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Qué hace la tercera generación Briones, más allá de Cementos Bío Bío

Qué hace la tercera generación Briones, más allá de Cementos Bío Bío

Tras la separación de negocios que hubo entre los hijos de Hernán Briones Gorostiaga, solo dos ramas se mantienen en Cementos Bío Bío (CBB). Pero las otras tres líneas familiares -de Anita, Felipe y Loreto Briones Goich- no están ajenas al mundo de los negocios, pues la tercera generación de cada uno de estos clanes ha sido prolífica en el desarrollo de emprendimientos.

Por: Azucena González | Publicado: Sábado 23 de noviembre de 2024 a las 21:00
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Una compañía que transa en bolsa, pero que es bastante ilíquida dada su estructura de propiedad, lleva ya dos semanas robándose las miradas y la atención del mercado. Se trata de Cementos Bío Bío, más conocida como CBB, que atrajo la atención de dos compañías internacionales que intentan quedarse con al menos parte de su propiedad, en medio de anuncios de ofertas aún en total desarrollo (ver recuadro).

Cofundada en 1957 por el empresario y dirigente gremial Hernán Briones Gorostiaga, con Alfonso Rozas Ossa -ambos ya fallecidos-, hoy el mayor accionista de CBB es la sociedad Inversiones Cementeras, en la que participan sólo dos de cinco hijos que dejó Briones Gorostiaga, pues en distintos procesos en el pasado, la segunda generación integrada por los hermanos Hernán, Anita, Felipe, Pablo y Loreto Briones Goich, se dividieron los negocios.

Primero fue en 2007 cuando Felipe Briones Goich dejó la entonces matriz de los negocios, Inversiones y Desarrollos (Invesa), saliendo por tanto de CBB e Indura, entre otros negocios que por aquel entonces integraban este grupo empresarial, y se quedó en solitario con Yadrán, la firma orientada a la producción y exportación de salmones y que según su memoria 2023 logró ventas totales por US$ 273 millones.

Otro capítulo ocurrió cuando en 2020 las hermanas Anita y María Loreto Briones vendieron su participación del 19% en CBB, lo que viabilizó la entrada de la cementera peruana Yura a la propiedad.

Así, sólo Hernán y Pablo Briones Goich se mantienen en la cementera, a través de la mencionada sociedad Inversiones Cementeras, con el 41,81% del accionariado. Y otros negocios que antaño formaron parte del grupo, fueron vendidos o cerraron en el pasado reciente. Fue el caso de Indura -transferida a Air Products en dos transacciones, en 2012 y 2015-, y HBC, el negocio de relojería de alta gama, que cerraron en 2021 y que manejaba marcas como Cartier, Omega y Montblanc.

Aunque alejados de la cementera, las otras tres ramas familiares -de Anita, Felipe y Loreto Briones Goich- no están ajenas al mundo de los negocios, pues la tercera generación de cada una de estas familias ha sido prolífica en el desarrollo de emprendimientos y empresas. Proyectos inmobiliarios en Chile y Estados Unidos y hasta una veta conservacionista aparecen entre estos nietos del fallecido cofundador de CBB.

Diseño y descarbonización

Dos hijas de Felipe Briones Goich, Josefina y Victoria Briones Marasovic, ya se han sumado al directorio de Yadrán, que preside su padre. Ambas diseñadoras PUC de profesión, Josefina Briones maneja además su propio negocio, la oficina de diseño y branding BrionesUndurraga, en sociedad con la también diseñadora PUC María Ignacia Undurraga, y que ha tenido clientes de la talla de Juan Valdez, Parque Arauco, Ripley, P&G Larraín, CCU, entre otras varias grandes compañías. Y Victoria Briones, también MBA de la Universidad de Chile, participa en el Chilean Salmon Council, en Estados Unidos, en representación de Yadrán.

Otro hermano de esta rama, Felipe Briones Marasovic, ingeniero comercial PUC y también con estudios en la Universidad de California, San Diego, está dedicado al emprendimiento, cofundando la firma Living Metrics, en sociedad con Rodrigo Medina. Esta firma se dedica a transformar datos en acción climática, ayudando a empresas a gestionar sus emisiones. En el detalle, con la utilización de IA ayuda a diseñar y priorizar proyectos de descarbonización en las compañías. Una cuarta hija, Belinda, está radicada en el extranjero.

