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Andrés Navarro: “Me carga pensar en las empresas como una forma de hacerse rico”
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El lunes, Andrés Navarro Haeussler, recibió el máximo galardón del Instituto de Ingenieros de Chile: la medalla de oro. El premio de la institución de 136 años de historia reconoce a ingenieros que tengan trayectorias destacadas profesionales de más de 40 años. Y Navarro, a sus 75 años, acaba de cumplir 50 como fundador de la mayor empresa tecnológica abierta del país, Sonda.
El empresario recibió el premio acompañado por seis de sus siete hijos; la mayor, Rosario -presidenta de la Sofofa-, estaba en Australia. “Es una mezcla de emoción con satisfacción”, comenta en la mañana del martes, sentado en la terraza de su casa en La Dehesa, al prender el primero de varios cigarros que se fumará durante una hora y media de conversación.
El 1 de octubre fue el aniversario de Sonda, que celebró de varias formas. La más íntima fue con una comida en su casa con directores, ejecutivos y ejecutivos antiguos que ya no son parte de la compañía. De la familia estaban dos de sus hijos: Rosario y Andrés, ambos directores de la firma.
Navarro tenía 25 años, había trabajado casi dos como profesor de Ingeniería en la UC, cuando propuso a Copec asociarse en un emprendimiento: la Sociedad Nacional de Procesamiento de Datos SONDA, que tendría por objeto generar sistemas y servicios informáticos para las empresas. Era 1974. “Nadie entendía qué era. Era una cuestión muy loca. Pero con el tiempo fue agarrando vuelo y le achunté al rubro”, comenta.
Para su memoria en Ingeniería, tuvo que usar computadores. “No había mucho dónde hacerlo. Había una empresa chilena del Estado que se llamaba ECOM. Yo iba para allá, pero tenía unas tremendas colas”, recuerda. Aprendió de computación por sí solo -aún no existía la carrera Ingeniería en Computación-, y sin ser un experto, vio que ahí había un negocio. “En el país de los ciegos, el tuerto es rey”, dice.
Se instaló en Teatinos 574. “El único ingeniero era yo. Al principio tenía dos chiquillas que hacían la verificación de las tarjetas, tenía dos cabros que eran programadores, otros tres que operaban el computador y una secretaria. La idea era digitalizar primero todo el tema contable, de existencia, de personal. Y así fuimos creciendo hasta tener unos 20 sistemas distintos”, recuerda. El primer cliente importante fue Minera Pudahuel, luego vinieron Iansa, y Abastible.
- ¿Ahí dieron el salto?
- Salto no hubo nunca. Fuimos siempre de a poco.
Sonda partió como una empresa familiar (en 2006 se abrió a la bolsa). Cuenta que cuando le contó la idea del emprendimiento a su papá, éste le dijo: “Sería lindo que lo hicieras con todos tus hermanos”.
Así, los nueve Navarro Haeussler pusieron parte de la herencia que les había dejado su madre en el negocio. Para echarlo a andar, un tercio del porcentaje familiar provino de la herencia y los otros dos tercios fue un préstamo que pidió Andrés -a su nombre-.
Con esos fondos llegaron al 45% (dividido en nueve partes iguales de 5% cada uno) de la propiedad. El 55% restante lo puso Copec. “Pero yo hice un estatuto que me concedía a mí la administración. Y no hubo ningún conflicto”, relata. Poco después de que Roberto Angelini entrara a la propiedad de Copec, la familia les compró el porcentaje, y a comienzos de los años ‘90 se quedó con el 100% de Sonda. Ese, dice, fue un gran hito.
Así, los nueve Navarro Haeussler pusieron parte de la herencia que les había dejado su madre en el negocio. Para echarlo a andar, un tercio del porcentaje familiar provino de la herencia y los otros dos tercios fue un préstamo que pidió Andrés -a su nombre-.
Con esos fondos llegaron al 45% (dividido en nueve partes iguales de 5% cada uno) de la propiedad. El 55% restante lo puso Copec. “Pero yo hice un estatuto que me concedía a mí la administración. Y no hubo ningún conflicto”, relata. Poco después de que Roberto Angelini entrara a la propiedad de Copec, la familia les compró el porcentaje, y a comienzos de los años ‘90 se quedó con el 100% de Sonda. Ese, dice, fue un gran hito.
