Personaje
Sebastián Kreis sobre los escándalos en el factoring: “Es una gran oportunidad para pasar a un 2.0 en la industria financiera”
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Sebastián Kreis es el CEO de Xepelin, la fintech que busca administrar las finanzas de las pequeñas y medianas empresas. La fundó en 2019 junto a Nicolás de Camino, instalaron oficinas en Chile y México y han levantado cerca de US$ 147 millones con inversionistas como Kaszek, Avenir, DST Global, PayPal, Wellington, Picus, Kayyak Ventures, FJ Labs y Trigono.
El ingeniero civil y MBA en Berkeley vive hace dos años en México con el objetivo de ser una compañía regional, “para ganar un país grande requieres vivir en ese país, como lo hizo David Vélez (Nubank) en Brasil. Por eso me fui para allá, porque creo que la única forma de generar cultura y de estar enfocado, es justamente si tú dedicas tu hora y tu tiempo a que eso suceda”, dice.
Aterrizó el jueves 24 en Chile y tuvo una agenda apretada hasta el lunes 28. Entre otras cosas, su empresa presentó un recurso contra el banco noruego DNB Bank en el que acusa vulneración en el proceso de reorganización de la salmonera Nova Austral, firma de la cual Xepelin es acreedor.
Parte del negocio de su fintech está relacionado al factoring, por lo que el emprendedor ha seguido de cerca los últimos casos denunciados en el mercado nacional: Factop y Primus Capital.
“Entre las principales razones por las que sucedieron estos casos es porque son firmas que no están digitalizadas ni ordenadas”, asegura. Por lo mismo, Kreis cree que tanto a su startup como a otras fintech, por su nivel de tecnología, esta polémica les juega a favor. “En Chile salimos muy fortalecidos, nosotros lo vemos como una gran oportunidad para justamente pasar a un 2.0 en la industria financiera, en donde las fintech colaboran con el mercado financiero”, dice.
Además, cree que “a veces hay exceso de poder en tomas de decisiones. Es verdad que las compañías tienen que funcionar de forma ágil, por eso los líderes tienen que tomar decisiones rápidas. Pero es importante que haya un contrapeso”.
- ¿Dices que su software de alguna manera impediría que a ustedes les pase algo así?
- A ver, hay dos cosas: uno es el software y otro es cómo está montada la compañía. El software efectivamente nos permite entender muy bien a los clientes, a los socios, entender una serie de cosas que es importante filtrar al momento de hacer negocios con alguien de manera digital. Y por otro lado está la estructura organizacional. En nuestro caso, la unidad de Riesgo es un área de negocios que no depende, por ejemplo, de los country managers, es una estructura independiente. Quizás en compañías locales, los gerentes comerciales, el gerente general, quizás podían tener una opinión distinta que Riesgo y eso podía traer consecuencias.
- Daniel Sauer, socio de Factop, en una entrevista en el DF decía “todos sabemos que existe la factura ideológicamente falsa y que todos los factoring la debemos tener entre un 25 y 30%. ¿Eso no corre en Xepelin?
- Hoy día nuestro comportamiento de la cartera es el mejor de la industria y es en base a eso a que no tenemos esas cifras, porque sabemos bien que eso sucede y cuando sucede. Las filtramos pero no hacemos negocios con ellas. Hoy menos del 1% tiene mora mayor a 90 días.
- ¿Y qué porcentaje les llega? Porque puede ser que ustedes no hagan el negocio, pero pero sí le llegan facturas ideológicamente falsas.
- Nosotros trabajamos aproximadamente con 30.000 compañías de Chile y México. Esas compañías le compran y le venden a cerca de 2 millones de compañías y al final tenemos una forma de filtrar justamente cuáles son los buenos operadores dentro de esos 2 millones de compañías.
- ¿Y la creación de empresas en un día?
- Eso nosotros lo identificamos, sabemos cuando se crea la sociedad en un día, sabemos cuando distintas cosas suceden y el fondo nos damos cuenta cuando es una actividad no de negocio, sino que una actividad fraudulenta.
Además, comenta Kreis que “hemos ayudado a bancos y a instituciones financieras a que no les hagan fraude. A ellos también les hemos avisado cuando hemos visto que otras instituciones financieras cercanas hacen negocios con alguno que nosotros tenemos identificado”.