Proyectos en Austin

De la rama de Anita Briones Goich, Camilo Justiniano Briones, ingeniero civil industrial PUC y MBA en Stanford, tras trabajar como consultor en McKinsey en Estados Unidos y haber ejercido cargos ejecutivos y directivos en compañías del Grupo Briones -fue director de CBB, por ejemplo-, hoy es socio de Neo Rentas AGF.

Neo Rentas es una gestora de inversiones en la que cohabitan cuatro socios, pues además de Justiniano, están Gastón Donoso (ex D&S), Carlos Fell (ex JP Morgan) y Luis Felipe Lehuedé (ex Ceo de Red Megacentro), y que se dedica a invertir y administrar proyectos de renta y desarrollo inmobiliario. En su rubro maneja tres áreas de negocios: desarrollo de centros comerciales y proyectos inmobiliarios en Chile, y tres proyectos en Austin, Estados Unidos.

Sus hermanas Sylvia y Anita Justiniano Briones, en tanto, están dedicadas a la fundación Educacional Hernán Briones Gorostiaga. La primera como directora y la segunda como directora ejecutiva de esta organización sin fines de lucro, que inició su trabajo en 2008, en Guanaqueros, donde la familia Briones tiene lazos de larga data, y que, como su nombre lo indica, se dedica a apoyar la educación con diversos proyectos y becas.

Boulder, Colorado

En la rama de Loreto Briones Goich, también hay una veta inmobiliaria, pues su hijo Rodrigo Landea Briones, ingeniero comercial de la Universidad de Chile, y con un MBA de la Universidad de Colorado Boulder, tras trabajar en LarrainVial en años pasados, cofundó la firma Capital Storage, una gestora inmobiliaria también con proyectos en Chile y Estados Unidos.

Creada en 2017, en Capital Storage también participan como cofundadores Matías Peró y Juan Pablo Roselló, y se dedica a gestionar patrimonio de personas naturales y familias, a través de vehículos de inversión que invierten en el rubro inmobiliario. En el detalle, en su portafolio están cinco fondos, cuatro de los cuales están destinados a activos en Estados Unidos -tres en Boulder, Colorado, y uno en Florida-, de oficinas, renta residencial y terrenos para futuros proyectos.

Otra hermana de esta rama, Rafaela Landea Briones, es cofundadora de un proyecto conservacionista, la Fundación Centinela Patagonia, que se define como un grupo de profesionales -biólogos marinos, ingenieros, artistas, pescadores y ciudadanos- que buscan preservar el medio ambiente de Chiloé y la Patagonia, reduciendo los impactos antropogénicos en la vida marina y los ecosistemas.

En la página web de la entidad, Rafaela Landea describió que su conexión temprana con el mar la llevó a estudiar para ser instructora de buceo y luego hacer una licenciatura en Gestión del Ecoturismo en Chile (en la Unab), haciendo su tesis sobre el desarrollo de rutas marinas de ecoturismo y buceo ecológico dentro del área marina protegida de la Isla Grande de Atacama, en el norte de Chile. Y que fue allí que se conectó con la conservación marina como carrera profesional.

En 2011 trasladó su foco hacia la Patagonia, lo que derivó en la creación e implementación del Instituto de Investigación del Ecosistema Melimoyu (MERI), cuyo trabajo ha estado centrado en la conservación de las ballenas azules en el golfo de Corcovado, en Chiloé. En 2015 viajó a Australia para estudiar el programa de Maestría en Gestión Ambiental en la Universidad de Queensland (UQ), especializándose en Conservación y Gestión de Recursos Naturales.

Mientras Rodrigo y Rafaela Landea Briones también participan en la fundación Hernán Briones Gorostiaga, Lucas Landea Briones, ingeniero comercial de la Universidad de Chile y con un MBA de la IE University de Madrid, España, trabaja en Alza AGF. Según la memoria 2023 de esta compañía, se desempeña como gerente general subrogante. Y Juan Landea Briones, 26 años -el menor de todos los miembros de la tercera generación-, estudió derecho en la Universidad de los Andes, hizo una pasantía en Carey y hoy está en su práctica en la Corporación de Asistencia Judicial de Lampa, el último paso para titularse.


