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Jorge Said Yarur, el accionista incómodo de Latam
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La semana pasada Jorge Said Yarur durante una junta de accionistas lanzó duras palabras a Roberto Alvo y los Cueto, accionistas de la aerolínea en proceso de salir del Chapter 11: “Gente como ustedes son artistas de la manipulación y el engaño (...) gracias a empresarios como usted, señor Cueto, las personas salieron a destruir Chile, indignados”, disparó.
El empresario, quien posee menos del 1%, es uno de los que lidera los reclamos por el arreglo al que llegó la compañía en Estados Unidos para salir de la reestructuración, tras acogerse al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de ese país.
Ingeniero comercial (65), Said proviene de una familia dedicada a los negocios. Su padre, Domingo Said Kattan, fue uno de los creadores de Parque Arauco, donde su sobrino, Salvador Said Somavía, hoy es presidente. Su familia fue dueña del Banco del Trabajo hasta 1982 y manejaron una poderosa industria textil bajo la marca Said, que se expandió por Perú, Bolivia y Chile.
Con ellos también ha tenido una serie de disputas legales, que van desde el registro de la marca “Said” y “Grupo Said” ante el Inapi, caso que hoy está en la Corte Suprema. Hoy, dice Said, la relación es cordial y cree que la administración de Parque Arauco lo ha hecho bien.
Pero sobre su cruzada con Latam, dice: “Esto tiene que ver con justicia. Hay muchas familias que han perdido mucho dinero, y no estoy hablando solo de gente rica, sino también de gente que ha ahorrado toda su vida e invertido en Latam. Y lo han perdido todo. Están frustrados, están cansados. Ellos no tienen ni la fortaleza que tengo yo, ni el coraje, el tiempo y la plata para estar detrás de esto”, señala a DF MAS.
Asegura haber perdido $ 14 mil millones desde que invirtió en la firma. Unos US$ 16,5 millones de hoy.
“No me hago ninguna ilusión de recuperar el dinero. Por ahora solo tengo metida en mi cabeza una cosa: justicia”, dice.
El mal vuelo de TAM
Cuando Said comienza a explicar el caso Latam, eleva el tono de voz, mueve papeles, abre pestañas del navegador, consulta su teléfono, adjunta archivos, manda minutas.
A su juicio, todo comenzó en 2010, cuando los Cueto quisieron comprar la brasileña TAM. “Empecé a invertir en Lan en 2008, en plena crisis subprime. Tenía utilidades por US$ 320 millones y deuda por US$ 3.300 millones. Ese era el mejor de los mundos. El 2010 ellos decidieron comprar TAM, y ahí la deuda empezó a dispararse. En 2019 ya estaban en US$ 19 mil millones de deuda”, explica el también accionista del Banco de Chile.
Sostiene que la compra se hizo “a la rápida”, ante el temor de que otros inversionistas entraran a la firma de la familia Amaro que lideraba el negocio y tenía la llave para entrar a ese mercado, el mayor de la región para las aerolíneas. Añade que por lo mismo las sinergias y ganancias que se anunciaron con la compra y posterior fusión nunca se vieron en la nueva LATAM. “Dijeron que iban a crear riqueza a los accionistas. Pero solo crearon riqueza para ellos, para el resto de los accionistas crearon pobreza”, apunta.
Pasos en la justicia
El 7 de diciembre de 2016, Said fue a la justicia civil chilena para demandar a los hermanos Enrique, Ignacio y Juan José Cueto Plaza, además de a Latam misma. Pidió que le pagaran los $ 14 mil millones por las pérdidas que generó la caída de las acciones debido al “desprestigio que tuvo la compañía por el exceso de multas que se pagaron, en torno a US$ 278 millones a nivel mundial, por colusión y corrupción”, detallando que la firma pagó multas y acuerdos a las autoridades de Estados Unidos, Unión Europea, Canadá, Brasil y Argentina.
En su respuesta, los hermanos Cueto sostuvieron en el Diario Financiero en 2017 que Latam “ha sido una de las empresas más brillantes administradas en nuestro país”.
Esa denuncia hoy está a la espera de un fallo en la Corte Suprema.
Por estos días, junto al abogado Guillermo Giugliano, prepara su próxima ofensiva: denunciar a los directores de la firma desde 2010 por administración desleal.
La pandemia
Según Said la pandemia no fue la que echó a tierra Latam. Sino que una suma de malas decisiones, acusa.
“Primero, le echaron la culpa al due dilligence con TAM, que estaba mal hecho. Después le echaron la culpa al mercado brasilero. Y de repente les cae del cielo la pandemia y se meten al Chapter 11. Ni siquiera han respetado la legislación chilena, que permite hacer quiebras transfronterizas. El Chapter 11 se presta para abusos, con un juez que protege al controlador y la compañía para que nadie lo demande. ¿Dónde queda la ley chilena, dónde queda el territorio nacional? Yo compré acciones de una empresa chilena, en la bolsa chilena y ahora la maneja un juez de Nueva York”, se enoja Said.
Y todo esto lo reiteró ante la Comisión para el Mercado Financiero en octubre de 2019 cuando le pidió al fiscal del regulador, Andrés Montes, que investigara la denuncia que unos meses antes hizo el dueño de GOL, Henrique Constantino, asegurando que con Latam y Avianca tenían un fondo común para sobornos.
Said fue llamado a declarar por ello al año siguiente. Ante cuatro funcionarios de la CMF, entre ellos el mismo Montes, el también empresario inmobiliario presentó una relación entre los movimientos financieros de los Cueto y el valor de las acciones de Latam, mostrando que ellos siempre salían favorecidos como con la venta de un porcentaje a Delta.
Relató que antes de que la firma decidiera acogerse al Capítulo 11 en Nueva York, en la junta de accionistas de 30 de abril, él mismo levantó la mano para decir que como la pandemia venía para largo, lo mejor sería que Latam devolviera 100 aviones que tenía en leasing, de los 340 de la flota. Y que a la mitad de lo que le quedara, le sacaran los asientos y los transformaran en carga para e-commerce internacional.
Dice que no le hicieron caso en nada.