías participó de todo, no hubo enojo ni pelea”, cuentan cercanos al saliente hombre de confianza del presidente, quien habría puesto su cargo a disposición.

La decisión de dejarlo ir, dicen quienes vivieron de cerca la crisis, fue la más difícil que le ha tocado asumir a Gabriel Boric desde su llegada el gobierno, más que cuando tuvo que remover a Giorgio Jackson de ministerio y que la salida de Izkia Siches. Pero era inevitable que el ahora exjefe de gabinete asumiera el error político: fue él quien llevó la agenda de los indultos junto al equipo de Marcela Ríos y los tropezones del proceso no podían quedar sin responsables. 

Su reemplazo se decidió rápido. El lunes, cerca de las cuatro de la tarde, se anunció que el historiador de la Universidad de Chile, sociólogo de la Arcis y doctor de Investigación en Ciencias Sociales de la Flacso en México, Carlos Durán (CS), asumiría como el nuevo jefe de gabinete del presidente. 
 

“Poner pausa y orden”

Para el grupo cercano al presidente fue una decisión esperable: Carlos Durán era el Jefe de Estudios del Segundo Piso, ya había tenido un rol de estrategia durante la campaña de segunda vuelta y era uno de los más cercanos a Meza-Lopehandía en el gabinete presidencial. Pero el resto de la coalición y de los ministerios, apostaban más bien a que Miguel Crispi (RD) asumiría ese cargo: desde su llegada como jefe de asesores del Segundo Piso, se ha ido transformado en un consejero frecuente de Gabriel Boric, tiene mayor llegada con el Socialismo Democrático y con las diferentes facciones del Frente Amplio. 

Sin embargo, Boric optó por un perfil más académico. Carlos Durán Migliardi (47), además de ser de una generación mayor que la del mandatario, es reconocido como investigador más que como un actor puramente político. Y con su llegada se busca una persona que, más que estar en la acción y la vorágine del día a día, logre “poner una pausa, sentido de calma y ordenar el gabinete presidencial”, confirma una persona de su entorno. 

 El mismo día de su nombramiento, Durán se instaló en la misma oficina de Matías Meza-Lopehandía, a escasos metros del despacho de Boric y esta semana se le ha visto principalmente reunido con el presidente y con Miguel Crispi, para dar orden a este nuevo gabinete presidencial.

Cercanos a esos equipos, dicen que acusaron recibo de lo ocurrido. Esta semana los ánimos no eran los mejores y se habló en extenso de la seguidilla de errores cometidos. “Ni el timing, ni la forma, ni los nombres fueron los adecuados, es evidente que con los indultos el gobierno se disparó en los pies”, dice una persona del entorno. 
 

Mismas ideas, distintos estilos

Carlos Durán y Gabriel Boric se conocieron en 2016 cuando empezaba a formarse el Movimiento Autonomista y empezaron a forjar una relación que se afianzó durante la campaña presidencial de Beatriz Sánchez en 2017, en la que el sociólogo jugó un rol central. 

En un principio sonaba fuerte como director de la Secom por su rol en el diseño comunicacional y estratégico de la segunda parte de la campaña presidencia de Gabriel Boricl. Fue él quien propuso que el entonces presidente electo partiera recitando el poema “Cementerio de Punta Arenas”, de Enrique Lihn en el Encuentro Nacional de Empresas (Enade) realizado el 13 de enero de 2022. Y fue también quien impulsó un tono más moderado del candidato que lo diferenciara de Daniel Jadue para llegar a la contienda con Kast. 

Matías Meza-Lopehandía, conoció al presidente más de diez años antes, en 2004, cuando ganó las elecciones para presidente del Centro de Estudiantes de Derecho de la Universidad de Chile por la lista de los Estudiantes Autónomos y el actual mandatario era un joven mechón con ideas similares. Desde 2014 fue asesor del otrora diputado, en su rol de investigador de la Biblioteca del Congreso, donde estuvo por siete años.

