Punto de partida
Comprar una casa sin pagar un pie, el sueño de la startup Propio
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Enzo Meza voló de Arequipa a Santiago a los 17 años. Tenía familiares que habían hecho su MBA en la Universidad Adolfo Ibáñez, y una tía lo convenció de que hiciera su pregrado en nuestro país. “Tienes que atender tus curiosidades, conocer el mundo y viajar”, le dijo en ese momento. Gracias a este consejo -relata Meza-, “hoy soy bastante valiente y he desarrollado mucha resiliencia, porque cuando uno llega a un país nuevo se enfrenta con muchos desafíos”.
Los primeros años “encontraba la forma de hablar muy extraña y me sorprendía lo politizada que era la sociedad chilena”, recuerda Meza. En la universidad, se encantó de las estadísticas y luego se dio cuenta de que las finanzas eran microeconomía aplicada al mercado de capitales, “y eso me hizo enamorarme de las finanzas”, dice.
Pensaba luego de estudiar irse a trabajar a Europa, pero fue desarrollando su carrera en Chile. Al egresar, trabajó en la AGF de un conocido banco, pero no le gustó, “me aburría mucho”, comenta. En paralelo, era profesor ayudante en el MBA de su casa de estudios, donde colaboraba con el profesor Roberto Bonifaz.
“Si alguien es muy bueno en la vida, tiene que crear algo”
En 2014, este mismo profesor le comentó que buscaban armar un área de activos alternativos en el family office de Roberto Edwards. Le ofreció trabajo como analista. En esos cuatro años, se le abrió la mente. Confiesa el emprendedor peruano que conoció gente muy talentosa y pudo desempeñarse codo a codo con ambos Roberto en R4 Capital.
“Ahí aprendí a trabajar realmente”, afirma el ingeniero comercial, y previo a irse al Mundial de fútbol en Rusia, Edwards le dijo “si alguien es muy bueno en la vida, tiene que crear algo. La gente que es muy capaz, que se desarrolla y que hace cosas distintas, son las personas que crean cosas”. A la vuelta de su viaje, renunció.
Siguiendo los consejos de su mentor, en 2018 Meza armó una empresa para estructurar deuda privada en Latinoamérica. Se asoció con Pilar Bruce y empezaron a otorgar financiamiento a agentes aduaneros, cadenas de cines y otras industrias.
Dos años después lo contactó desde Perú un fondo de inversión. “Me preguntaron qué tesis de inversión me gustaba y podía funcionar allá, les hablé del multi-family rent”, consigna. “Generamos un negocio pero me surgió una inquietud. No es culpa de la tesis, sino que es una realidad, que es el supuesto más importante que la sostiene, y es que para que exista esta inversión de renta, es porque la gente no puede comprar”, dice Meza, y agrega, “ahí decidí crear un modelo de negocio donde la gente pueda comprar sin poner un pie inicial”.
Con esa idea, no sabía si hacer este negocio en Perú o Chile. Al final, se decidió por este último debido a las noticias del mercado. “Escuchaba constantemente los rechazos bancarios, que había restricciones de financiamiento y existía un recalentamiento del sector inmobiliario”, comenta. Con eso, empezó a desarrollar el modelo de su startup, y la llamó Propio.
Tenía el modelo listo para salir al mercado, pero prefirió esperar los resultados del plebiscito de salida del 2022. “El lunes siguiente me reuní con dos amigos para comentarles la idea. Con la votación bajó la incertidumbre de una economía que venía muy exaltada”, afirma.
Una de las personas con quien conversó la idea lo ayudó a hacer una lista corta de posibles inversionistas y la primera reunión que tuvo fue con un family office nacional con activa participación en el mundo VC. “Me contaron que ellos venían analizando este problema hace un año y medio y les interesaba el modelo”, recuerda Meza. Llegaron a un acuerdo y aportantes de este fondo le dieron una línea de deuda de US$ 2 millones; además, adicionalmente levantó una ronda con inversionistas ángeles de US$ 550 mil. Ellos mismos le recomendaron contactarse con el socio de DLA Piper, Matías Zegers para estructurar la ronda, "eso fue clave en el proceso, todo lo que sé lo he aprendido de él", confiesa.
Con ese capital, Propio ya ha hecho cuatro colocaciones con diferentes inmobiliarias en Padre Hurtado, San Bernardo, Ñuñoa y San Miguel. El promedio del valor de los inmuebles -son agnósticos entre departamentos y casas- es de UF 2.805 y apuntan a un público C2 y C3.
Dice Meza que aspiran a convertirse en una institución financiera digital. “No buscamos el modelo de compra con arriendo, queremos financiar el bien raíz, que termina siendo para este sector de la población el activo más importante de la familia”, aclara el CEO. En Chile, compiten directamente con Hogarízate.
Este es un paso previo a acceder a la banca, afirma Meza. “La gente nos contrata por la flexibilidad, entras a Propio con un programa de hasta 60 meses donde la gente puede desarrollar un scoring crediticio que sea comparable al que hoy día el banco está dispuesto a financiar. Si no cumples el programa tienes multas tan altas como las promesas de compraventa que se firman con las inmobiliarias, pero si cumples todos los hitos, tienes la capacidad de decidir si comprar o vender y facturar la plusvalía que se generó”, explica.
Ya ha evaluado 112 casos y esperan cerrar el 2023 con 30 colocaciones. Meza es optimista: su plan es en cinco años más salir a buscar financiamiento de instituciones internacionales como el BID o el IFC. Pero para eso, “tenemos que tener al menos US$ 50 millones colocados”, comenta el emprendedor.