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El químico que le puede costar US$ 40 millones al laboratorio Centrovet

El químico que le puede costar US$ 40 millones al laboratorio Centrovet

Después de una década distribuyendo un importante producto para la industria acuícola, la empresa chilena Centrovet acusa que la farmacéutica norteamericana Syndel incumplió un contrato al empezar a trabajar, de forma arbitraria, con un competidor local. Por eso, los apuntan como responsables de enriquecimiento ilícito y aseguran que esto les podría generar un perjuicio por US$ 39,5 millones.

Por: Mateo Navas | Publicado: Sábado 24 de junio de 2023 a las 21:00
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Todavía no se cumplen ni dos años desde que Víctor Hugo Puchi y la familia Farcas vendieron la totalidad del laboratorio médico de alta tecnología Centrovet a la gigante farmacéutica francesa Virbac, valorada en US$ 2.500 millones y con presencia en más de 100 países. Lo hicieron en una operación que implicó dos tandas y que se concretó en noviembre de 2021. 

Daniel Farcas, empresario y exdiputado, se mantuvo en la compañía por casi un año, pero en agosto de 2022 dejó su puesto en el directorio.

A pesar del poco tiempo al mando del 100% de las acciones de Centrovet, los nuevos dueños de la firma chilena ya tienen un dolor de cabeza: el jueves 11 de mayo activaron una ofensiva legal en contra de Syndel, un ex proveedor norteamericano a quien acusan de, entre otras cosas, incumplimiento de contrato y enriquecimiento ilícito. Pero no lo hacen acá, sino que en los tribunales de Washington, donde las oficinas centrales de Syndel están instaladas.

Y lo que acusan no es menor: afirman que podrían tener perjuicios por US$ 40 millones si es que la justicia norteamericana no interfiere. 

Los US$ 39,5 millones

La formalina (o Parasite S) es un compuesto clave para la industria acuícola. En pocas palabras, su objetivo es el control de parásitos externos en todos los peces de aleta y camarones. En Chile, uno de los principales distribuidores de este compuesto era Centrovet. Lo era desde 2013, cuando firmaron un millonario contrato de importación y distribución con Syndel, laboratorio productor de este material.

En febrero de 2020 ambas partes ratificaron dicho contrato y un año después lo extendieron hasta octubre de 2030. Para que el acuerdo funcionara, ambas partes estaban atadas a una condición: la validación de la Dirección General del Territorio Marítimo y Marina Mercante de Chile (Directemar), la cual vencía en junio de 2022.

Las desavenencias entre la firma chilena y la norteamericana se iniciaron un poco antes de esa fecha, cuando Centrovet se habría enterado de que Syndel no presentó a tiempo los documentos necesarios para revalidar el permiso de la Directemar. Esto generó que el organismo regulatorio rechazara el proceso.

Luego de recibir el rechazo por parte del organismo regulador, Syndel le informó a Centrovet que su acuerdo se “terminaba”, se lee del escrito legal.

Con este revés Centrovet comenzó a sospechar que algo estaba ocurriendo. Según ellos, “Syndel se cruzó de brazos deliberadamente. Empezó a llevar a cabo las pruebas requeridas mucho más tarde de lo que razonablemente debería haber hecho”.

La postura de Centrovet se basa en que Syndel los estaba presionando “para aumentar el precio” de la formalina que aparecía en su acuerdo. Como ellos no cambiaron el valor, la firma norteamericana “permitió que su autorización expirara”.

Y justamente por esto acusan que su contraparte trabajó “en secreto durante mucho tiempo” para reemplazar a Centrovet como distribuidor de la formalina.

Finalmente, el pasado miércoles 10 de mayo, el SAG publicó oficialmente un documento que mostraba que la firma Agrovet, vinculada al Grupo Mathiesen, se había convertido en el nuevo distribuidor del producto (ver recuadro).

Al día siguiente acudieron a los tribunales de Washington. Si bien conocedores comentan que existieron negociaciones extrajudiciales para evitar llegar a un juicio, lo que ocurrió en mayo “sobrepasó todos los límites”.

“Centrovet estima que ya ha perdido más de US$ 4,8 millones como resultado del incumplimiento de Syndel, y espera perder potencialmente más de US$ 39,5 millones durante la vigencia del acuerdo, hasta 2030, si no se pone remedio al incumplimiento de la firma norteamericana”, aparece en el libelo.

Estas cifras no incluyen, explican, “las pérdidas adicionales, incluidos, entre otros, los costos de almacenamiento y los costos de destrucción de productos, que nuestros clientes también esperan recuperar. A modo de ejemplo, y según cálculos preliminares, Centrovet podría incurrir en una pérdida adicional de US$ 2,1 millones dólares en producto invendible”.

Al final del documento Centrovet solicita una medida cautelar “que prohíba a Syndel trabajar con otro distribuidor”. Si esto ya ha ocurrido, la firma nacional exige “la invalidación o rescisión del acuerdo”.

El primer revés

A pesar de que la compañía chilena se asesoró con el estudio jurídico BakerHostetler -uno de los bufetes más grandes de Estados Unidos y con clientes como Microsoft, Hyatt, Bayer y Ford-, este viernes recibieron un duro revés en el país del norte.

Ese día la jueza Lauren King ordenó la desestimación del juicio, luego de que la defensa explicara que este caso no se debería ver en los tribunales de Seattle, sino que en la corte de Whatcom County, ubicada en el estado de Washington.

Esto genera que la disputa se retrase y que ambas partes se vuelvan a ver las caras en otra sede legal. Por ahora, la empresa estadounidense no ha entregado su versión oficial.

DF MAS se comunicó con Centrovet y Syndel y ambas empresas rechazaron realizar comentarios sobre este caso.


Grupo Mathiesen, ¿el nuevo cliente de Syndel?

Según Centrovet, quien se quedó con la representación de la formalina de Syndel es una compañía chilena que se fundó en 1974. Agrovet nació como un laboratorio enfocado en la importación de productos biológicos. De hecho, fue responsable de la introducción del primer antiparasitario inyectable para bovinos en Chile, así como la colocación del primer DIIO oficial a nivel nacional y la importación e introducción de la vacuna contra brucella abortus RB 51, entre otros desarrollos.

En 2014 la firma adquirió la división veterinaria de Laboratorio Chile, pasando a constituir uno de los portafolios más amplios de productos veterinarios del país.

Agrovet forma parte del Grupo Mathiesen, un holding de empresas con exposición en rubros como construcción, minería, alimentos y farmacéuticos. Tienen presencia en todo Sudamérica, además de México, Guatemala, Costa Rica, España y China. Parte de su propiedad está ligada a la familia Von Appen. De hecho, Dag Von Appen Burose es director de la entidad. Lo acompañan Wilfred Hintze, Ernesto Labatut, Arturo Majlis y Klaus Winkler.

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