En la calle Cardemal Belarmino, dentro del barrio alemán en Vitacura, suenan los martillos y soldadoras. “¿Vamos a estar para dos semanas? Tenemos que estar”, pregunta y se responde de inmediato María José Spencer, socia de +Mund, a una mujer que recorre la obra.

El tobogán que ha recibido a miles de niños desde la década de los ‘90 sigue intacto, solo ha cambiado su color. Se prepara para abrir sus puertas una cafetería con ensaladas creadas por la influencer Juanita Lira (La Ruta Saludable) y los colores verde y blanco del interior del lugar fueron reemplazados por negros y grises. Es el miércoles 2 de noviembre. El caos de los fines de semanas llenos de cumpleaños infantiles no se ve, al contrario, un grupo de adultas mayores hace gimnasia en la piscina.

La asociación entre la cadena de masajes + Relax y el clásico Spa Mund cuenta los días para mostrar su nuevo look. Pero la historia se remonta a los años ‘40, cuando el empresario alemán aficionado de la natación Günter Mund construyó la primera piscina en Av Grecia, a pasos del Estadio Nacional. Fue uno de los pioneros en esta materia, y una de sus motivaciones era que su hijo homónimo fuera un clavadista profesional. Ese sueño se cumplió, y Mund terminó en sexto lugar en los Juegos Olímpicos de Melbourne 1956. Por años fue el único lugar del país que contaba con trampolines.

Visitas mundialistas

En la década de los ‘60, el clavadista olímpico tomó el negocio de su padre y decidió innovar con saunas: imitó las mejores tendencias de Europa y marcó un hito en esta industria en Chile. Los frecuentaban los jugadores de Colo-Colo y los históricos mundialistas nacionales de 1962.

Durante años su negocio se basó en experiencia de sauna para recuperación deportiva e instalaciones para practicar deportes en piscinas. En los años ‘80 decidieron proyectar su negocio al barrio alemán, en Vitacura. En plena crisis económica, Mund contactó a su amigo Helmut Köhler para que se asociaran, y compraron un paño de 2.000 mt2 en la calle Cardenal Belarmino. 10 años después decidieron vender el recinto de Ñuñoa a una inmobiliaria.

El llamado del fundador de Cornershop

Entrando a la década de los 2000, la diseñadora María José Spencer y la psicóloga Francisca Guerrero retomaron una amistad que habían forjado en el colegio y decidieron emprender juntas. El 2005 exploraron el mercado de los laboratorios y crearon líneas de productos de spa para otras marcas, entre ellas Ripley y Líder. Con la crisis del 2008, todos los proyectos que tenían en mente se fueron al suelo.

“Entonces dijimos, ‘no podemos depender de otros, tenemos que crear algo propio, una marca nuestra’”, recuerda Francisca Guerrero. En ese proceso, miraron lo que sucedía con servicios asociados a las peluquerías, como la manicure y pedicure. Pensaron ofrecer paquetes de relajación y masificarlo. “¿Por qué no hacemos lo mismo en el mundo de los masajes y lo llevamos al retail?”, pensaron las socias.

Decidieron fundar +Relax y abrieron su primer local en los estacionamientos subterráneos de Isidora Goyenechea con El Bosque. “Básicamente buscábamos crear una experiencia de desconexión”, comenta Guerrero. Pero los números no eran buenos y se preguntaron si realmente había público suficiente para este tipo de servicios.

“No sabíamos si era un problema de mercado u otro. Además el lugar no cumplió con las expectativas de afluencia”, dice Spencer. Y el 2010, en uno de los momentos en los que pensaban cerrar, recibieron un llamado: el entonces gerente general de Clandescuento, Oskar Hjertonsson (fundador de Cornershop), quería hacer una alianza con ellas. “Nos abrió los ojos”, recuerdan. En 24 horas vendieron 2.500 masajes de $ 9.990 y se rompieron todos sus récords. “Ahí dijimos, ‘no es un problema de mercado, es de ubicación’”.

Conversaron con un arquitecto de Parque Arauco, quien les comentó que existía la posibilidad de usar una bodega de París. Las emprendedoras tomaron esta oportunidad, y los números empezaron a crecer. De vender dos servicios al mes, empezaron a realizar 800.

Nace una nueva sociedad

Por ese tiempo, en 2011, Günter hijo falleció en un accidente en girocoptero. Desde el centro de spa cuentan que él era el “alma del recinto”, que se preocupaba de los detalles y que conocía a cada una de las masajistas. Era frecuente verlo en el sauna pidiendo feedback de los servicios e instalaciones a los clientes. Con su partida, Helmuth Köhler compró el 100% del negocio. Pero faltaba la chispa de Mund, cuentan de la firma.

En paralelo, en 2015, +Relax logró ordenar sus números y tener una buena cartera de clientes, y decidieron salir a buscar socios que las ayuden a escalar. Hablaron con un par de amigos, y ambos les dijeron que tenían un posible interesado. Los dos llegaron a lo mismo, Spa Mund.

Iniciaron las conversaciones con los administradores del recinto y el 2017 la familia Köhler compró el 33,3% de +Relax. Con eso entraron al directorio de Mund y abrieron su segundo local de masajes en el Costanera Center. Una de sus tareas era buscar un gerente general para el decaído inmueble de Vitacura y hacer una transición hacia algo más moderno, enfocado en el bienestar y los servicios de masajes. Contrataron a Pía Díaz, quien llevaba 18 años como subgerenta de Balthus.

El desafío del área infantil

El 2019, en pleno estallido social iniciaron un estudio de mercado para analizar cómo lanzar esta nueva etapa del spa de Vitacura. Las socias querían algo más sofisticado y mejorar los servicios de la experiencia, considerando además que a nivel mundial esta industria representa un mercado de US$ 120 mil millones. Para eso los más de 80 colaboradores recibieron coaching y capacitación.

Llegaron los resultados del estudio y les llamaron la atención dos conclusiones. En primer lugar, Spa Mund era una marca reconocida, pero “pasada de moda”, dicen. Y además, concluyó que había un desafío con el manejo de niños en el lugar: había que trabajar la convivencia con adultos que buscan espacios sin ruido. Con eso en mano, contrataron a la agencia de branding Raya, con quienes desarrollaron el nuevo concepto y a finales del 2020, fusionaron las marcas: así nace +Mund.

Tras ello buscaron a la persona idónea para transformar este lugar “reconocido pero anticuado”. Al poco tiempo llegaron al estudio de Enrique Concha y los Köhler decidieron invertir más de US$ 1 millón en las mejoras del recinto. Se enrocaron los colores fuertes por una gama de tonos neutros y luz tenue y lo más importante -según ellas-, separaron el área de niños y cumpleaños, con el área de relajación y vapores.

En junio de este año se iniciaron las obras -que han tenido que ajustarse debido a la inflación y alza de costos-, y esperan en dos semanas mostrar su nuevo recinto. “Es un verdadero lifting”, dicen. Eso sí, recalcan las nuevas socias que en ningún minuto han dejado de operar, salvo con los confinamientos por el Covid, donde tuvieron que acudir a todo tipo de créditos para sobrevivir, “como lo hicieron miles de pymes en el país”, concluyen.