Punto de partida
Bahari: La startup que busca salvar los océanos de Chile
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El 2019 Javier Bazán (28) y Fabian Kober (28) naufragaron durante una noche en una excursión de buceo en Punta de Choros. Sobrevivieron por poco, y en ese minuto tomaron la decisión de cambiar sus vidas y dedicarse a lo que les apasionaba: el mar.
Bazan y Kober, que son amigos desde niños, se convirtieron en socios. Menos de un año después se les unió Catalina Flaño (28) y los tres fundaron Bahari, que significa “persona de mar” en swahili, idioma que se habla en Kenia y Tanzania.
La startup que ya cuenta con su propio marketplace y app, pretende digitalizar operadores turísticos locales y ofrecer a viajeros la posibilidad de acceder a experiencias en el mar, ríos y lagos a lo largo de todo Chile con la idea de acercar a las personas al medio ambiente y a su conservación.
Estos tres amantes de la naturaleza se formularon una pregunta “¿Cómo hacer para que más personas vean y conozcan el problema detrás de la contaminación de los océanos y en el proceso generar un negocio rentable?”, cuenta Bazán. Fue así como juntos encontraron una buena oportunidad al darse cuenta de que el 80% de los operadores turísticos en Chile no estaban digitalizados en ninguna aplicación como Airbnb o Booking.
Crearon su plataforma y en febrero estaba lista para lanzarse, pero necesitaban contar con el apoyo y presencia de los operadores. Por lo mismo emprendieron un viaje en casa rodante y recorrieron gran parte de la costa del país. En ese trayecto lograron reclutar y capacitar a más de 60 operadores y anfitriones para que se unieran a Bahari. Para ellos era clave “conocer los problemas en terreno, con las botas puestas”, comentan.
Buen timing
Ocho meses después el sitio web y la aplicación, desarrolladas por Kober, se encuentran en pleno funcionamiento. Ya cuentan con más de 100 anfitriones y 400 experiencias que van desde clases de buceo y deportes náuticos hasta excursiones acuáticas por todo el terreno nacional. El rápido crecimiento de Bahari lo atribuyen en parte al buen timing que tuvieron con la pandemia.
“La gente quiere salir de la casa, de la oficina, entonces eso nos ha jugado a favor y creo que hemos sabido aprovecharlo”, explica Bazán.
Los tres invirtieron sus ahorros para arrancar el proyecto: $ 30 millones y hace unos meses atrás, levantaron un monto similar de parte de Corfo Antofagasta.
Y ahora quieren saltar a otros mercados de la región; Perú, Ecuador, Argentina y Centroamérica están en la mira y esperan además mejorar la tecnología y funcionalidad de su marketplace que en el último semestre ha crecido un 20% mensualmente. Su idea es levantar US$ 500 mil entre diversos inversionistas para ello, y adelantan que ya tienen al menos un 40% comprometido.
Los inversionistas que buscan deben entender el concepto detrás de Bahari: no es sólo una app de experiencias, sino que además compromete un aporte a las zonas que cubre. En noviembre esperan lanzar un programa que, en colaboración con distintas fundaciones, permita a sus clientes donar el 5% de sus pagos a causas ambientales relacionadas a la conservación de los océanos. Este porcentaje implica un tercio de los ingresos de la startup. “Le estamos diciendo al mundo que Bahari trabaja un tercio de su tiempo para la conservación de los océanos, eso es una señal riesgosa pero muy potente sobre todo para los inversionistas”, explica Bazán.
El centro de todo
Su modelo de mercado funciona como un marketplace de experiencias, así lo define Bazán, quien lidera la operativa comercial. A través de su página web y aplicación los anfitriones o colaboradores publican de manera gratuita las actividades que ofrecen, como clases, cursos o excursiones. Luego, los clientes reservan las actividades directamente a Bahari, que se lleva un fee del 15% del precio final.
Para ellos “el turismo es una alternativa cada vez más viable de desarrollo para las comunidades costeras y un negocio que puede poner a la naturaleza y su conservación en el centro”, explica Catalina Flaño, quien además de socia es encargada de marketing. Agrega que ello puede ser una forma mucho más amigable de desarrollar a las comunidades locales.
Bahari ya trabaja con anfitriones de distintas comunidades a lo largo del país. Además de su sede en Viña opera en Antofagasta, Valparaíso, Los Lagos y Magallanes, entre otros.
Catalina insiste en que a través de la startup buscan que la gente se involucre también en el problema de la contaminación de los océanos.
“Leyendo o viendo un documental uno no termina de entender la problemática. Pero cuando te metes al agua y ves las botellas de plástico, los animales atrapados o muertos o los corales dañados...duele la guata. Eso es lo que estamos intentando hacer: que la gente se maraville pero tome conciencia”.