“Cuando necesité ir pagando vendí un 5% a Intel, y otro 5% al fondo de Inversión del Banco Mundial”, agrega. Luego volvió a vender el 50% a Digital. Después vino Compaq, quienes volvieron a vender la totalidad a los Navarro, junto a Telefónica. Cuando España quiso desprenderse de su porcentaje en Chile, la familia volvió a recomprar el 100%. Hoy Sonda es una sociedad anónima abierta, donde el clan tiene poco más del 60%, y el principal accionista es Andrés. Está en 11 países en la región, además de EEUU, y tiene 15 mil empleados. “Ningún país de Latinoamérica es muy fácil”, dice sobre la operación, “Brasil ha sido difícil, pero estamos saliendo adelante bien”.
En sus 50 años, la compañía nunca ha tenido pérdidas, asegura. Y una vez que empezó a repartir dividendos, Andrés Navarro comenzó a hacer otras inversiones. En su CV está haber sido director de AFP Provida, Banco Internacional, Chilevisión y Latam. Además, es socio en Santa Rita, Las Tacas, AFP Modelo, la Universidad San Sebastián, Mersan, Salfacorp, tiene inversiones acuícolas y un campo productivo en Tamaya, entre otras muchas cosas. Fue presidente de Clínica Las Condes durante 22 años y de la Teletón otros 10.
- Sonda fue la primera startup de Chile. ¿Qué elementos son clave al momento de emprender o de invertir en un emprendimiento?
- Hoy es mucho más fácil levantar plata que en ese entonces, porque hay muchos fondos. Ahora, todos saben que es una cuestión riesgosa y cada 10 emprendimientos resultan uno o dos no más. Los otros fallan. Pero esos que resultan pagan por los que fallaron. Lo más importante es el compromiso de los fundadores, y que no sea una idea de ganar lucas, sino que realmente ponen la vida en que exista una empresa que antes no existía. Hay muchos que creen que puede ser una cuestión rápida, pero los que resultan son aquellos que se comprometen con la empresa. Y al jugarse la vida, tú te preocupas de todo: desde que se venda, que se lleve contabilidad, que se administren los costos, etc.
- ¿Qué siente al ver lo que ha construido en su carrera empresarial? ¿se siente ganador?
- Nunca he sido de esa onda de ser winner. Yo estaba empecinado en sacar adelante el proyecto y que ojalá fuera creciendo y tuviéramos buenos resultados.
El único rol activo que tiene hoy es en Salfacorp, donde es presidente. En Sonda, dice, es “consejero”. A través de su family office -donde trabajan 25 personas- administra las inversiones familiares. La oficina está en Luis Pasteur con Vitacura, y ahí, explica, se encarga de las finanzas. Sus hijas María José y Teresita están en la administración. “En general, no somos de invertir en proyectos de terceros. Invertimos en proyectos nuestros, muchas de las empresas que tenemos las hemos creado de nada”, señala.
“Soy optimista. creo que chile va de menos a más. pasó un período bajo (...) y creo que boric ha ido también de menos a más, ha ido aprendiendo y cambiando. creo que el futuro de chile va a ser mejor”.
- ¿Qué temas lo motivan hoy?
- El tema central mío ha sido siempre construir una empresa y un grupo humano que tiene que compartir valores. Las empresas no son un ejército, es un grupo humano que tiene que trabajar en equipo y que sea muy poco jerárquico. Y la otra cosa a la que le dedico hoy bastante tiempo es a las finanzas. Aconsejar un poco qué hacer con las lucas. A nosotros, en general, nos dura poco el dinero, porque cuando se acumula, creamos algo nuevo, invertimos en algo nuevo. Estamos en este momento haciendo un proyecto grande en Las Tacas, que es una etapa seis o siete, no sé, que es bastante intensiva en capital.
- Hace un tiempo dijo que donaría la mitad de su patrimonio, como lo hizo Bill Gates o Warren Buffett, porque no quería tener hijos herederos que sientan que no tienen que trabajar un peso a nadie. ¿Lo concretó?
