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Cómo el mundo mira el proceso constituyente chileno

Cómo el mundo mira el proceso constituyente chileno

Cuatro referentes del Derecho Constitucional, el feminismo, y pueblos indígenas, destacan las particularidades de la experiencia chilena: un proceso impulsado desde la ciudadanía, en busca de más democracia, con igualdad de género.

Por: Marcela Vélez-Plickert | Publicado: Sábado 15 de mayo de 2021 a las 08:00
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Tom Ginsburg, autor de Cómo salvar a una democracia constitucional: “Las reglas hacen una diferencia, y aquí una cosa importante va a ser quién presidirá la convención”

Con 24 libros sobre democracia, sistemas políticos y constituciones, y autor de otros cuatro, el académico es uno de los referentes en diseño constitucional. El profesor de la U. de Chicago y codirector del Proyecto de Comparación Constitucional, además, ha seguido de cerca el proceso chileno desde sus inicios hace ya más de una década. 

-¿Cuáles diría que son las particularidades más destacables del proceso en Chile?

-Ciertamente lo más especial de este proceso es que será el primero, en la historia del mundo, que tendrá un 50% de cuota para las mujeres. No importa lo que pase, incluso si el proceso termina en nada, ya de por sí esta cuota tendrá un impacto significativo. Realmente creo que en el futuro la gente verá en este momento un cambio en la historia del diseño de constituciones. Lo segundo es que el proceso se produce en un momento algo extraño. La idea de tener una elección presidencial, antes de que termine el proceso de redacción constitucional… No es típico. Usualmente, lo que se hace es realizar elecciones bajo la nueva Constitución (...) No creo que este escenario es ideal. 

-¿Es innovadora esta convención?

-Puede ser muy innovadora. Pero temo que, con el ciclo político durante la redacción, habrá una tendencia hacia la inercia, a mantener lo conocido. Al mismo tiempo, puede impulsar a más innovación en las políticas públicas, cambios al sistema de pensiones, paridad de género permanente, más representación de los pueblos indígenas. Otra posibilidad es la disrupción. Puede generar nuevas divisiones en la sociedad. El problema es que tendrán política constitucional y política normal al mismo tiempo, y eso es muy extraño.

-Y ya tenemos un Congreso muy activo, impulsando reformas estructurales. ¿Cómo combinar ambas instancias? 

-Usualmente, lo que pasa, si es que hay un quiebre político, es que se elige una asamblea constituyente que sirve de legislativo al mismo tiempo. Pero este es un organismo especial que va a funcionar al mismo tiempo que un órgano legislativo activo, y esto supone que los partidos estarán compitiendo en dos niveles. La convención, por ejemplo, puede servir de plataforma para esos partidos con miras a las elecciones legislativas y presidenciales. No quieres esto. Lo que quieres es que la gente en la convención esté concentrada en la tarea de redactar la nueva Constitución, y no preocupada en cómo le irá a su partido en la próxima elección.

-Eso podría ser distinto, si ganan muchos independientes.

-En teoría, sería positivo, por lo que acabo de decir. Pero si muchos independientes son elegidos, la convención tendrá un difícil proceso para llegar a acuerdos y concretar algo. Lo primero es que la regla de 2/3 es una vara muy alta, y eso va a requerir acuerdos, y ahí es donde entran los partidos políticos, porque son efectivos en eso. Me preocupa que, si tienes muchos independientes, sin experiencia política, no van a ser capaces de comprometerse en las negociaciones que son necesarias para producir cualquier documento legal. 

-Es mejor a tener una convención liderada por políticos.

-Lo sé. Pero al final del día, la redacción de una Constitución, como con muchas otras cosas, resulta mejor si se cuenta con experiencia.

-¿Qué influencia puede tener este proceso en otros países de la región?

-Un proceso exitoso puede ser extremadamente influyente. Le enseñaría a otros países que es posible hacer una reforma constitucional dentro de un sistema democrático.

-¿Cómo canalizar la participación ciudadana para dar legitimidad a la convención?

