Fue a las 8:27 am del pasado 6 de abril cuando Paulina de Allende-Salazar comenzó su intervención en el panel del matinal Mucho Gusto bajo el contexto de la muerte del carabinero Daniel Palma.

Según detalla una demanda laboral que ingresó a mediados de junio en contra de Megamedia, la periodista en 30 minutos repitió siete veces el concepto de “carabineros”. Dos horas después, se lee en el documento, la periodista retomó su participación en el matinal de Mega a bordo de un vehículo que se dirigía a la Cuarta Comisaría de Santiago. En ese contexto emitió la palabra “policía” y “cabo” en 15 ocasiones. Pero a las 10:47 -se lee en el texto judicial-, la ex investigadora de Informe Especial se refirió a Daniel Palma como “paco”, concepto que rápidamente corrigió al aire.

El haber denominado de tal manera al uniformado fue la principal causa de su despido durante esa misma jornada. Específicamente, a las 15:00 -luego de que el general Alex Chaván criticara los dichos de la periodista en una rueda de prensa- el director ejecutivo Javier Villanueva, y el director de prensa de la estación televisiva Gianfranco Dazzarola, se reunieron con ella en el canal para notificarle su desvinculación inmediata. A ese mismo encuentro acudió el director de finanzas, que le entregó su carta de despido.

Los detalles se describen en las 91 páginas de la demanda redactada por el abogado Joaquín Cabrera y alojada en el 1° Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. Ahí relata los antecedentes del despido y establece que el canal, ligada a Bethia, le generó un daño directo a su honra y trayectoria profesional, además de una “importante afectación moral” a su dignidad.

Además, Allende-Salazar acusa que Mega invisibilizó su desempeño profesional “durante toda la jornada noticiosa”. Y añade: “Omitió deliberadamente la transmisión de mis disculpas sobre el incidente; y procedió a emitir injuriosas declaraciones públicas en mi contra, a contrapelo de cómo se habían llevado a cabo realmente los hechos, amparada en una inexistente ofensa a la institución de Carabineros, y hasta a la familia del cabo Palma”.

Todo esto, acusa, “enmarcado en una escandalosa práctica anti-periodística”.

El dilema del Pacogate

Uno de los puntos clave de su acción judicial gira en torno a la “acepción” de la palabra “paco”.

La demanda aborda que dicho concepto es reconocido por la institución de Carabineros y que su propio Museo Histórico y Centro Cultural rescata una raíz histórica que explica su uso y que al día de hoy lo mantiene vigente.

Además, suma la información del doctor en Literatura de la Universidad Central, Rodolfo Arenas, “quien advierte que el término corresponde a la sigla para referirse al Personal A Contrata de Orden y Seguridad, que era el nombre que recibían los carabineros que mantenían contacto directo con la población”.

Pero el escrito no sólo aborda la aceptación lingüística de dicho término. También hace referencia a las múltiples ocasiones que Mega utilizó el concepto, en especial en su cobertura del “Pacogate”, el caso de malversación de caudales públicos realizado por miembros de Carabineros.

En el libelo la periodista ahonda en que “Mega transmitió, difundió y se refirió a la institución de Carabineros vinculándola con la expresión “Pacogate”, usando la misma palabra, incluso antes que yo, y de manera más gravosa sin duda, tanto por la expresión en sí, artificial y específicamente creada para el caso, como por el contexto también complejo y controvertido del momento”.

“Si bien la propia demandada sustentó mi despido en el empleo de dicho término por considerarlo derechamente irrespetuoso a su juicio, mal podrá explicar entonces el uso -claramente inapropiado según sus propios “estándares editoriales”- que ella misma hiciere repetidas veces en el noticiero central de Meganoticias, Matinal Mucho Gusto, plataformas digitales y redes sociales, al referirse insistentemente al caso de fraude en la institución de Carabineros que salió a la luz pública en 2018, en términos de “Pacogate”.

El libelo ahonda en que “Mega transmitió, difundió y se refirió a la institución de Carabineros vinculándola con la expresión “Pacogate”, usando la misma palabra, incluso antes que yo, y de manera más gravosa sin duda, tanto por la expresión en sí, artificial y específicamente creada para el caso, como por el contexto también complejo y controvertido del momento”.

$ 421 millones

La periodista, además, explica que las razones de su despido, atribuidas al incumplimiento grave de las obligaciones en su contrato, no tienen justificación. “No se acompañan de la exposición de motivos o hechos que correlativamente permitan evidenciar o explicar algún incumplimiento a las disposiciones presentadas”, estipula.

Y agrega: “No hay ninguna relación de causalidad atribuida a mi desempeño laboral que sostenga en la carta algún incumplimiento concreto de lo pactado en el contrato. De manera que me resulta imposible defenderme de algo que desconozco porque no está explicitado en la carta, pues de la exposición que se hace, básicamente, no se desprende en qué consiste el incumplimiento contractual que se alega”.

Avanzada la demanda, la profesional acusa una vulneración de sus derechos constitucionales por parte de Mega, además de la afectación del derecho a la honra.

En la página 65 del documento legal, la profesional estipula que existió un daño extrapatrimonial a su imagen profesional y moral. Producto de eso, Allende-Salazar tasó una reparación en $ 58 millones.

Junto a ello, solicita que se condene al canal al pago de una indemnización por término de contrato por $ 245 millones, y exigió otros $ 118 millones por concepto de despido vulneratorio. En total: unos $ 421 millones.

Y concluye con solicitar al tribunal que se condene al canal a emitir una “disculpa pública redactada por mí, en el programa Mucho Gusto, por la vulneración de mis derechos, la que deberá ser leída por sus conductores, transmitida y replicada por los mismos medios y plataformas de Megamedia en los que se vulneraron a través de sus comunicados, y en el mismo horario en que emitió el primero de éstos”.

Contactada la periodista por DF MAS, no quiso emitir declaraciones, al igual que Megamedia.