- No he hecho mi testamento todavía.
- ¿Pero lo sigue pensando?
-Sí, por supuesto. Pero no he hecho mi testamento y me han retado bastante algunos porque tengo un amigo, que compartíamos todo, que se murió antes de hacer el testamento (Luis Cordero). Tengo a mis hijos de socios en alguna cosa, pero poco.
- ¿Cuándo piensa darle forma?
- Ya tengo unos abogados trabajando en el tema.
- ¿La idea es crear una fundación propia o destinar esa plata a distintas fundaciones?
- Mis hijos van a administrar la fundación. La idea no es crear nada propio, sino que apoyar a fundaciones que nos dan confianza.
- ¿De algún area específica?
- Ya empecé hace rato (a donarles), prefiero no nombrarlas. Pero yo me eduqué en el San Ignacio. La mayoría son vinculadas a los jesuitas.
- ¿Es cercano a Felipe Berríos?
- Sí.
- ¿Cómo ha vivido ese proceso? Fue explulsado de los jesuitas por acusaciones de abuso sexual.
- Con mucha preocupación, y creo que fue muy injusto. Ahora, él tampoco se manejó bien, pero yo lo conozco desde niño a Felipe.
Rosario y la Sofofa
En los últimos años Andrés Navarro ha estado alejado de la vida pública. “Ese espacio lo ha ido tomando mi hija Rosario. Ella antes era ‘la hija de Andrés Navarro’, y ahora yo soy ‘el papá de la Ito’. La relevante es ella”, dice.
- Usted también fue candidato a la Sofofa (en 2015, perdió frente a Herman Von Mühlenbrock), ¿Como es su relación con Rosario?
- Yo fui precursor y así me lo dijeron los cabros -Alfonso Swett, Bernardo Larraín-, los que me vinieron a proponer esto. Yo les dije “voy a ser Juan Bautista que le abre el camino a quien va a ser de verdad”.
- ¿Pensando en Rosario?
- No, pensando en Bernardo Larrain, abrir el camino a esta nueva generación que era mucho más joven, con una mirada más moderna. Y Bernardo fue el presidente, la Ito entró al directorio de Sonda y me reemplazó a mí como representante de Sonda en la Sofofa. Entró al Comité Ejecutivo de la Sofofa, y después, cuando pensó presentarse, yo la apoyé bastante. Y era el momento preciso porque la Ito tiene una personalidad muy sociable, pero era el momento preciso para que entrara una mujer. Y creo que ha sido muy bueno para la Sofofa.
- Es su orgullo.
- Sí. Gremialmente, claro. Mis hijos todos me tienen bastante orgulloso. Pero la Ito tiene más visibilidad.
- ¿Conversan los temas? ¿La asesora?
- Más que asesorar, me pregunta “¿qué opinas tú?”. Yo le doy mi opinión, y después ella hace lo que quiere.
El duelo por Piñera
Andrés Navarro siempre pololeó con la política. Fue candidato a la FEUC, cercano a la DC y su nombre sonó varias veces para ocupar algún cargo de Gobierno. “Yo siempre fui un empresario. Fui parte de la Concertación también apoyando, hasta que mi socio y compañero Sebastián Piñera se presentó por primera vez en 2005 y yo lo apoyé”, comenta. Desde entonces ha votado por candidatos de la centroderecha. “Evópoli es el partido que más he apoyado últimamente”, asegura.
- ¿Se arrepiente de no haber entrado a la política?
- Para nada. Siempre pensé que era incompatible ser empresario y estar metido en la política. Porque hay conflictos de interés.
“(De Sebastián Piñera echo de menos) su compañía. Yo era amigo de Sebastián. ser socios fue una cosa adicional”.
- Pero Sebastián Piñera fue ambos.
- Sí, lo conversé 100 veces con él, pero en esa época era distinto... Esta cuestión de la muralla china es medio difícil de cumplir. Yo siempre fui poco amigo del empresario metido en política.
- ¿Cómo vivió la muerte del Exresidente?