-(Jon) Elster siempre hablaba de un reloj de arena: Mucha participación al inicio, para recolectar ideas, de eso tenemos bastante en Chile, y la bendición de la ciudadanía al final. Pero en la mitad debe haber un espacio para que los partidos negocien, porque sin eso no vas a alcanzar nunca los 2/3. La convención debería tener una buena oficina de prensa, que haga todo lo más transparente posible. Pero al final del día necesitas también cierta negociación a puertas cerradas. 


Rosalind Dixon, autora de Diálogo Constitucional: Derechos, democracias e instituciones: “La paridad ya es una innovación, pero no hay que pensar que es suficiente” 

Esta académica de la Universidad de New South Wales, en Australia, ha publicado seis libros en torno al tema. Sobre Chile plantea: “El hecho de que haya una elección para avanzar hacia una nueva constitución es ya una lección de democracia. Es una razón para el optimismo, precisamente cuando en muchos países tenemos preocupaciones sobre el estado de la democracia. Muchos vieron la elección de Joe Biden como una razón de optimismo, pero creo que también lo es el proceso en Chile”.

-¿Cómo deben convivir la convención y el Congreso durante este período?

-Creo que hay muchas tensiones en términos del diseño, en el funcionamiento de la convención. Lo segundo es que han adoptado una regla de 2/3, y eso requiere de negociación, compromisos y pragmatismo. Pero de alguna manera, puede motivar al Congreso a ser más expedito en responder a las demandas de la ciudadanía, bajo la idea de que de lo contrario podrían entrar a la agenda para reformas mayores.

-Pero seguro hay modelos preferibles para garantizar la participación ciudadana.

-El diseño constitucional tiene el requisito de una mayor participación, y eso puede tomar diferentes formas, pero lo importante es la idea de que se necesita de ella para dar legitimidad democrática. Por ejemplo, el proceso de reforma constitucional en Sudáfrica en 1994-1995 incluyó la publicación de newsletter, la distribución de borradores, programas de radio, y ahora tenemos las redes sociales para continuar la conversación.

-¿Cuáles deberían ser las prioridades de la Convención una vez electa?

-Lo más importante es acordar los principios, las reglas del proceso de deliberación. Es inevitable que esto tome algo de tiempo, pero el trabajo debería comenzar el lunes. 

-¿Cuál prevé que será el impacto del proceso chileno en otros países?

-Cualquier innovación va a ser muy estudiada en el resto del mundo, especialmente en Latinoamérica, y puede ser modelo en futuros procesos de diseño constitucional. Las políticas de diseño constitucional pueden tener una influencia, se pueden convertir en un modelo positivo, o negativo. El diseño constitucional es una mezcla de aspiraciones y política. Cada país tiene sus complejidades. Creo que será influyente, pero dependerá del resultado. Por ejemplo, se espera que resulte una constitución feminista, aunque no hay claridad de cómo. Ruanda ha dado lecciones de representación de mujeres en el parlamento y en las cortes, pero no se ha traducido en cambios sustantivos para las mujeres. La paridad ya es una innovación, pero hay que apuntar a la responsabilidad de la convención, y que no se piense que ya con la paridad de representación es suficiente. Es solo el principio. 


Mabel Bianco, presidenta Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (Argentina): “Las feministas nos vamos a ocupar de que esto trascienda, que no se quede en Chile”

Su trabajo por los derechos de las mujeres ha sido reconocido alrededor del mundo. Esta física argentina fundó en 1989 la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer, que hoy todavía preside activamente. Una de las “100 mujeres más influyentes del mundo” en 2019, según la BBC, Bianco ve con particular interés el proceso chileno.

“En la región se está promoviendo la paridad en la participación política desde hace unos cuantos años y esta convención constituyente de Chile es muy importante, porque va a dar una perspectiva a esa nueva constitución que es característica de la participación de más mujeres en los parlamentos. Toda legislación que avanza y promueve derechos para la mujer, lo hace igualmente con derechos para otras personas, ya sean hombres u otras identidades de género. Y no es importante que quienes sean electas sean mujeres con perspectiva de género, aunque sería ideal”. 

-¿Cómo puede este proceso influir en otros países de la región?

