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Diseñadores demandan en EEUU a Runway, Midjourney y otras startups de IA por apropiación indebida

Diseñadores demandan en EEUU a Runway, Midjourney y otras startups de IA por apropiación indebida

El 29 de noviembre 10 diseñadores presentaron una demanda colectiva en los tribunales de California en contra de Runway, unicornio fundado por chilenos especializado en la elaboración de videos e imágenes a través de inteligencia artificial. La acción, que también apunta a firmas como Midjourney, DeviantArt y Stability, todas plataformas de moda en el mundo del diseño digital, acusa el uso indebido de sus obras protegidas por derechos de autor.

Por: Mateo Navas | Publicado: Sábado 30 de diciembre de 2023 a las 21:00
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2023 fue el año de Runway. En marzo una de las películas que ocupó su software, Todo en todas partes al mismo tiempo, ganó el Oscar al mejor largometraje del año, superando a filmes como Tár, Elvis y The Fabelmans. En julio extendieron su Serie C al recaudar US$ 141 millones. Con eso, la firma de inteligencia artificial quedó valorada en más de US$ 1.000, por lo que se convirtió en el quinto unicornio fundado por chilenos, después de NotCo, Cornershop, Betterfly y Merama. Y en octubre sellaron una alianza con Canva, firma que tiene más de 150 millones de usuarios mensuales.

Fue un 2023 redondo. Salvo por un hecho que surgió hace 30 días.

Su crecimiento en el mercado tecnológico en Estados Unidos también les abrió flancos. A finales de noviembre un grupo de 10 diseñadores, ilustradores y artistas de Estados Unidos y el extranjero interpusieron una demanda civil en contra de la startup nacional y las firmas Midjourney, Stability y DeviantArt, todas compañías de IA en base a imágenes. Los acusan de hacer uso indebido de sus obras protegidas por derechos de autor. Hoy, la acción judicial -de 96 páginas y cientos de fojas de evidencia- está siendo tramitada en la corte distrital de San Francisco, California.

Este tipo de plataformas han crecido en popularidad en el último año, especialmente gracias a la rapidez en la creación de material gráfico en base a comandos cortos y sencillos. Midjourney, por ejemplo, ha incluso diseñado una portada del semanario británico The Economist (en 2022) y ha creado comics para el diario italiano Corriere della Sera. También sus trabajos han salido en The Atlantic, publicidades y libros. 

Si bien la demanda data de enero de 2023, el 29 de noviembre -luego de recibir una serie de reparos por parte del juez William Orrick (ver recuadro)- ampliaron el libelo a Runway. Hasta ahora, la startup basada en Nueva York, fundada por los emprendedores chilenos Alejandro Matamala-Ortiz y Cristóbal Valenzuela, no ha hecho pública su representación legal. En cuanto a las otras firmas apuntadas, ya están siendo asesoradas por los estudios jurídicos más influyentes de Estados Unidos, como Latham & Watkins; Cleary Gottlieb, y Fried, Frank, Harris, Shriver & Jacobson LLP.

Las personas detrás de la demanda son conocidos personajes del mundo del arte y la inteligencia artificial. Kelly McKernan es una artista de Tennessee a quien en septiembre la revista Time incluyó dentro de las 100 personas más influyentes en IA del mundo (mismo ranking que incluyó al CEO de Runway); Sarah Andersen, de Oregon, una destacada historietista e ilustradora, autora de la serie de cómics Sarah’s Scribbles, un bestseller del The New York Times; y Karla Ortiz, de Puerto Rico, ha trabajado en películas de HBO y Marvel, además de videojuegos. Todos se organizan en Stable Diffusion Litigation, un grupo cuya página web (www.stablediffusionlitigation.com) publica las actualizaciones de la causa judicial. “La inteligencia artificial tiene que ser justa y ética para todos”, se lee del manifiesto de su landing page.

El libelo enumera 17 presuntos delitos e infracciones, como enriquecimiento ilícito e inducción a la vulneración de los derechos de autor: “Los demandantes buscan poner fin a esta violación sin precedentes de sus derechos legales antes de que sus trabajos, sus profesiones y sus comunidades creativas sean demolidas”.

Esta no es la única acción judicial vinculada a la industria de la IA. La semana pasada The New York Times demandó a Microsoft y una serie de sociedades de OpenAI por, supuestamente, infringir sus derechos de autor. La causa está siendo tramitada en los tribunales de Nueva York y ha suscitado amplio debate en Estados Unidos respecto a las limitaciones de la inteligencia artificial. 

El abogado de los demandantes

El caso se originó cuando a Matthew Butterick, licenciado en estudios visuales y ambientales de Harvard y abogado de la Universidad de California, le llegaron casos de escritores, artistas y programadores que estaban preocupadas por los sistemas de IA que se entrenaban con trabajo protegido por derechos de autor sin consentimiento.

En ese minuto Butterick ya era conocido en Estados Unidos porque, en noviembre de 2022, presentó una demanda contra GitHub Copilot -una poderosa herramienta que crea automáticamente código funcional cuando un programador empieza a escribir- por su “piratería de software de código abierto”. Dicha causa sigue abierta. 

Cuando se enteró de que existían artistas molestos con Midjourney, Stability y DeviantArt, instó a Kelly McKernan, Sarah Andersen y Karla Ortiz a presentar una acción judicial. Una vez iniciada la causa, se sumaron ilustradores como Grzegorz Rutkowski, Gregory Manchess, Gerald Brom, Jingna Zhang, Julia Kaye y Adam Ellis. 