- Fue muy fuerte para mí. Además que nos iniciamos juntos en el tema de los helicópteros. Los helicópteros que teníamos, los teníamos a medias.
- ¿En el que sufrió el accidente también?
- Sí, eran todos a medias. Llegamos a tener tres, pero habíamos vendido uno grande que no usábamos. Sebastián mientras fue Presidente voló repoco. Yo tenía que volarlos para que no se les fuera la batería. Y bueno, cuando terminó la presidencia quiso salir conmigo un par de veces y le dije “sabes qué, tienes que salir de nuevo con el instructor y dejarle más la mano. Estás un poco amohosado”. Y lo hizo.
- ¿Qué echa de menos de Sebastián Piñera?
- Su compañía. Yo era amigo de Sebastián. Ser socios fue una cosa adicional (en Latam, CLC). Tenemos todavía sociedades, nada muy relevante ni muy conocido. Y era amigo mío, no era muy amigo de mi familia. Mi señora alegaba “Sebastián llega contigo a la casa y apenas me saluda”. Porque era medio, no sé cómo llamarlo, pero medio autista en ese sentido. Y finalmente se hicieron amigos con mi señora. Él venía de una familia igual que yo DC desde el origen. De hecho, el año 71 o 72 que yo fui candidato a la FEUC, Polo -que era DC- me apoyó. Y llevó a Sebastián también a apoyarme.
- ¿Quién cree que debería hacerse cargo de su legado?
- Decían que era Andrés Chadwick. Creo que ya no. No fue ya.
- ¿Qué cree que estaría opinando ahora Piñera sobre el caso Hermosilla, que salpicó a su primo Andrés Chadwick?
- No me puedo meter en la cabeza de Piñera. No tengo una percepción clara de eso.
- ¿Ud conoce a Luis Hermosilla? ¿Le tocó alguna vez trabajar con él?
- Nunca. No lo conozco.
- ¿Cree que este caso tiene un impacto en el mundo empresarial? Están los hermanos Jalaff, Factop, se cuestiona a LarrainVial…
- Estoy sorprendido igual que todo el mundo no más, pero no es algo que yo tuviera cerca, ni que conociera, ni que me afectara en lo personal. El impacto más fuerte es para el Poder Judicial. Lejos. Porque este señor no tenía nada de empresario tampoco. Esto no ha tenido efecto en la CPC, ni en la Sofofa.
- ¿Y cuál es su opinión sobre el caso Monsalve?
- También fue un golpe fuerte para el país y para el Gobierno, porque Monsalve era un tipo al que todos teníamos bastante aprecio en el sentido que había hecho una buena pega. El Presidente Boric tomó un liderazgo importante en el caso Monsalve y dio una entrevista (punto de prensa) como de una hora. Entonces él también es parte del foco del problema. Yo creo que eso fue un error político, porque podrían haber dejado aislado a Monsalve, que el Presidente no se metiera tanto.
Marcela Cubillos, la USS y el feminismo
- Votó, me imagino que acá en Lo Barnechea…
- No, yo voto en Las Condes, nunca me cambié.
- ¿Votó por Marcela Cubillos?
- No quiero decir públicamente mi voto...
- Una de las derrotas más sorpresivas fue Marcela Cubillos. ¿Cree que fue un castigo por su sueldo de $ 17 millones en la USS, donde usted es socio?
- Yo creo que no, o un castigo pequeño. No creo que sea eso. Creo que hizo una buena pega la contendora Catalina San Martín. Ella fue concejala, se movió mucho, hizo mucho barrio.
- ¿Como se enteró del sueldo de Cubillos?
-Por la prensa. Yo nunca he participado de la administración de la universidad. Eso lo hacía Lucho Cordero. Ahora nombramos un presidente nuevo que es un académico, se llama Carlos Vio.
- A raíz del caso, ¿la universidad va a cambiar la política de sueldos? Porque según explicó Alejandro Pérez existían excepciones que pasaban directamente a Cordero.
-Yo no sé si había muchas excepciones. La única que conozco es ésta. La verdad que no sé. Vi la entrevista de Alejandro Pérez tanto en el Diario Financiero como en El Mercurio. Y como va a ser siempre en la vida, el culpable principal de todo esto que pasó está muerto (ríe).
