Punto de partida
Cómo afectan los problemas del tráfico marítimo mundial a las PYME chilenas
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“Con mi marido decidimos traer de China ropa y artículos para celulares. Nos fue muy bien la primera vez, pero ahora con lo caro que está el flete marítimo, ya no va a ser tan buen negocio. A lo mejor nos cambiamos de rubro, andamos viendo”, dice Alejandra Toro desde su local en Santiago centro.
Alza de fletes y desabastecimiento. Cambios sorpresivos de itinerarios, cargos por semanas enteras de la mercadería en el puerto. Importar y exportar se ha vuelto cada vez más complicado en Chile y en todo el mundo. El escaso tráfico marítimo y la falta de contenedores están poniendo al límite especialmente a las pequeñas y medianas empresas que deben importar sus productos o materias primas.
Por lo mismo hay menos de algunos productos en las estanterías y los valores de los bienes importados han comenzado a subir por la conjunción del alza del precio de los fletes y la menor disposición de contenedores de gran volumen y con frigorífico.
Pequeños exportadores e importadores alertan que se podrían demorar cada vez más los envíos. Y todo indica que la situación no va a cambiar, mientras el tráfico marítimo mundial siga enfrentándose a las sucesivas olas de confinamientos y reaperturas en diferentes momentos y en diversas partes del mundo, producto de la pandemia.
De Luca asegura que las alzas de precios ya superan el 400%.
Hoy, por ejemplo, los puertos más alejados de las grandes -y más rentables- rutas marítimas están recibiendo menos arribos que antes. Lo ideal era que los barcos dejaran los contenedores con mercadería al llegar y se los llevaran de regreso llenos, en una rotación muy bien coordinada. Pero ahora eso apenas existe.
“Las PYME llevan menos productos, no contenedores completos, por lo que tienen muchas más dificultades para para poder pagar las alzas de precios. A las que más les afecta esta situación es a quienes tienen que traer insumos de China para después generar un producto y exportarlo porque pagan por la importación un sobreprecio y después exportar también se les encarece”, explica Diego Leal, Ceo de Lap Imports Corp, firma que se dedica a acompañar a las PYME exportadoras en su camino a los mercados globales.
Alzas
En la firma Click and Connect, que se dedica a atender especialmente a personas naturales y pequeñas empresas, su fundadora, Paula Pastén detalla que previo a la pandemia el valor de un flete de importación desde China a Chile, para un contenedor de 40 pies oscilaba entre US$ 1200 a US$ 1500. “Hoy en día las tarifas ya han sobrepasado los US$ 12.000 por contenedor”, explicita. Y en el caso de las cargas pequeñas (LCL, en términos del sector) traer a Chile un metro cúbico desde uno de los puertos grandes de China costaba unos US$ 10 e incluso menos antes de la pandemia, pero hoy en día por lo mismo cobran unos US$ 190.
Y añade que ello ha obligado a buscar nuevos proveedores en mercados cercanos a Chile como Perú, Argentina, Colombia o Brasil, ya que “el incremento del flete ha compensado en parte el que los productos latinoamericanos no sean tan económicos como los chinos”, añade.
Ojo con “el tarro”
A las medidas sanitarias más restrictivas y la menor cantidad de contenedores disponibles se ha sumado la priorización de productos considerados de mayor necesidad como los perecederos, lo que ha complejizado más la logística. Como apenas hay contenedores, los movimientos de reposición son más urgentes para facilitar el uso del “tarro”.
A eso se suman algunos conflictos portuarios en diversos países y, cancelaciones de recaladas por distintos motivos, que obligan a ciertas naves a dejar las cargas en otros puertos no previstos. “Hay cargas de importación que cuando bajan del barco, el contenedor ya está atrasado para su devolución, por lo cual ese importador debe pagar un costo asociado”, agrega la directora del centro de desarrollo económico internacional de la Universidad de Valparaíso, Daniella de Luca.
Usualmente los importadores tienen entre 5 a 7 días gratis en el puerto para sacar su carga, pero con todos los probemas ahora se necesitan entre 2 3 semanas y el costo sube.
De Luca asegura que las alzas de precios ya superan el 400%, cosa nunca vista en otras crisis económicas, donde de hecho los valores bajaron.
Por el lado de quienes exportan, la situación no es mejor y los envíos se ha hecho también más complicados. Asegurarse un espacio en el barco es cada vez más difícil. El mar ahora es una pesadilla.