Punto de partida
Cotalker, la plataforma tipo WhatsApp que atrajo a Patricia Angelini y Alvaro Jalaff
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Corría 2016 cuando Nicolás Durán, que entonces tenía su propia firma de creación de software a medida para empresas, empezó a ver cómo WhatsApp penetraba en las dinámicas laborales.
“Era impresionante cómo las compañías dejaban que esa comunicación fluyera y se compartiera información confidencial, de clientes, de reportes. En las minas la gente informaba los accidentes por WhatsApp, en el retail, las campañas de marketing de los puntos de venta, y así”, cuenta el ingeniero comercial.
¿Qué pasaría si construimos un sistema que permita hacer fluir el trabajo dentro de una empresa, pero que estuviera en los procesos de la misma compañía? Con esa pregunta, junto a sus socios Edward Alvarado y Hans Buckel, le dieron forma a lo que hoy es Cotalker, que a fines de octubre levantó US$ 3,2 millones de capital.
Los que apostaron por ellos fueron pesos pesados del mundo del venture capital: Genesis Venture, de Andrés Meirovich y Rodrigo Castro; el fondo Amarena, de Patricia Angelini, Weboost fundado por Marcelo Díaz; Indeed, de Jorge Encina, además de inversionistas ángeles que ya habían apostado por ellos, tales como Álvaro Jalaff, de Grupo Patio; Gonzalo Rojas, de Bethia, y Antonia Rojas.
Para explicar lo que hacen en Cotalker hay que referirse a dos gigantes de las aplicaciones: WhatsApp y Uber.
Funciona así. Por ejemplo, si en una estación de servicio se rompe un estanque de bencina, un empleado del lugar tiene que llamar al call center, identificarse, decir que tiene un problema, indicar su dirección. Al otro lado deben ingresar sus datos y luego hacer otra llamada para ubicar a un técnico que esté relativamente cerca y disponible.
Hasta que llegue y solucione el problema, esa estación de servicio se mantiene cerrada. Concluido el trabajo, ese técnico debe comunicarse con el área de contabilidad y pedir la orden de compra para emitir la factura.
Cotalker digitaliza y automatiza todo ese proceso. Es decir, el empleado de la estación de servicio va a la aplicación de Cotalker, reporta el incidente, eso automáticamente genera una alerta para que un técnico que está cerca y disponible vaya a solucionarlo.
Una vez que el técnico acepta y agenda la visita, se abre un chat que les permite conversar por ahí mismo. En paraleo, la aplicación ya unió esa data con los sistema de contabilidad e inventario, entonces ya saben cuánto material usó el técnico y cuánto costó su servicio.
Intervención humana en todo el proceso, prácticamente no hay. “El trabajo de muchos intermediarios, desde la llamada del call center, la digitación de una factura, se transformó en esto. En Latinoamérica las compañías no están muy orientadas a procesos, están muy orientadas a humanos. Hay un papel por acá, un Excel por allá”, dice Durán.
Un continente entero
En cuatro años perfeccionaron el producto y lo hicieron con una tecnología adaptable a diferentes industrias: la idea es que quien lo use no sea necesariamente un experto en programación. “Lo disruptivo es que abrimos el software, no existe código y cada persona pueda parametrizar sin la necesidad de saber programar”, explica.
Desde que salieron al mercado el año pasado les ha ido muy bien, dicen. En Chile, las estaciones de servicio de Copec y Petrobras operan con Cotalker, lo que los hace tener el 75% del mercado nacional. En Colombia ya cerraron con Terpel y arribaron a Estados Unidos con la cadena Mapco. También tienen clientes como CCU, Puerto Coronel, BCI y Banco de Chile. Unos 30 mil trabajadores usan Cotalker.
En general, ellos pueden digatilizar cualquier proceso, ya sea de recursos humanos, de producción, entre otras opciones.
Eso sí, cuenta Nicolás Durán, costaba convencer al principio a los ejecutivos de esas industrias, y empezaron a tantear mercados. En retail vieron, estuvieron, pero hay muchas herramientas, entonces no entraron.
“Después nos fuimos a las industrias ‘dinosaurias’, que son menos digitalizadas, pero muy operacionales, como los puertos, las mineras, las estaciones de servicio, las de manufactura y ahí vimos la oportunidad”, explica. Empresas de gran tamaño, de todo el continente es el objetivo.
Por eso el aumento de capital que sellaron y que les valió una publicación en Bloomberg global, lo usarán para seguir creciendo fuerte en dos regiones: Estados Unidos y Latinoamérica, donde contratarán equipos comerciales y generarán más soluciones para diversas industrias que puedan usar Cotalker.
“Decidimos invertir porque han desarrollado una tecnología y un producto que soluciona un dolor de varias industrias; han tenido éxito comercial, el equipo es de excelencia y los socios inversionistas son estratégicos y con redes en toda América Latina”, resume Rodrigo Castro, de Genesis Ventures, quienes lideraron la ronda.
“Probablemente de aquí a un año más todas las estaciones de servicio de Latinoamérica usen Cotalker”, dice, sin miedo de apuntar alto, Nicolás Durán.