Luis, más conocido como Lucho, lleva más de 44 años trabajando en el paseo Nueva York. Vivió in situ el boom que experimentó este tradicional sector de la capital gracias a la Bolsa de Comercio de Santiago, que desde principios del siglo XX tiene su edificio corporativo en la intersección de las calles La Bolsa y Bandera. Vio la llegada de nuevos locales comerciales -como sastrerías e incluso tiendas que solo vendían exclusivas camisas a medida-que buscaban una tajada de las abultadas billeteras de los corredores de bolsa. 

No obstante, hace varios años, las empresas de intermediación financiera dejaron el centro y se trasladaron al sector oriente de Santiago, específicamente al barrio El Golf, en Las Condes, lo que generó una abrupta caída en los ingresos de todos los comerciantes del sector de la calle La Bolsa. 

Incluso, un alto ejecutivo de una corredora le ofreció a Lucho trasladarse con todos sus implementos de lustrabotas al sector oriente de la capital, pero lo rechazó. Y sigue laburando en la tradicional esquina del centro de Santiago.

A diferencia de él, la mayoría de los locales que atendían a los corredores de bolsa bajaron la cortina. Quedan las cafeterías y restaurantes. Pero de la gloria de antaño queda poco, o mucho, pues la zona se caracteriza por tener algunos de los edificios más emblemáticos de Santiago, como el de -precisamente- la Bolsa de Comercio de Santiago.

No obstante, el inmueble se encuentra a medio ocupar, debido a la incorporación de la tecnología en el mercado de la compra y venta de acciones.

Así, la que fuera una ruidosa rueda de transacciones comenzó a ser reemplazada en 1988 por sistemas informáticos. Atrás quedaron los años de la clásica imagen de la gente comprando y vendiendo acciones a viva voz en el parqué.

Hoy, el edificio alberga las oficinas de la bolsa, pero durante 2020, la administración de la empresa implementó una operación 100% remota debido a la crisis sanitaria generada por el virus Covid-19.

La transformación

La administración de la Bolsa de Comercio de Santiago, encabezada por su presidente, Juan Andrés Camus, ha tomado nota de todos estos cambios en el entorno de su emblemático edificio.

Y, de manera absolutamente silenciosa, el directorio de la sociedad lanzó -hace más de un año- un plan para reformar su tradicional edificio.

El objetivo es revitalizar el tradicional inmueble de cuatro pisos, que ocupa toda la manzana de planta triangular, y que fue construido a partir de 1913 e inaugurado el 25 de diciembre de 1917, en un proceso liderado por el arquitecto Emile Jéquier. Tras el terremoto que afectó a Chile en 1985, fue restaurado. 

Quienes conocen el edificio por dentro, cuentan que una mínima fracción de la propiedad está siendo usada, y gran parte de los metros cuadrados construidos solo están acumulando polvo.

De ahí que la directiva de la bolsa -cuyos dueños son corredoras de bolsa, entre otros accionistas- decidiera llevar a cabo un plan para darle nuevos usos al edificio, que -por cierto- fue declarado Monumento Nacional en 1981.

Esto último pone una serie de restricciones a los usos que se le quieran dar al inmueble. Por eso, se encargó a diversos expertos analizar las potencialidades del edificio para que presentaran sus propuestas y decidirse por la que fuera más rentable.

Se analizaron una serie de intervenciones en otras bolsas de comercio alrededor del mundo, como la de París, en Francia.

El multimillonario François Pinault invirtió más de 200 millones de euros para restaurar el edificio histórico de la Bourse de Commerce (la Bolsa de Comercio de París), ubicado en el corazón de la capital francesa, transformando el inmueble en un museo en el que exhibe una de las colecciones más importantes de arte contemporáneo del mundo, que el empresario reunió durante más de medio siglo.

La Bolsa, que era de propiedad privada, fue recomprada por 86 millones de euros por el Ayuntamiento de París, que luego confió su gestión a una de las empresas del multimillonario galo mediante un contrato de arrendamiento de 50 años. Poco después, el municipio aprobó el proyecto de transformación del edificio en un espacio expositivo de arte contemporáneo.

La idea era que el museo pudiera abrir sus puertas durante el verano de 2020. Sin embargo, por la pandemia tuvieron que cambiar de planes y finalmente se realizó la apertura a mediados del año pasado.

“Hay muchas obras contemporáneas, quizás un poco vanguardistas, que un público que no conoce sobre el tema encontrará difícil de captar, pero espero que intenten comprender, que intenten abrir su mente y esto les permitirá ver las cosas de manera diferente a cómo funciona el mundo, a su propia vida. Es un remedio, es el mejor, creo”, dijo el empresario de la moda sobre su gran apuesta. Este fue el tercer museo que inauguró, ya que hace más de 15 años abrió el Palazzo Grassi y la Punta della Dogana, en Venecia, pero hacía tiempo que quería hacer lo mismo en su país.

A nivel local, las pretensiones de la administración de la bolsa son bastante más ajustadas Pero todo se mantiene bajo absoluta reserva.

Consultado por DF MAS, su presidente, Juan Andrés Camus, declinó hacer comentarios. Dijo que no habla de las decisiones que toma el directorio de la firma.

La sociedad no ha informado públicamente ningún plan sobre su emblemático edificio. En su Memoria 2021, dirigida a los accionistas, se detalló: el directorio efectúa, al menos una vez al año, un recorrido por las dependencias e instalaciones de la Organización, lo que se suspendió el año pasado por la pandemia. Se añadió que el gerente general y sus principales ejecutivos sí realizan de manera periódica visitas en terreno por las dependencias de la Bolsa.

La entidad también se ha sumado a la celebración del Día del Patrimonio en Chile, instancia que busca acercar a la ciudadanía hacia la cultura a través de recorridos, abriendo al público sus instalaciones principales.

Hacer esto, de manera permanente, es una de las opciones que se baraja en el plan de revitalizar el antiguo edificio.

Según conocedores, entre las opciones que se evalúan está implementar un gran espacio para albergar exposiciones y, así, integrar el inmueble con el entorno. También está sobre la mesa el desarrollo de un sector para oficinas tipo cowork y un área para mini bodegas, negocio que ha crecido con fuerza en el país en los últimos años. 

Incluso, se baraja transformar metros cuadrados del edificio en un hotel boutique. Pero, hasta ahora, no hay ninguna decisión tomada por parte del directorio de la bolsa.

El tema de la seguridad en el centro de Santiago sería una arista que habría tomado mucho relevancia, explican bajo reserva personas que conocen del proyecto.

Estas mismas fuentes aseguran que la iniciativa se mantiene en análisis y aún no se define qué tipo de obra se llevará adelante. Lo que estaría claro es que algo se va a hacer.