Pese a su cercanía y a que ambos vienen de la misma corriente política, primero desde el Movimiento Autonomista y ahora como militantes de Convergencia Social, los estilos del saliente jefe de gabinete y del entrante son bien diferentes.  

“Durán es mucho más reflexivo, puede entregar más calma al gabinete del presidente, mientras todos corren. Si en ese equipo todos son del GOPE, necesitas a alguien que no lo sea”, comenta otra persona.

La visión es que en este casi primer año de gobierno, el rol de Meza-Lopehandía no tenía esos ingredientes. “Se abandonó mucho la pausa, era como que todos iban a la guerra. No hay una diferencia intelectual entre embos, pero es el estilo el que cambia”, explican.

Quienes lo miraban más de lejos, agregan que el jefe de gabinete saliente “tenía agenda propia, era un actor político más, muy opinante, y con mucho poder, una especie de alterego del presidente Gabriel Boric”. 

En todo caso, el abogado era una persona respetada y querida en La Moneda. La ministra del Interior, Carolina Tohá, dice a DF  MAS  que “Matías era un jefe de gabinete muy preocupado de cuidar al Presidente, atento y perceptivo, encargado de apoyarlo en lo que necesitara. Lo leía y entendía muy bien y lograba, con esa información, relacionarse con el resto del gobierno.”

Juntos, agrega Tohá, preparaban las reuniones del comité político.  “Nos poníamos de acuerdo en cuáles eran los temas, él llevaba la reunión, ponía los temas y ordenaba”, dice la ministra, quien añade: “En el Socialismo Democrático, todos los que trabajamos acá, teníamos muy buena y hasta bonita relación con Matías, es una persona cautivante, positiva, sonriente y amable. Una puerta muy fluida para conversar con el Presidente”. 

Pero en los partidos del Socialismo Democrático, no todos piensan igual. En privado, se quejan de que más que indagar en puntos de vista y articular acuerdos, solo anunciaba decisiones ya tomadas. 
 

Porfía y pragmatismo

La relación entre el jefe de gabinete saliente y el entrante con Gabriel Boric también es otra de las diferencias. “Matías es muy cercano al Presidente. Era la persona con la que más conversaba. La pega de Presidente es bien solitaria, hay pocas personas con las que no hay una relación instrumental porque siempre le están pidiendo algo. Y con el jefe de gabinete se da esa relación donde puedes mostrar tu debilidad, tus dudas, porque el ejercicio del poder exige mostrar fortaleza”, explica una persona sobre la relación entre Gabriel Boric y Meza-Lopehandía. 

Con Carlos Durán, en tanto, si bien forma parte del círculo íntimo del Presidente, la relación es distinta. “Carlos tiene más años y tiene una concepción de la línea de mando más arraigada. Matías también trataba de usted al presidente, pero Carlos, por ejemplo, no tiene una relación de pares con los ministros en el comité político”, dice alguien que ha estado en esas reuniones. 

Otra persona señala que el gran error de Meza-Lopehandía era su “apego al programa de transformaciones del gobierno y la poca flexibilidad y porfía que mostró en su rol, aun después del triunfo del Rechazo del 4 de septiembre”. En cambio, dice, “Durán aunque comparte las mismas ideas, tiene más experiencia, es más flexible y pragmático. Su gran desafío, es demostrar que a sus habilidades para analizar situaciones, puede sumarle destreza en la gestión, que no es fácil”, agrega.  

“Hay algo en lo que Carlos (Durán) tiene una gran diferencia con todos nosotros”, dice una persona del círculo cercano al presidente. “Viene de un lugar humilde, sabe lo que es bañarse todos los días con agua helada y creo que eso es muy bueno. Además, viene de una generación que peleó con la dictadura cuando  era dirigente secundario y esas cosas son muy valoradas”, agrega. 


Huamachuco y Temucuicui: trayectorias disímiles y un mismo destino 

Carlos Durán nació en Carahue, se crió en la población Huamachuco en Renca y empezó a militar en las Juventudes Comunistas cuando era estudiante secundario en el liceo Valentín Letelier, desde donde formó parte de la oposición a Pinochet. Aunque abandonó la militancia cuando entró a la universidad, continuó vinculado a la política desde una mirada más territorial.

