Fue una apuesta que se armó rápido. Hace tres semanas, el conductor del programa Cuatro Cabezas de la nueva 13c Radio, Enrique Mujica, le escribió por WhatsApp al ex ministro de Hacienda, Ignacio Briones (Evópoli), y al ex presidente de Codelco, Óscar Landerretche (PS), para hacerles una invitación: ser parte del panel de los miércoles en su programa.

Con el título Conversaciones que importan, la oferta incluía saltarse la actualidad para entrar en debates de futuro. A los dos les gustó: respondieron que sí de inmediato. 

“No tengo ningún interés por ser opinólogo de lo que va a ser la política. Creo que es lamentable, una lata, no me interesa, es demasiado cahuín y creo que eso te nubla de los temas más largos que es el sentido de este programa”, dice Briones. “Como que naturalmente, si uno va a la radio, termina hablando de qué pasó con Maite Orsini, ese tipo de cosas, y honestamente, no estoy interesado en hablar de ese tipo de temas”. 

El primer encuentro ocurrió el 15 de marzo, de 8:30 a 9:00 AM en la 102,1 FM, un bloque donde el tema fue el terremoto educacional que provocó la pandemia y sus efectos en el largo plazo. Se trata de un tópico que Briones viene alertando desde hace varios meses.

De hecho, hoy es parte del Consejo transversal para la Reactivación Educativa, que convocó el Presidente Gabriel Boric para enfrentar el ausentismo y la deserción escolar. Un problema que Landerretche también había advertido a través de sus publicaciones en Twitter. 

El segundo encuentro se tituló Chile Verde, y ahí ambos economistas hablaron sobre el desafío que implica hacerse cargo de la crisis climática y cómo el país está hoy con una ventaja en esta materia gracias al cobre, el litio y el desarrollo de energías verdes como el hidrógeno.

La pauta la arman por WhatsApp entre los tres, junto a Mujica, y en las próximas semanas prometen tratar temas no sólo económicos: notarios, Poder Judicial, cabotaje, género e infancia, podrían ser el eje de sus futuras discusiones. 

Bichos raros presidenciales

A ratos, al escucharlos pareciera que están de acuerdo en todo y que vinieran desde la misma escuela y del mismo domicilio político, aunque Landerretche habla desde la centroizquierda y Briones desde la derecha liberal. Pero tienen varias cosas en común: la misma edad (50 años), admiran a Nueva Zelanda como modelo de desarrollo, son amantes de la literatura y ambos se sienten “bichos raros” entre sus pares de la economía.

Tanto Óscar como yo tenemos una mirada de la política más humanista, de la sociología, la filosofía política, la literatura, en fin. Entonces hay como complementariedad y por lo tanto, confianza”, dice el ex ministro de Hacienda.

“Creo que compartimos que la economía se inserta dentro de los fenómenos culturales, dentro de los fenómenos sociales, políticos. Si la gente lee las cosas que hemos escrito a lo largo de los años, desbordan a veces el lenguaje de la economía típica”, complementa el ex presidente de Codelco.

Los dos, además, quisieron ser Presidentes de Chile. “Uno llegó un poquito más lejos”, dice Landerretche. “Alcancé a tener votos”, replica Briones. “A mí me tomó como dos meses darme cuenta de que no era buena idea. Pero Ignacio hizo un intento serio en un contexto político más súper revuelto y complicado del país de presentar una candidatura de la derecha liberal. En mi caso más bien fue una especie de sondeo, y me di cuenta que no había buena piscina”, agrega Óscar. 

Pero basta observarlos un rato para empezar a ver sus diferencias. Landerretche llega en bicicleta a la radio, ubicada a un costado de Canal 13 en el barrio Bellavista. Briones llega en moto.

El primero estudió en MIT y hoy es profesor de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, el segundo hizo su doctorado en el Institute d´Etudes Politiques de Paris (ScPo) y hoy hace clases en la Universidad Adolfo Ibáñez. El ex presidente de Codelco, es fanático del fútbol e hincha de la U, mientras que Briones con suerte sigue los partidos de la selección chilena. 