- Hay quienes sostienen que la USS es un centro político porque hay muchos ex Piñera, o UDI contratados. ¿Lo es?
- Lo que pasa es que Lucho era un gallo con mucha habilidad política y relacionado a múltiples lados. Él era de derecha, y siempre tuvo una visión de la universidad con una cierta conexión con la política.
- ¿Piensa seguir en la universidad?
- El proyecto iba como avión. Tuvo un traspié. Tal vez nos va a demorar un par de años en tomar el curso que llevamos y el prestigio que tenía la universidad. Tengo una hija que me representa en el directorio, la Pili. El directorio actual de la universidad está controlado por mujeres. Así que la paridad de género se está dando en la USS en el directorio, por lo menos.
- ¿Se considera feminista?
- Bueno, tengo cinco hijas.
- Pero eso no hace que uno sea feminista.
- Sí hace bastante. No soy feminista en el sentido de esta estupidez del lenguaje especial ni nada, pero obviamente tengo cinco hijas y son muy cercanas conmigo. Y ellas son moderadamente feministas, no son ultras. Es bastante razonable su postura en que me encuentro yo, que obviamente hay que reivindicar un lugar para la mujer que sea más igualitario.
Adiós a los helicópteros
En noviembre Andrés Navarro va a cumplir 76 años. Ya no trabaja las 12 horas diarias de antes, pero sí seis. Todos los días de lunes a viernes, organiza almuerzos en su casa. Con amigos, compañeros de colegio, de universidad, hijos, hermanos. “Hablamos de cualquier tema, nada que ver con los negocios. Bueno, a veces vienen también los que trabajan conmigo”, dice.
Tres veces por semana tiene un personal trainer que le hace clases de gimnasia “bastante fuerte y me mantiene bien”, cuenta.
- Y el helicóptero, ¿está piloteando?
- (Silencio). Casi nada. Voy a vender mi helicóptero, por el pánico familiar, “Papá vas a cumplir 76 años”…
- Por el accidente del Expresidente Piñera.
- Sí, claro.
- ¿Se ha vuelto a subir a un helicóptero desde entonces?
- Sí, pero menos. No le he contado a mis hijos cuando vuelo. Yo me siento capaz de volar, pero la verdad es que racionalmente he llegado a la conclusión de que es más prudente. Mi vista no está tan buena...
- ¿Y ese hobby lo va a reemplazar por algo?
- Tengo un segundo hobby que es una lata: trato de caminar casi todos los días por acá. Es re fome caminar, pero es necesario.
- Estaba escribiendo sus memorias. ¿En qué va eso?
- Lo abandoné.
- ¿Por qué?
- No me gusta la autorreferencia. Voy a escribir, sí, pero no memorias. Escribir pensamientos y ensayos pequeños. Lo que he aprendido en mi vida, conclusiones que he sacado. Ahora cuando tenga más tiempo, me voy a instalar bastante más, porque para escribir bien hay que estar unas tres o cuatro horas solo. Tengo reflexiones en el ámbito empresarial, en el ámbito familiar y en el estrictamente personal.
- Dígame una de cada una.
- (ríe) No.
- Pero qué cosas le gustaría traspasar a las nuevas generaciones.
- En el ámbito empresarial mi gran tema es construir empresas, no para uno, para muchos. Y preocuparse de tener bien a todos los estamentos: a los clientes, a los trabajadores, a la sociedad. Me carga pensar en las empresas como una forma de hacerse rico. Es mucho más entretenido pensar en empresas como un ente que nace y no existía antes y que cumple un rol que es reconocido por todos los estamentos.
- ¿Y en el ámbito familiar?
- Soy bastante conservador, en el sentido de que no soy muy amigo de los múltiples matrimonios. El matrimonio no es fácil, pero siempre digo que vale la pena hacer esfuerzos por rescatarlo en los momentos difíciles. Y que hay muchos.
- A usted le tocó enfrentar una pelea larga de salud de su mujer…
- Sí. Larga. Pero lo peor fueron los últimos dos años. Muy malos…. Bueno, yo enviudé y tengo una pareja nueva. Las dos son mujeres mayores. La Sonia tendría 73 y la Elisa tiene 72.