En los 90 participó en el Centro Cultural Manuel Rojas en la calle García Reyes, en pleno barrio Yungay. Incluso llegó a vivir en esa casa, donde se instaló una suerte de universidad popular, en donde se recitaba poesía, se hacía teatro, actividades musicales y que se transformó en un espacio de conversación. 

Su amigo, el investigador Víctor Muñoz Tamayo, director del Doctorado en Ciencias Sociales con mención en Estudios de Juventud de la Universidad Católica Silva Henríquez -donde Durán trabajaba como investigador antes de sumarse a la campaña de Gabriel Boric- recuerda que la idea de Carlos era llevar la academia a los territorios.

“Participaba de voluntariados en la población Malaquías Concha en La Granja, donde hacía clases a muchachas y muchachos que daban exámenes libres para terminar la secundaria, fue una época de mucho trabajo social”, cuenta.

Tiempo después se volvió a encontrar con la militancia política, pero esta vez desde una crítica hacia la izquierda desde la misma izquierda. Junto a Muñoz publicaron una columna sobre la realidad cubana cuando muere Fidel Castro, donde reconocen que en esa revolución “hubo luces y sombras” y que se trató “de un proyecto emancipatorio que giró al autoritarismo”. Todo desde un llamado a integrar la visión socialista con los valores de la democracia. 

Desde ahí, Durán se vincula al Movimiento Autonomista y empieza a tender puentes con diferentes generaciones. En esos años se vincula al pensamiento de Tomás Moulián, Manuel Antonio Garretón y empieza un desarrollo intelectual que lo transforman en uno de los fundadores del Frente Amplio y lo terminan encontrando con Gabriel Boric y su generación.

“Carlos tuvo un desarrollo académico muy contundente y cuando retorna a Chile desde México, empieza a desarrollar su carrera de investigador pero siempre con un  compromiso muy grande con el movimiento estudiantil que empieza a tomar forma en 2011”, cuenta Muñoz. 

Temucuicui y la biblioteca del Congreso

Hijo de un doctor en Filosofía que fue profesor en el Departamento de Historia de la Universidad de Chile hasta 1982 y que luego se desempeñó como fotógrafo y curador en la Sala Edwards del Instituto Chileno-Británico de Cultura, Matías Meza-Lopehandía estudió en el colegio Luis Campino de Providencia y entró a Derecho en la Universidad de Chile. 

Fue muy influyente en la mitad de la década de mediados de los 2000 en esa escuela, recuerda el exdiputado y ex constituyente Renato Garín, también alumno y luego académico de esta facultad. “De manera astuta supo acercarse a la profesora Nancy Yañez -actual Presidenta del Tribunal Constitucional- cuando la tesis indigenista estaba desembarcando en el patio de la universidad”, señala el abogado explicando el origen de la cercanía de Meza-Lopehandía al mundo mapuche.

Entre los referentes intelectuales del ahora exjefe de gabinete en su época universitaria está  Álvaro García Linera, quien fue mano derecha de Evo Morales e impulsor de la teoría indigenista y  el sociólogo Carlos Ruiz Encina, fundador del movimiento SurDA y su puente con la vida políticamente activa del campus Gómez Millas, donde muchos autonomistas, algunos de ellos estudiantes de derecho como Meza-Lopehandía, deambulaban.

A los 25 años  partió junto a su esposa, Carmen Luz Morales, a Temuco, donde se integró al Observatorio Ciudadano junto al abogado José Aylwin. Ahí conoció de cerca al mundo mapuche, en particular de las comunidades de Temucuicui, a la que le dedicó su tesis. Tras esa experiencia partió a estudiar un magister en Derechos Humanos en la London School of Economics y luego partió a vivir a Playa Ancha con su familia, como investigador de la biblioteca del Congreso.

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