La cartera de Xepelin llega a los US$ 300 millones y tienen más de 15 compradores, entre ellos, Goldman Sachs con una línea de US$ 140 millones, Community Investment Management con US$ 80 millones y actores nacionales como LarrainVial, Toesca y Sura, entre otros.
-¿Cuál es tu análisis frente a los casos Factop y Primus?
-Creo que es normal en la industria que haya una evolución con respecto a cuáles son los players que toman decisiones de largo plazo y generan estructura e invierten justamente para crecer y tener modelos de negocios que son sustentables. Y por otro lado hay otros que partieron con una lógica más de hacer negocios con personas cercanas, con amigos; vieron una oportunidad de negocio ahí y se quedaron ahí. Pero es distinto hacer negocios con personas cercanas y con un par de clientes, 50, 100 clientes, que tener mil, cinco mil o 30 mil clientes, es otra compañía a la que hay que construir, en términos de sistema, en términos de management, en términos de toma de decisiones.
Y retoma: “Hoy en Chile hay varias cosas que se hacen manualmente. En el fondo, no ven la película completa a los clientes y por eso se producen estas cosas, no hay un entendimiento completo y una obsesión por el cliente. Nuestro caso es al revés. Nosotros partimos obsesionados por el cliente y sobre eso podemos operar en Chile, en México o en los países donde queramos. ¿Por qué? Porque nuestra ventaja competitiva es la información”.
“Nosotros tenemos mucha trazabilidad, tenemos transparencia, tenemos esa experiencia del cliente y por otro lado, cuando vendemos los activos de crédito también tenemos esa misma relación de transparencia, de seguridad, estamos constantemente en nuestros paneles viendo lo que hacemos. Ese nivel de performance y de rigurosidad, lo tenemos que tener todos los días. Entonces jamás va a haber un problema grande de resultados, que salga de un día para otro, porque constantemente estamos viendo eso”, añade.
Cambios en el equipo
Para escalar el negocio -que hoy genera el 70% de sus ingresos en México-, Xepelin ha cambiado sus equipos. Algunos de los primeros empleados ya no forman parte de la compañía; sobre esto, afirma Kreis que “algunos de los primeros equipos son muy buenos para la primera parte y después, cuando ya hay que empezar a crecer y escalar, hay que cambiar procesos.
“Si ellos evolucionan en ese rol, buenísimo, pero muchas veces quieren hacer otras cosas en su vida. Entonces eso es lo que ha sucedido en Xepelin, que muchas personas han salido porque fueron muy buenos para la primera etapa, pero para la etapa de escalamiento, que requiere otro expertise, es distinto”.
Algunos de los miembros del equipo que dirige la compañía son: CPO (jefe de producto) el británico Duncan Steblyna, ex vicepresidente del grupo OLX; CTO (jefe de tecnología) el mexicano Eric Johannessen, anteriormente en Clip y Rabbit; jefe de riesgo y portfolio, el argentino Nicolás López Lecube, ex BCG y AVLA; CFO (jefe de finanzas) el mexicano David Campos, ex Mckinsey y ex Orbis y los country managers de Chile, Tomás Pérez Iñigo y de México, Alex Toiber.
En Xepelin trabajan 450 personas, casi la mitad son desarrolladores de software. Kreis asegura que tienen al menos cinco años de runway (caja) y no necesitan levantar capital, sin embargo, “con lo que estamos haciendo y las nuevas herramientas y productos que estamos trabajando, lo más probable es que haya una oportunidad de acelerar y ahí es donde vamos a necesitar capital”, agrega.
“Dinero para las empresas que generan valor siempre va a haber, lo que yo creo que sucedió antes, es que había mucho capital por tasas de interés muy bajas, para empresas pequeñas que puedan validar su negocio”.
A futuro no descartan la opción de abrirse en bolsa en Estados Unidos, “es una forma que nos va a permitir poder tener acceso a un mercado que hoy día no tenemos, el mercado de capitales, que es también un mercado que valida ciertas etapas de las compañías. Ahora una de las cosas que está pasando en Latinoamérica es que vamos a ver cuántas de las compañías logran pasar esta tormenta para después seguir desarrollándose en mercado privado o ir al mercado público”.