Pedrito y el lobo y el pragmatismo 

También su mirada del gobierno actual y del presidente Gabriel Boric es disímil. Paradojalmente, Ignacio Briones tiene una visión más optimista, a diferencia de Landerretche que reconoce que tiene “hartas dificultades” para apoyar al gobierno.

“Yo voté por él (Boric) y ante la disyuntiva de segunda vuelta, volvería a votar por él. Pero si bien entiendo que la política requiere de una especie de, vamos a decirlo así, relación creativa con la verdad, creo que en el caso de esta generación política esto ha llegado a un extremo que es muy difícil de tragar. O sea, uno necesita creer que en promedio, por lo menos los líderes políticos de tu sector te están diciendo la verdad. Y yo no estoy seguro. No le creo a la gente cuando me miente mucho. Eso se llama el cuento de Pedrito y el Lobo", dice. 

Y agrega: "Quiero creerles, pero cuando estoy a punto de ser convencido, me indultan a los delincuentes, a un terrorista y te habla una víctima del terrorismo. Y eso no ocurrió hace un año, fue hace dos meses. Entonces, entonces, de nuevo, quiero creer, pero me cuesta”, dice el economista de la FEN.

Ignacio Briones, por su parte, valora el pragmatismo que ha mostrado la actual administración. “Me parece que el gobierno ha ido girando desde el voluntarismo. Estaba esta creencia de que la mera voluntad basta para hacer los cambios, como si no hubiera costo transacción o no hubiera grupos de interés o dificultad en el manejo del Estado, como si todo fuera automático. Pero veo que se ha ido avanzando al pragmatismo, particularmente luego del plebiscito del 4 de septiembre. Y creo que es una gran noticia para Chile, no sólo porque rechazó ese muy mal texto, ese bodrio a mi juicio, sino que porque articuló el debate político y el gobierno ha hecho un giro. Y el Presidente de la República ha tenido que desdecirse una y otra vez de aquello por lo cual apostaba en el pasado. Creo que eso es positivo, más que negativo. Insistir en el error y decir que todos están equivocados menos yo, que es lo que muchos de los convencionales derrotados todavía repiten, eso sí que hubiera sido un error tremendo”, dice el ex jefe de las finanzas públicas. 

El rechazo a la reforma tributaria

Aunque en el programa no se habla de actualidad, en esta entrevista no le hacen el quite. Sobre el rechazo de la Cámara de Diputados a la idea de legislar la reforma tributaria, Óscar Landerretche opina que fue una “mala cosa”.

“Mi impresión, sin saber mucho, es que la derecha estaba jugando una especie de coreografía, en la que iba a rechazar porque pensaba después negociar en el Senado. Y lo que pasó fue que hubo estos votos inesperados que perdió el gobierno o gestiones que faltaron por hacer. Me parece malo que se haya rechazado, sería mejor que se negociara una reforma tributaria conocida y que el mundo de la derecha le dio un poquito de agua al molino, por así decirlo, de republicanos, les prestó ropa. Y la izquierda quedó muy mal, incapaz de ordenar a su propia hueste y sorprendida por votos, que no entendía muy bien”, señala.

Ignacio Briones, en tanto, como miembro de Evópóli, partido que se unió al rechazo, apuesta más a un pacto tributario. “Yo creo que sería una mala noticia si es que no hay un ánimo de lograr un acuerdo tributario. Acá no nos podemos hacer los lesos, tenemos necesidades sociales que financiar, indudablemente. Pero hay que tener un rayado de cancha conocido, estable para los próximos 20 años, para que la recaudación vaya aumentando conforme el país se vaya desarrollando”, dice.

Y agrega: “Aquí no se trata de saltarse lo de ocho puntos del PIB, que era la reforma original del Presidente. Yo siempre dije “en qué país viven”, pero sí un pacto que defina reglas. Y hay que meter todo a la mesa, independiente de que después resulte o no, metamos también las discusiones incómodas: todas las exenciones tributarias y ampliar la base de contribuyentes.

En Chile tres de cada cuatro personas no pagan impuesto a la renta, mientras que en Nueva Zelanda o Canadá todos pagan. Metamos el tema del diésel. Un verdadero pacto obliga a meter a todos y yo creo que hay una oportunidad”, puntualiza.