MLC: “Latinoamérica es un objetivo geográfico”

Fue en marzo de 2019 cuando el gerente general de Cementos Bío Bío, Enrique Elsaca, anunciaba en un evento en el Sky Costanera, la nueva imagen corporativa de la compañía, que pasó a llamarse CBB.

El mensaje era implícito: la firma no era sólo cemento, sino que también otros negocios, incluido la cal. Un producto estrella para la gran minería metálica y del litio, que fue el que precisamente hizo que esta semana se develara al mercado que la gigante estadounidense con sede global en St. Louis, Missouri, Mississippi Lime Company (MLC) -que no es una cementera, sino una firma centrada en el negocio de producción de cal para diversas industrias-, había puesto sus ojos en la chilena y estaba negociando desde mayo con accionistas de CBB, que podría traducirse en una oferta por el 100% de la firma chilena.

El anuncio se dio estando ya en curso una Oferta Pública de Adquisición de Acciones (OPA) hecha por el grupo peruano Yura, que ya es accionista de CBB, y cuya oferta no ha sido bien recibida por accionistas y miembros del directorio de la chilena, según han transparentado en sus informes exigidos por la ley de OPAs.

En fríos números, por ejemplo, el presidente de la compañía, Felipe Vial Claro, dijo que la oferta de Yura valora a CBB en 4,7 veces el Ebitda estimado de 2024, índice que consideró bajo para transacciones en la industria de cementos y cales.

También apuntaron a que aumenta la presencia de un competidor en el negocio. “Tampoco puede resultar indiferente el que los controladores de Yura Chile son competidores directos de CBB en algunos mercados. La presencia de un competidor con cerca del 40% de las acciones de la compañía puede ser fuente de conflictos de interés”, dijo tajante Katia Trusich, directora de CBB, elegida con votos del grupo controlador.

Y otros apuntaron a que como CBB busca llegar al 40% de la propiedad con esta OPA, los accionistas sólo podrían vender parte de sus acciones, quedando en una compañía con menos liquidez, dada la prorrata que conlleva.

La disyuntiva para los accionistas está dada porque si bien la oferta de Yura tiene aquellos varios “peros”, es una oferta a firme. En la otra mano, está la oferta de MLC, mucho mejor en precio y por el 100% de la propiedad -o sea, todos los accionistas podrían vender todo si quieren-, pero al menos hasta ahora se trata de una oferta no vinculante, incierta, y que eventualmente podría no traducirse en una operación concreta.

Con ese escenario, el tiempo juega un rol crucial en la transacción, pues la OPA de Yura está vigente hasta el 13 de diciembre (prorrogables si la firma peruana lo quiere), por lo que -dicen entendidos- hay cierta ansiedad porque antes de esa fecha MLC decida su curso de acción respecto de CBB. “Si para esa fecha no se hubiera pronunciado MLC, cada accionista debería evaluar qué hace con la información que haya disponible”, dijo el director nominado por Yura, Ignacio Pérez Alarcón, en su carta.

Otros en cambio, bajo reserva, ven que el riesgo de que MLC no concrete su oferta es bajo, pues las propias firmas especificaron que el due diligence está terminando y la estadounidense ya ajustó el valor que le asigna a CBB -US$ 400 millones-, datos con lo que, estima un accionista, hay pie para creer que es bajo el riesgo de que no se traduzca en una OPA.

Desde MLC, a través de una declaración por escrito, dieron algunas luces del interés por CBB. Dijeron que se centran en realizar inversiones estratégicas para el crecimiento a largo plazo, a través de la expansión geográfica y la diversificación del mercado final.

“MLC se ha expandido recientemente más allá de Norteamérica con una adquisición en Europa, y Latinoamérica es un objetivo geográfico. Estamos entusiasmados con las perspectivas positivas de crecimiento en la región y con los productos esenciales que CBB proporciona a muchos sectores críticos. MLC y CBB también han trabajado juntos en oportunidades comerciales específicas en Chile. Vemos a CBB fuerte como un actor regional líder con activos a escala en Chile, Argentina y Perú”. Y agregaron que su oferta indicativa actual, se basa en los resultados de CBB y en el due diligence en curso.

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