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La conquista de Aramco: cómo Southern Cross vendió el negocio de distribución de combustibles de Petrobras en unos US$ 400 millones
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Varios de los asistentes al encuentro en Inglaterra -que había terminado el día anterior y que reúne al mundo privado local y autoridades con inversionistas de ese país- felicitaron a ambos profesionales: Southern Cross, la firma de la cual ellos son socios, estuvo detrás del deal que es catalogado como “el negocio del año”.
“Se trata de una de las transacciones de private equity más importantes que se han hecho en Chile”, acota un conocedor.
El deal se selló con un almuerzo -en el que hubo discursos, abrazos y brindis entremedio de degustaciones de pescados y todo tipo de preparaciones- en un salón privado de un restaurant cerca de la oficina de los árabes, en la zona Mayfair, y al que asistieron cerca de 15 personas, todos quienes tuvieron un rol activo en la transacción.
Entre ellos, Besa y Sotomayor, además de Mansour Al Turki, Nader Douhan, Mohammed Al Qahtani y Yasser Mufti, por parte de Aramco (este último es el máximo líder de la firma). También hubo tiempo para tomarse fotos con los socios.
El inicio
(En la foto de arriba) de izquierda a derecha, adelante: Raúl Sotomayor, socio de Southern Cross; Mansour Al Turki, presidente de Aramco Europa. Atrás: Jaime Besa, socio de Southern Cross; y de Aramco, Yasser Mufti, Nader Douhan y Mohammed Al Qahtani.
Justo en 2015 Southern Cross -entre cuyas inversiones más llamativas en Chile están la compra de La Polar en 1998, Supermercados del Sur, Essbio, entre otros proyectos energéticos- sumaba en sus filas a un nuevo socio: Jaime Besa, ingeniero civil de la UC -en ese momento sub 40-, quien antes se había desempeñado en el Deutsche Bank y luego en Drake.
En la firma de Nicolás Ibáñez -de quien aún es muy cercano- estuvo detrás de dos grandes negocios: la segunda etapa de la venta de Lider aún en manos de los hermanos Nicolás y Felipe Ibáñez a Walmart, y la adquisición de Papa John’s. Luego desde Southern Cross, fue Besa quien lideró -siempre en conjunto con sus socios- la compra de Petrobras, lo que, según cuentan conocedores, implicó más de 20 viajes a Río de Janeiro en 24 meses.
Una vez concretada la compra por Southern Cross, la empresa se dividió en tres áreas: la inmobiliaria, a cargo de Patricio Ábalos, y que incluye que a través de la sociedad Baker mantendrá la propiedad de 95 sitios en arriendo a Esmax. La de infraestructura, donde Southern Cross seguirá con su participación en Sonacol, y en SIAV, la red de almacenamiento de combustible para aviones en el aeropuerto de Santiago. Y por último, la distribuidora de combustibles, que cuenta con 300 estaciones y 150 tiendas de conveniencia, a cargo de Carlos Larraín.
Lo que ahora se vendió a los árabes, fue precisamente este último negocio. “La estrategia fue comprar y separar Petrobras. Y ahora Southern Cross está vendiendo la primera pata. Todavía les quedan dos grandes operaciones”, aclaran personas al tanto. Y explican que ese proceso sigue su curso y que debiera haber novedades pronto.“Es un negocio enorme, enorme: se vendió uno de los tres giros de la reestructurada Petrobras por casi el mismo precio que se compró la empresa completa”, acota un experto.
El viaje a Aramco
¿Cómo fue que llegaron a los árabes? Cuentan que cuando Besa conoció el tamaño de dicha empresa estatal -que hasta ahora no tenía presencia en Latinoamérica- se propuso alcanzarlos. Y lo hizo, hace dos años, a través de un contacto que tenía en Motiva, filial de Aramco en EEUU.
Así, después de viajes para allá y para acá, consiguió una reunión en Dubái con parte del equipo. Aquello, dicen conocedores, habría ocurrido hace un par de meses y fue el inicio de un complejo deal -gap cultural, negociar con jeques, además de la brecha del idioma- que terminaría este viernes 15, cuando los chilenos volaban de vuelta al país. Del entorno de Besa -a quien describen como obsesivo por los detalles- señalan que el ingeniero se nutrió de cuanta información y documentación encontró -entre ellos prensa local y el programa de gobierno Saudi Vision 2030 (que explica el plan de transformación y expansión del país)-, para entender el tamaño, comportamiento y capacidad de Aramco.
“El plan inicial era sellar la venta antes del Chile Day y llegar a Londres con el negocio ya informado, pero como es una operación compleja y con tantos involucrados, se atrasó”, comenta una persona de este mercado. Otro agrega: “Los ejecutivos de Aramco no sabían prácticamente nada de Chile. Era un destino que no tenían en el radar. Fue Jaime Besa quien puso nuestro país en su mapa”. Entre los equipos que trabajaron en la transacción, destacan al abogado de Claro y Cía., Juan León, quien asesoró a Southern Cross.
“Tienen plan para crecer en el país. Es la estrategia global de Arabia Saudita, del reino, que ha tenido mala imagen, y que ahora quieren revertir. Por eso están detrás de este tipo de inversiones, y de apostar por el fútbol y el deporte, por ejemplo", comenta un conocedor de la compra. Otro añade: "Esto es muy relevante para Chile, porque es una señal de inversión extranjera en un momento difícil”.
¿Cómo seguirá el rol de Besa en Petrobras? Aún está en duda cómo se mantendrá vínculo, Lo que sí está claro es que el equipo chileno se queda con los árabes y que ven con buenos ojos el proceso de libre competencia que ahora se abre.
“Aramco no tiene nada en la región, así es que no hay riesgo de monopolio por acá”, dice un experto. Los socios de Southern Cross, a su vez, preparan un viaje ojalá dentro de este año a Dhahran, donde está la casa matriz de la compañía de Arabia Saudita.