- ¿Cómo es emparejarse a esta edad?
- Es muy distinto a emparejarse de joven. Y te digo, nos entretenemos y nos gustan los mismos temas... vale la pena.
- ¿Le costó mucho estar solo?
- Yo fíjate que soporto bien la soledad, pero prefiero estar acompañado.
Cuenta que espera salir del día a día del family office también. Posiblemente el próximo año. “Mis hijas (María José y Teresita) van a quedar en el comité ejecutivo. A mí me va a reemplazar ese comité ejecutivo”, dice.
- Pensando que se va a jubilar, ¿cuál le gustaría que fuera su legado?
- (Silencio) Buena pregunta. Mi legado de vida… Yo creo que, como me decía mi papá -y él lo cumplía-: lo más importante es ser una buena persona en todos los ámbitos, en el familiar, con los hijos, con los amigos, en el trabajo. La palabra buena persona, no se puede hacer una definición muy importante, pero hay cosas que van en contra de la buena persona, que es la soberbia, el egoísmo, la envidia. Y tratar de hacer el trabajo personal de mantenerse libre de esos principales vicios y, ojalá, desarrollar virtudes que sirven a todos los demás.
- ¿Y cuál es su reflexión sobre Chile?
- Soy optimista. Creo que Chile va de menos a más. Pasó un periodo bajo. Tuvimos la pandemia, el estallido, que afectaron bastante al gobierno de Sebastián, y a raíz del estallido, salió Boric. Y creo que Boric ha ido también de menos a más, ha ido aprendiendo y cambiando. Creo que el futuro de Chile va a ser mejor. El tema que más se aborda en círculos empresariales es el crecimiento y volver -a través del crecimiento- a dar más oportunidades a todos los chilenos. Eso yo creo que va a pasar.
- ¿Cuál es el rol que deben tener los empresarios en esta discusión?
- Su rol es hacer empresas que realmente aporten a los clientes, a la sociedad y a los accionistas. Para las discusiones públicas, están los gremios empresariales.
- Por último, ¿cuánto le agradecen sus hermanos el patrimonio que les creó a través de Sonda?
- Mucho. De hecho ahora, a raíz del premio que me dieron, todos me escribieron muy cariñosos. Somos una familia muy unida y todos tienen méritos en distintas áreas.
Pasión por los quarks
“La Inteligencia Artificial es una herramienta que viene volando hace rato ya. Pero ahora último con el chat GPT dio un salto mayor. Yo no comparto con (Yuval) Harari la idea de que hay un 50% de chance que te haga más daño que bien. No, yo creo que es una herramienta que depende del ser humano cómo la use. Es como si dijera ‘no voy a comprar una escopeta porque hay un 50% de chances que una escopeta mate a alguien’.
Pero hay muchas otras cosas que se están desarrollando en tecnología que son súper interesantes. Se sigue mucho en la física de lo muy pequeño, de lo nano, que se obtiene más abajo que los átomos y más abajo que los protones y los neutrones, los quarks. Y yo le he dedicado mucho tiempo a la mecánica cuántica. A estudiarla, por un lado, y también escribí con un gringo un paper que fuimos en parte celebrados y en parte muy criticados”.
“La Inteligencia Artificial es una herramienta que viene volando hace rato ya. Pero ahora último con el chat GPT dio un salto mayor. Yo no comparto con (Yuval) Harari la idea de que hay un 50% de chance que te haga más daño que bien. No, yo creo que es una herramienta que depende del ser humano cómo la use. Es como si dijera ‘no voy a comprar una escopeta porque hay un 50% de chances que una escopeta mate a alguien’.
Pero hay muchas otras cosas que se están desarrollando en tecnología que son súper interesantes. Se sigue mucho en la física de lo muy pequeño, de lo nano, que se obtiene más abajo que los átomos y más abajo que los protones y los neutrones, los quarks. Y yo le he dedicado mucho tiempo a la mecánica cuántica. A estudiarla, por un lado, y también escribí con un gringo un paper que fuimos en parte celebrados y en parte muy criticados”.