-Todos los movimientos de protesta, de reclamo, y movilización social, no solamente en Chile, están en gran medida liderados por mujeres, y acompañados a la par de los hombres. Esto da una idea de cómo se va a seguir con atención las discusiones en la convención constituyente, y lo que finalmente se incorpore en la constitución. 

-¿Cuál será el impacto para el movimiento feminista en sí?

-Va a dar visibilidad a los aportes que hacen las mujeres, y sobre todo las feministas, a los aspectos sociales y de las políticas que rigen un país. Va a ser una guía para muchas de las legislaciones que después, muy probablemente, muchas de las diputadas y senadoras impulsarán en otros países. Las feministas nos vamos a ocupar de que esto trascienda, que no se quede en Chile.

-¿Qué elementos debe incluir la Constitución para que sea considerada feminista?

-No hablaría de una constitución feminista, sino de una constitución con perspectiva de género, una constitución de que va a buscar la igualdad en todos los sentidos. Se va a considerar toda esa población LGBTQI+, que hoy está en muchos casos totalmente carente al acceso y garantía de derechos. Eso si va a ser muy novedoso. No solo nos va a interesar el resultado final, sino el camino que se va a seguir, las discusiones teóricas con aplicación práctica que se van a plantear, que serán las que den la base de por qué esto es bueno para una sociedad más justa e igualitaria.


Pedro Cayul, investigador del Proyecto de Datos Mapuches: “Chile podría ser ejemplo para Latinoamérica”

Para el candidato a PhD en Economía del Desarrollo en The Graduate Institute en Ginebra, es un día doblemente importante: la convención constituyente marcará un hito para la representación política mapuche, y su hermana podría resultar electa. Cayul es parte del grupo de estudio Proyecto de Datos Mapuches, que levanta una base de datos clave en distintas áreas. La suya es, precisamente, el conflicto mapuche con el Estado y la representación política. 

-¿Y qué esperas de esta convención?

-Como mapuche, que Chile se reconozca como lo que es, que a mi entender es un estado plurinacional. Eso nos va a permitir en una serie de materias importantes para los pueblos indígenas como es el reconocimiento constitucional, tener cuotas en el parlamento. También una mayor aceptación a la cultura, no solo mapuche, de todos los pueblos. 

-En Bolivia, en Ecuador, el movimiento indígena ha logrado articularse como un actor político relevante más allá de sus comunidades. No en Chile. ¿Podría eso cambiar a partir de la convención?

-Hay una característica del pueblo mapuche que lo hace diferente, y es su descentralización. Nunca existió un solo líder mapuche, y la organización es todavía en base a comunidades, y eso se transforma también en un problema a la hora de escoger un representante. De nuestra investigación podemos decir que no es cierto que el pueblo mapuche no es políticamente activo. Lo es, pero a nivel local. En esta elección hay un récord de candidaturas para alcaldes, alcaldesas y concejalías. Para el mapuche es más importante esta representación local, más que la nacional, que la ve más alejada de su realidad.  

-¿Crees que habrá algún impacto para los movimientos indígenas fuera de Chile?

-Quisiera creer que sí. Esperaría que al menos se logre una articulación con las comunidades mapuches en Argentina, que están bastante olvidadas. Si Chile logra evolucionar en representación política, sí sería un buen ejemplo para otros países en Latinoamérica. Si se adoptan cuotas o curules de representación indígena, puede impulsar a otros a hacerlo. Hasta ahora, cada vez que hablamos de representación política, tenemos que ir a mirar a Nueva Zelandia, Suecia, Islandia, casos muy alejados de nuestra región. En eso puede ser importante para las demás comunidades indígenas en Latinoamérica”. 

-Un eje de tu investigación es el conflicto mapuche con el Estado. ¿Puede esta convención ser una solución al conflicto o es muy ingenuo pensarlo?

-Siempre se espera lo mejor. Pero no creo que este conflicto tenga una solución a corto plazo. Primero, porque hay como 2.000 comunidades mapuches. Pero un espacio como la convención constituyente nos puede ayudar a tomar conciencia de que la violencia no es el camino para solucionar este problema. Hoy se habla de militarizar la región de La Araucanía, pero más represión policial va a traer más violencia y no es la solución al conflicto”.

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