“Somos David contra Goliat. Al fin y al cabo, alguien se está beneficiando de mi trabajo. Ayer tenía que pagar el alquiler y me faltan 200 dólares. Así de desesperadas están las cosas ahora mismo. Y no me parece bien”, afirmó Kelly McKernan en una entrevista con Fortune en el pasado agosto. 

 “Es un parásito”

Para entender los detalles del caso es fundamental conocer Stable Diffusion, un producto de inteligencia artificial lanzado en agosto de 2022 por la empresa Stability AI y que Runway ocupa. Este modelo “entrena” obras creativas -por ejemplo, texto, código de software o imágenes- para luego mezclar dichas obras para generar productos del mismo tipo. Es decir, es un modelo de aprendizaje detrás de la conversión texto-imagen. 

Según los demandantes, Stable Diffusion contiene copias no autorizadas de millones -y posiblemente miles de millones- de imágenes protegidas por derechos de autor. “Incluso suponiendo una indemnización nominal de 1 dólar por imagen, el valor de esta apropiación indebida sería de unos US$ 5.000 millones”, afirman. Incluso entregan un ejemplo: “A modo de comparación, el mayor robo de arte de la historia fue el hurto en 1990 de 13 obras de arte del Museo Isabella Stewart Gardner, con un valor actual estimado de US$ 500 millones”.

Y añaden: “Una vez copiadas las imágenes, Stable Diffusion se basa en un proceso matemático llamado ‘difusión’ para almacenar copias comprimidas de estas imágenes de entrenamiento, que a su vez se recombinan para derivar otras imágenes. Es, en resumen, una herramienta de collage del siglo XXI”.

El resultado final puede o no parecerse exteriormente a las imágenes de entrenamiento. No obstante, apuntan, “se derivan de copias de las imágenes de formación y compiten con ellas en el mercado. Como mínimo, la capacidad de Stable Diffusion para inundar el mercado con un número esencialmente ilimitado de imágenes infractoras infringirá un daño permanente al mercado del arte y los artistas. Incluso el director ejecutivo de Stability AI, Emad Mostaque, ha pronosticado que ‘los futuros modelos (de IA) tendrán todas las licencias’. Pero Stable Diffusion no lo es. Es un parásito que, si se permite que prolifere, causará un daño irreparable a los artistas, ahora y en el futuro”.

 “(Los artistas) no han recibido ni un centavo de compensación”

En octubre el juez William Orrick desestimó algunas de las acusaciones presentadas originalmente por Andersen, McKernan y Ortiz en contra de Midjourney, Stability y DeviantArt. El juez anunció que podían presentar una acción modificada. Al mes siguiente presentaron una nueva versión en la que agregaron a Runway. También se incorporaron nuevos demandantes. 

En el líbelo actualizado, de 96 páginas, afirman que, si bien todas las empresas aludidas dicen utilizar inteligencia artificial, este concepto es equivocado: “Los productos de imagen de IA objeto de la presente demanda se basan en el mismo activo: la inteligencia humana y la expresión creativa, en forma de miles de millones de obras de arte copiadas de internet. Un producto de imagen de IA simplemente separa estas obras de arte de los artistas y les pone una nueva etiqueta de precio. Los beneficios de la apropiación indebida de estas obras pueden ir directamente a sus bolsillos. Pero a los artistas que aportaron la inteligencia y la creatividad -incluidos los demandantes- no se les pidió su consentimiento. No se les dio ningún crédito. Y no han recibido ni un centavo de compensación”.  

Sobre Runway, la acción establece que han colaborado en la formación y despliegue del modelo Stable Diffusion. De hecho, en la evidencia entregan ejemplos de comandos de texto que terminan en obras similares al trazo y estilo de los distintos artistas demandantes. Por ejemplo, un comando como “Sarah Andersen chef” entrega cuatro imágenes de una cocinera al estilo cómic blanco y negro, ya que Andersen es una historietista. 

“Todos los chefs inspirados en Andersen son variaciones evidentes del personaje principal del célebre cómic de Sarah Andersen Sarah’s Scribbles, y dos de las imágenes incluyen incluso las viñetas habituales en la obra de la Sra. Andersen”, acusan. 

21 días para contestar

Según explica la acción judicial, para entrenar las múltiples versiones de Stable Diffusion, Runway descargó “copias de miles de millones de imágenes protegidas por derechos de autor sin permiso, incluidas las que pertenecen a los demandantes”. 

Además, explican que las firmas Runway y Stability “inducen a otros a descargar Stable Diffusion distribuyéndolo gratuitamente a través de sitios web públicos. También ponen Stable Diffusion a disposición de los usuarios finales incorporándolo a los productos de imágenes de IA que comercializan y venden”.

“La escala de esta apropiación indebida es asombrosa y no tiene precedentes, con violaciones de la ley en cada fase: la recopilación y copia del conjunto de datos, el entrenamiento y despliegue del modelo y las imágenes de salida. Lo peor de todo es que los demandados afirman que sus productos de IA son capaces de crear sustitutos sustancialmente similares de las mismas obras en las que fueron entrenados. Esto ya está dañando el mercado de las obras de arte y el trabajo de los reclamantes, y el mercado artístico en general”, describe el documento.

Y añade: “La realidad es más sucia y desagradable. Los productos de imagen IA se valoran principalmente como dispositivos de blanqueo de derechos de autor, prometiendo a los clientes los beneficios del arte sin los costes de los artistas”.

El 11 de diciembre la corte distrital californiana emitió una citación a Runway. Dice que la compañía tiene 21 días para entregar al demandante una contestación o moción. Hasta el cierre de esta edición, eso no ha ocurrido. DF MAS contactó a la startup, pero no obtuvo respuesta.

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