Al igual que todos los practicantes que pasan por Bloomberg News, la periodista chilena Camila Russo (35) aspiraba a quedarse trabajando en la agencia de noticias de la plataforma financiera. Pero al terminar su práctica de tres meses, le avisaron que no había sido seleccionada para permanecer en el puesto. “Fue un shock”, cuenta casi 12 años después.

El grupo de 15 pasantes organizó una comida de despedida en un restaurant frente al Central Park y esa noche Camila decidió que no quería abandonar Nueva York ni su aspiración profesional. Volvió a las oficinas de Bloomberg para hablar con su jefe de práctica, le mostró las métricas de lectoría que habían conseguido sus artículos, intentando entender por qué no había conseguido un cupo. Le dijeron que evaluarían su caso y finalmente decidieron darle tres meses más de prueba. Al término de ese periodo la contrataron y se quedó ahí durante más de ocho años.

Russo estudió periodismo en la Universidad Católica, hizo su primera práctica profesional en El Mercurio y luego realizó un máster en la Escuela de periodismo Medill en la Universidad de Northwestern, Chicago. Ahí comenzó a inclinarse por el periodismo financiero: “Nunca pensé que me iba a interesar por el mercado y los números, antes yo era más humanista. Pero en Northwestern tomé un ramo de periodismo financiero y me di cuenta de que permite una visión más objetiva del mundo basada en datos”.

El aprendizaje

Ya contratada en Bloomberg, partió a Buenos Aires, donde estuvo cuatro años y medio. “Yo era la corresponsal principal de mercados y me tocaba cubrir controles cambiarios, inflación, default, y todos los problemas crónicos de Argentina, entre 2012 y 2015”, cuenta la chilena.

En 2013 escribió su primer artículo sobre criptomonedas porque había una incipiente comunidad de usuarios argentinos de bitcoin que utilizaban esta moneda para evitar la inflación y los controles cambiarios.  En ese momento le pareció interesante la idea de una divisa independiente sin gobiernos, bancos centrales ni intermediarios, pero, reconoce, jamás imaginó el alcance que tomarían las criptomonedas.

Luego Camila fue transferida a Europa y trabajó casi dos años en Madrid. Comenta que viniendo de un escenario tan volátil como Argentina, la estabilidad del mercado europeo le resultó algo aburrida. Entonces volvió a Nueva York, a principios de 2017, para integrarse al equipo de Bloomberg Market Live, una especie de blog en tiempo real con comentarios y análisis de mercados macro.

“En esa época las criptomonedas agarraron mucho vuelo, cada vez había más demanda de los lectores por noticias de bitcoins y me pidieron que yo cubriera el tema. Fue muy entretenido”, recuerda la periodista.

La máquina infinita

En paralelo, Camila siempre había querido escribir un libro y buscaba alguna historia relevante que aún no se hubiera contado. Convertida en una entendida en el tema, decidió escribir sobre Ethereum, criptomoneda creada en 2015 que por capitalización es la segunda más grande después de Bitcoin “y que además tiene más aplicaciones que mandar y recibir dinero”, explica la especialista.

“Ethereum merecía tener un libro, porque había cambiado la historia del blockchain e impulsado parte del boom de 2017”, afirma. Además, le interesaba la historia de su cofundador, el ruso Vitálik Buterin, que a diferencia de Satoshi Nakamoto de Bitcoin, se trata de una persona real y pública: “Quise contar cómo se formó Ethereum, el drama que hubo entre sus fundadores, los ataques que recibieron y cómo sobrevivieron”.

Propuso la idea del libro a distintas editoriales, y se quedó con la oferta de Harper Collins. Reporteó y escribió durante 2018 y parte de 2019, y el año pasado finalmente publicó The Infinite Machine, How an army of Crypto Hackers is building the Next Internet with Ethereum. Aunque en Bloomberg le habían dado tiempo para enfocarse en su escritura, en enero de 2019 decidió renunciar y darle dedicación exclusiva al libro para terminarlo de la mejor manera. Además sentía que ocho años trabajando en un mismo lugar era más que suficiente y quería independizarse.

Como parte de su investigación se adentró en la comunidad de esta criptomoneda y participó como observadora en hackatones y foros. “Aunque en paralelo Ethereum iba cayendo en el mercado, nunca dudé de su importancia, porque vi lo que estaban construyendo. Y me di cuenta que está emergiendo este nuevo sistema que es DeFi (decentralized finances) o finanzas descentralizadas”, señala Russo. (Ver recuadro al fin de la nota).

Un nuevo orden financiero

Explica que a diferencia del sistema financiero actual, DeFi son redes abiertas y eso permite que la innovación ocurra más rápido. “Son realmente globales (no dependen de regulaciones locales), más abiertas, veloces y baratas: uno puede transferir millones de dólares en un segundo, sin intermediarios, sin comisiones ni días hábiles para que se procese la transacción. Para mí DeFi es el futuro de las finanzas”.

Como éstas tenían poca cobertura en los medios, Camila decidió crear un newsletter dedicado a esta especialidad que bautizó The Defiant, juego de palabras que combina la denominación con el espíritu de desafiar el orden financiero establecido.

En una entrevista en un canal de YouTube, la periodista comentó que estaba pensando armar un newsletter sobre DeFi, y así consiguió sus primeros cinco suscriptores. El mail #1 lo envió en junio de 2019. Luego sus seguidores de Twitter se fueron sumando y lo que comenzó como una idea de ocupación partime, creció de manera rápida y orgánica. Además del newsletter diario, Camila lanzó un podcast y un canal de YouTube, y luego agrupó todo el contenido en Thedefiant.io.

Un medio Web3

“Quiero que The Defiant sea el Bloomberg de DeFi”, afirma la chilena. Con ese propósito decidió levantar financiamiento en SAFE (Simple Agreement for Future Equity), instrumento de inversión en etapa temprana. “Partí pensando en levantar 500.000 dólares, pero alcancé ese monto rápido ya que hubo mucho interés por parte de los inversionistas de DeFi. Finalmente estimé lo máximo que estaba dispuesta a diluirme y llegué a US$ 1,4 millón”. 

Con esos fondos contrató a un equipo de siete profesionales que a partir de enero comenzaron a trabajar para Defiant Media Inc. Son dos periodistas, dos ingenieros programadores, un productor audiovisual, un editor y un encargado de marketing.

“Estoy feliz e impresionada por el interés de los usuarios. Pasé de ser periodista a ser empresaria y fundadora de un medio”, dice riendo. Calcula que el contenido de The Defiant es gratis en su 90% y además existe una versión pagada por US$ 15 al mes y US$ 150 anuales.

Actualmente tiene 20 mil suscriptores al newsletter, 30 mil en YouTube y otros miles suscritos al podcast a través de distintas plataformas. Russo busca seguir creciendo pero manteniendo una estructura liviana, descentralizada y utilizando herramientas de blockchain.

“Quiero que The Defiant sea el primer medio de Web3. Por su volatilidad es difícil predecir qué ocurrirá con las criptomonedas y DeFi todavía es algo nuevo, pero no tengo duda de que en el futuro el sistema financiero va a estar construido sobre estas redes descentralizadas. Simplemente porque funcionan mejor”, resume.