Javier Benavides (30), ingeniero civil de la UC, trabajaba en el área de innovación de Latam en 2018 cuando hubo un problema con los computadores de la empresa: les dijeron que se fueran para la casa porque no se podía trabajar, era fin de mes.

Lo que no pensaron es que este inconveniente también significaría un retraso en el sueldo. Al llegar a su casa se dio cuenta de que no podía pagar el arriendo del departamento. Sabía que tendría la plata en dos días, pero no tenía liquidez para una transferencia. “Me pregunté por qué no se pueden pagar los arriendos con el cupo de la tarjeta de crédito”, explica.

Fue a principios de 2019 cuando junto a Nicolás Chacón (30), ingeniero comercial de la Adolfo Ibáñez y compañero del colegio desde kínder, empezaron a conversar para emprender.

Querían crear algo en el mercado inmobiliario y la primera idea fue una plataforma que compare departamentos con objetividad, no solo el barrio ni el tamaño, también seguridad, ascensores, tuberías y calidad del edificio.

Esto no prosperó, pero la idea de pagar el arriendo con tarjeta de créditos sí. Así –mientras los dos se preparaban para casarse– nació Neat Pagos, una plataforma para pagar todo tipo de cuentas con tarjeta de crédito con una comisión de 0,79%.

La pareja de amigos de San Felipe acordó que ambos debían trabajar full time en la fintech para que funcionara. Benavides –que había renunciado a LATAM– sería el CTO y Chacón –que venía llegando de vivir en Australia–, el CEO.

Hoy, han transferido cerca de US $40 millones en pagos de cuentas, ya tienen más de 10.500 usuarios y levantaron US $400 mil con inversionistas, entre ellos algunos de los fundadores de Fintual –Omar Larré es advisor– o el de PuntoTicket, Danton Viñales. Han crecido 50% en lo que va del año.

De 60 a 1.000 clientes

En agosto de 2019 lanzaron la primera versión de Neat. Benavides cuenta que “compartimos la aplicación con nuestros amigos y familiares, teníamos no más de 10 clientes”. A las dos semanas vieron el pago de un nombre desconocido. “Pensé, ‘debe ser amigo de Nico’; él creyó que era amigo mío. Así, sin difundir la página tuvimos nuestro primer cliente. Nunca supimos cómo llegó”, recuerda.

A finales de diciembre del mismo año “nos llegó un mail de MasterCard preguntando si nos queríamos juntar con ellos”, recuerda el CEO. Tenían dudas y poca experiencia. “Pensaba que nos querían copiar o robar la idea, puras cosas negativas”, afirma el CTO. La reunión fue un éxito y a la semana siguiente les escribieron del Banco Falabella.

“Llegamos al edificio corporativo en el centro, muy nerviosos, con traje, los únicos vestidos así de todo el edificio,” señala Benavides. Los hicieron pasar a la sala de reuniones más grande del lugar y ahí los esperaban 12 ejecutivos de Mastercard y Banco Falabella.

Hicieron su presentación y la reunión fue un éxito: en enero del 2020 sellaron una alianza que les daba beneficios a los clientes del banco y en dos semanas pasaron de 60 a mil clientes. “Fue entretenido, porque vieron mucho potencial en nosotros, creamos un mercado nuevo que a ellos les convenía. Ahí empezamos a explotar”, relata Chacón.

Lo que les rondaba en la cabeza a los fundadores era: si se puede pagar un televisor con tarjeta de crédito y cuotas, o la comida del día con este mismo medio de pago, ¿cómo no se va a poder pagar la cuenta más importante del mes así?

“Dijimos, démosle la oportunidad a las personas a que gasten su cupo en las cuentas caras, que se beneficien de eso y además ordenen sus gastos. Con esto –comenta el CEO– no estábamos incentivando el consumo que genera tanta deuda, sino que hacíamos que algo que ya existía pasara por un medio de pago distinto”, indican.

Después de esa reunión tuvieron un impulso anímico y salieron a buscar alianzas con otros bancos. Y, a pesar de que algunos inversionistas les advirtieron que perderían el tiempo y no conseguirían nada, lo concreto es que cerraron con Itaú, Santander, BCI, Mastercard y Transbank.

Las tablas para asado que nunca se vendieron

Los fundadores se conocen desde hace más de 25 años. Benavides cuenta que le encantaba ir a la casa de sus amigos en San Felipe porque ellos tenían internet, y él recién accedió a aquella herramienta en cuarto medio. Chacón, entre risas, agrega: “Todos teníamos un Nintendo en esa época y lo usábamos para jugar. A Javier le gustaba desarmarlo, siempre fue el técnológico de los amigos. Cuando llegamos a Santiago y tuvo wifi, no lo vimos en tres meses”.

Neat Pagos es su primera compañía, pero no es la primera vez que emprenden. En segundo medio, el ingeniero comercial de la UAI trató de vender tablas de madera para asados, pues encontraba que las que había eran malas; invirtió plata y las mandó a hacer, pero todos le dijeron que estaban muy caras.

No le fue bien y “ahí nos dimos cuenta de que crear algo y venderlo era muy difícil, había que esperar una respuesta del mercado; este no te va a mentir y te va a decir si lo tuyo funciona o no”, afirma. Luego, en la universidad consiguió un proveedor de paltas de su zona y les dijo a sus amigos de provincia que vendieran. Llegaron a comerciar dos toneladas semanales.

En segundo año Benavides junto a dos compañeros que conoció en la universidad crearon TuCancha, una app que geolocalizaba canchas de futbolito. Salieron a venderlas a centros deportivos pero no les estaba yendo bien, todos pedían una opción que permitiera arrendar o reservar sin llamar.

Hasta que un día tocaron la puerta del Colegio San Pedro Nolasco en Vitacura y los atendió un apoderado que trabajaba en StartupChile. “Nos dijo que era una genialidad y que podían invertir en nosotros”, afirma.

Al poco tiempo organizaron una liga inter-universidades para promocionar la plataforma y este negocio les quedó gustando a los socios: “Era plata rápida”, confiesan. Decidieron potenciarlo y dejar de lado la app. “Ahí aprendí la importancia de que los socios estén alineados con el propósito, ellos querían plata, yo quería solucionar el problema, por eso me salí”, recuerda Benavides.

“ServiPag y los bancos se han quedado atrás en tecnología”

Neat es un payment as a service, ellos proveen a los bancos y a Transbank el software que está detrás de las pasarelas de pago, se preocupan de la atención al cliente y se conectan con los proveedores de luz, agua, gas e inmobiliarias, entre otros. Los fundadores creen que el éxito se debe, en parte, a que “ServiPag y los bancos se han quedado atrás en tecnología”.

En la startup, que no tiene oficinas físicas –esta entrevista se hizo en una oficina arrendada por hora cerca del Metro Los Leones–, trabajan tres personas más además de los fundadores: un desarrollador, una diseñadora y un periodista. Este año buscan potenciar la atención al cliente y seguir creciendo en Chile.

Miran con buenos ojos el caso de Paytm, startup india que presta el mismo servicio y que ha tenido la IPO más grande en la historia del país, y de Papaya Payments, un símil norteamericano.