Punto de partida
AluSweet, la foodtech chilena que busca endulzar el mercado de EEUU
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La historia comienza en un asado. Un fin de semana de 2011 Asunción Ried, quien tenía su carrera en el sector financiero, decidió dejar su trabajo en stand by luego de escuchar una oferta de negocio. “Mi socio (Jorge Iriarte) me dijo: ‘Encontré un producto que se llama tagatosa’. Me lo dio a probar y me gustó tanto que aposté todo”, recuerda la ejecutiva, quien en ese momento trabajaba MBI Corredores de Bolsa.
“Este era un producto que no existía. Solo había oferta en base a sucralosa”. Ahí Ried llamó a la tercera socia y la invitó a participar: Bárbara Musalem, quien también venía del mundo financiero. “Nos metimos a estudiar las propiedades y la ciencia detrás. Empezamos de cero, con muy poca inversión. Éramos nosotros y nuestros ahorros. Cada uno puso $ 3 millones”, dice.
Partieron importando el endulzante desde Bélgica (Tagatesse), lograron incluirlo en supermercados y tiendas especializadas, pero luego se dieron cuenta de que no tenía futuro. “Era muy muy caro. Pocos lo podían comprar. Con los márgenes del retail, quedamos en casi $ 9 mil los 500 gr (que equivale a 1 kilo de azúcar tradicional). Todos nos reclamaban”. Ahí decidieron terminar con la importación y crear su propio endulzante. Constituyeron la empresa Biofoods y se pusieron a experimentar.
Consiguieron proveedores de distintos productos y empezaron haciendo mezclas improvisadas de tagatosa, alulosa y sucralosa con diversas fibras probióticas de origen vegetal (ver recuadro). “Así creamos AluSweet. Fueron muchas horas de laboratorio”, dice Ried. “Íbamos a ferias y le dábamos a probar con cucharitas de plástico a las personas. Ahí nos dimos cuenta de que lo confundían con el azúcar”.
Hoy, además de ser la principal marca de endulzantes granulados de Chile, tienen un laboratorio en donde realizan sus desarrollos. “Con eso logramos producir mejor y más eficiente”, confiesa la cofundadora de Biofoods, aunque afirma que sus precios siguen estando muy por encima del azúcar: los 500 gramos de Alusweet cuestan sobre los $4.000(se vende en todos los supermercados de Chile, farmacias y a través de su página web).
El azúcar es, según muchos expertos, el ingrediente más importante para el progreso humano. Hace miles de años, con tan solo unos pocos gramos, se podía obtener un shot energético para combatir el frío, realizar largas horas de trabajo y saciar el hambre. Pero tenía (y tiene) un problema: altos niveles de grasas, calorías y adicción.
Es por eso que en la década de los ‘70 la industria de los endulzantes alternativos despegó. Sin embargo, la mayor preocupación sigue siendo el sabor, la textura y la cristalización.
“Fuimos evolucionando viendo lo que el consumidor buscaba, que los ingredientes fueran orgánicos y naturales, que endulzara bien, que no tuviera calorías, gluten, y que no produjera caries”, dice Ried, quien afirma que la pandemia elevó las ventas de la compañía: “La gente se encerró y la cocina se puso muy popular. Las ventas se dispararon porque además nadie quería engordar”.
La ejecutiva dice que venden US$ 3 millones al año y que este 2021 quieren duplicar o triplicar el crecimiento. Además, adelanta que están listos para lanzar una nueva línea de productos. Eso sí, los mantiene bajo absoluta reserva. Solo aclara que seguirán en el rubro “dulce”.
“Cuando nosotros llegamos con la tagatosa ni siquiera estaba aprobada. Tuvimos que hacer el trámite. Y cuando lo hicimos, la competencia nos copió hasta el color. Luego, llegamos con nuestro endulzante en base a la alulosa y al tiro la competencia llegó. Es por eso que tratamos de ser reservados”, cuenta. “Es algo natural que te copien, a nosotros nos gusta, porque cuando te copia un grande crece la categoría”.
La cofundadora de Biofoods adelanta que el próximo año van a aterrizar en México y Estados Unidos. ¿Pero por qué hasta allá?
“En Chile se consume mucho la gota, ese es el principal mercado. Pero nuestro granulado es el más exitoso de nuestra línea de productos. Y en Estados Unidos, el rubro más grande es justamente el formato granulado. Queremos poner nuestro grano de arena allá”, adelanta la ejecutiva.
Todavía no saben si necesitarán aumentar el capital de la compañía para concretar el arribo a las góndolas norteamericanas. Hasta ahora, los dueños de la empresa son solo Ried, Musalem e Iriarte. “Es una alternativa que estamos estudiando”, confiesa.
“Estados Unidos es un mercado gigante, hay de todo para todos. Tenemos muchas posibilidades allá porque nuestro endulzante es natural, y allá hay supermercados que solo permiten productos orgánicos”, complementa Ried.
Pero no partirán de cero. Ya tienen experiencia en el mercado gringo. De hecho, antes de la pandemia todos los productos AluSweet eran producidos en Estados Unidos. Y agrega: “El Covid cerró todas las fronteras, por lo que tuvimos que abrir una fábrica, comprar máquinas y producir en Santiago”.
Ya tienen a los maquiladores contactados y todo el plan de aterrizaje estudiado. Solo falta decidir qué cofundador se irá a abrir el país. “Eso aún está por verse”, explica.
“No es nada fácil la logística para aterrizar en Estados Unidos. Pero cuando abrimos en Chile no teníamos nada y nadie nos conocía. Y hoy somos los más grandes en el mercado granulado. A punta de motivación lo haremos”, confiesa Ried, quien agrega que una vez que conquisten Norteamérica, van a extenderse a otros países de la región.
Biofoods tiene 12 productos, entre ellos syrup, pasta de chocolate, endulzante en gotas, pastillas y granulado. De ellos, el más vendido es Alusweet Alulosa en polvo. ¿Pero de dónde viene? “Llevamos años oyendo lo que el consumidor quiere, que no tenga calorías, que el sabor sea rico sin dejo metálico, que sea natural, sin químicos, que caramelice cuando se ponga al calor, que el queque suba, que te endulce un café o un té.
Con toda esta información, más muchas hora de trabajo y laboratorio mezclando los distintos ingredientes y probándolos en la cocina, logramos desarrollar este endulzantes igual al azúcar pero sin sus perjuicios”, explican.